She's back... [Privado]

TRAMA

Una bizarra familia de seres sobrenaturales cuyo hogar y trabajo es un circo flotante, deciden contratar a una licantropo que es bailariina para ayudar en su show, sin embargo el patriarca de la familia es un extraño ser con dos sujetos dentro de un mismo cuerpo, uno de ellos llamado Joker completamente loco e irracional, mientras que el otro; Slevin, es alguien de caracter gruñon y antipatico, la chica convive con todos los miembros de la familia pero un dia decide marcharse para seguir su sueño de ser bailarina profesional, el patriarca de la familia lo intenta impedir pero un accidente sucede quedando imposibilitado para hacer algo, asi que la historia vuelve a comenzar cuando la joven bailarina regresa a la ciudad donde conocio a aquella peculiar familia de fenomenos.

FICHA:

NOMBRE: Joker Slevin
APELLIDOS: Kelevra
APODOS: Bloody Smiley
FECHA DE NACIMIENTO: Desconocida incluso por el mismo
EDAD: Aparenta 19 años, su verdadera edad se desconoce
SEXO: Hombre
ORIENTACIÓN SEXUAL: Bisexual
OCUPACIÓN: Artista circense
RAZA: Ángel caído

DESCRIPCIÓN FÍSICA: Joker es de complexión delgada, altura de aproximadamente un metro con noventa centímetros, su cabello es lacio y de un largo mediano, color rojo profundo con mechones largos a los lados y cubriéndole toda la frente, su ojo es a simple vista de color negro pero bajo la luz del sol se aprecia que es de un rojo muy intenso, le falta el ojo izquierdo por lo que usa un parche negro con un símbolo encima. Las vestimentas que Joker suele usar la gran mayoría del tiempo, son un traje negro pero con muchos adornos de arlequín, incluyendo un gorro con todo y cascabeles, en su cintura lleva una mascara pequeña a forma de adorno y cuatro rosas alrededor de esta, es una vestimenta con colores rojos y negros predominando, sin embargo sus botas son negras sin ser las típicas puntiagudas de los arlequines.

Como Slevin su vestimenta cambia radicalmente, puesto que pese a conservar el traje negro como base, los adornos son cambiados por los de un guardia o carcelero, con un gorro de apariencia oficial, hombreras y un juego de llaves antiguas colgadas en su cintura, justo al lado de la mascara de adorno la cual conserva, casi siempre lleva consigo un fuete negro de tamaño mediano.

Spoiler:

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA: Joker es un ángel caído bastante curioso, siempre anda buscando la respuesta de todo sin importar lo obvio que pueda ser para los demás, tiene un carácter bastante alegre por lo que siempre se le ve riendo o mostrando una sonrisa, tiene un sentido del humor que va desde lo mas infantil hasta lo perturbador, no tiene conciencia alguna acerca de lo que esta bien y lo que esta mal, para el solamente existe lo divertido y lo aburrido, es bastante enérgico por lo que con frecuencia esta dando tumbos y saltos por todos lados, ademas de que es muy parlanchin, rara vez puede mantener la boca cerrada. Sin embargo es bastante inteligente pero no de una forma convencional, ya que tiene la mente de un gran científico pero las cosas que crea son únicamente para su propio entretenimiento, le gusta bromear tanto que en ocasiones es difícil saber cuando esta diciendo la verdad o cuando esta bromeando.

Como Slevin su personalidad cambia drasticamente, comenzando por que se borra la sonrisa de su rostro, dando pie a un aspecto serio y severo, de carácter duro, con tendencias sádicas... se comporta ademas de forma muy autoritaria, dando ordenes y molestándose cuando estas no son cumplidas, muy dominante e impaciente.

GUSTOS: Joker - Las sonrisas,  los caramelos, postres, colores brillantes, bromear, la sangre, hacer experimentos / Slevin - Los gritos, el dolor, las lagrimas, la sumisión, obediencia, los seres de apariencia frágil y débil, la sangre.

DISGUSTOS: Joker - Los seres aburridos, dormir y la vida / Slevin - La rebeldia, la luz y Joker

AFICCIONES/HOBBIES: Joker - Hacer experimentos / Slevin - Leer

NOMBRE: Natalia Toscano Mondrelle
APODOS: Nat
FECHA DE NACIMIENTO: 24 de diciembre del 1996
EDAD: 18 Años
ORIENTACIÓN SEXUAL: Bisexual
OCUPACIÓN: Bailarina Profesional
RAZA: Licántropo

Fisico de NAT :

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DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA: Es una chica muy independiente, siempre intentando hacer todo por ella misma, acostumbrada a que nadie la ayude, pero al hacer eso no deja que ninguna persona se le acerque, llevando una vida solitaria. No es que Nat como tal quiera estarlo, odia estar sola pero no puede intentar cambiar para estar con otros que no la entienden. Ella siempre se ha asegurado que primero ella y después los demás. Aunque suene egoísta.

Tampoco está acostumbrada a que los demás confíen en ella, ha pasado tantas veces que hasta le da igual, en caso contrario, se sorprende e incluso puede ponerse en la situación de “¿Estaré haciendo bien para ayudarle?” y llega a casos de sentirse no muy apta, claro, cuando se siente de ese modo.

Siempre piensa con la cabeza fría, la lógica es su mejor amiga, pero también la responsable de que entre en paranoia y desconfié de todos. Es normal cuando se ha sentido tanto tiempo atacada. No suele expresar dolor o tan siquiera sentirlo, pareciera que no tiene sentimientos, muchos la llaman la chica de hielo o que no tiene corazón. No sólo porque su rostro es inexpresivo, si no por sus costumbres. Nat no teme decir lo que piensa, tampoco teme matar frente a otros para ella es normal, es algo que la convierte en mala en la sociedad. Su manera de pensar hacia este punto de la muerte fue adoptada gracias a su manada, no se arrepiente y no conoce la culpa de estos hechos.

Ella está en completo desacuerdo con el hecho de que le digan lo que es bueno o malo, al principio no lo entendía pero después de un tiempo comprendió que eso, es simplemente la opinión que tienen en común un gran número de gente o seres. Ella no tiene la necesidad de seguirlas y llega pensar que es absurdo.

Creo una barrera que ha hecho ella misma para evitar ser lastimada es un problema social que ha tenido que llevar durante años. Suele ser muy directa, cortante e incluso frívola, sin embargo por dentro es muy cálida, muy tierna y sobre todo muy sensible, es casi una niña. Le cuesta un poco confiar, pero cuando lo logra de manera paulatina, como quién, la confianza se gana.

Su manada es la parte más importante de su vida, ellos son su vida y su sueño, por lo tanto una vez que toma a alguien como parte de su familia la cuida y procura, nunca faltara la lealtad y su protección. Suele ser orgullosa y rencorosa.

Normalmente deja a los demás con sus problemas, no suele ayudar a quienes considera débil pero aun queda rasgos de esa niña que cuidaba a los demás, cuando se toca el corazón suele ayudar a la gente aun cuando esta no se dé cuenta, siempre por debajo del agua.
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GUSTOS:

• Le encanta los lobos en todas sus presentaciones.
  
• El color naranja es su color favorito.
  
• Las casas de terror.
  
• Convertirse en lobo.
  
• Le gusta el chocolate ya que la hace sentir mejor cuando se siente triste.
  
• Le encanta bailar es casi su vida.
  
• La pintura, suele tranquilizarla después de una disputa.
  
• Correr a toda velocidad.
  
• Brincar por las piedras de un río.
  
• Le encantan los perros.
  
• Ama leer grandes cantidades de novelas sobre todo si tiene hombres lobos o lobos en ella.
  
• Le gustan las historias de terror porque son fascinantes y sobre todo las de misterio.
  
• Ir al cine.
  
• Ir a un café.
  
• Le gusta treparse a los arboles y mantenerse cómoda en las ramas.
  
• El pastel de queso.
  
• Le gusta la música.
  
• Le encanta sobre todo el olor del bosque.
  
• Que le digan Nat personas que considera parte de su manada, siente que así son más cercanos.
  

DISGUSTOS:

• Odia las aceitunas.
  
• Odia aquellos que piensan primero que los objetos son más importantes que uno mismo o de otros (Contradictorio).
  
• Odia las novelas en donde los vampiros son los amos de los licántropos u hombres lobos.
  
• Odia que se burlen de su pasado.
  
• Odia los ascensores.
  
• Odia a Joker.
  
• Odia la goma de mascar.
  
• Odia las alturas (Últimamente la hacen volar, caer de edificios, aventarla por una ventana, termino odiándolas).
  
• Odia a las personas que intentan decirle que es lo bueno y lo malo.
  
• Odia a los bailarines que dicen “No puedo hacerlo” cuando no lo intenta, más cuando no se esfuerzan.
  
• Odia que le digan que mato a su hermana, esto es peligroso porque pueden llevarla al frenesí. Evítenlo.
  
• Odia que le digan Nat personas que apenas conoce.
  
• Odia que corten los arboles.
  
• Odia a los pájaros y ardillas.
  
• Odia cocinar y seguramente los demás también odian que ella lo haga.
  

AFICCIONES/HOBBIES:

• Bailar.
  
• Cantar (Eso no significa que bien).
  
• Correr.
  
• Leer.
  
• Pintar.
  
• Crear algo artístico.
  
• Hacer artesanías.
  
• Ver las estrellas bajo la luna llena.
  
• Escribir en su diario, si tiene un diario no se encuentra en el cajón izquierdo del tocador, detrás de la tabla removible y la clave del candado no es 12169.
  
• Crear su propio vestuario para sus presentaciones.
  

HABILIDADES:

• Danza.
  
• Pintura.
  
• Corte y confección.
  
• Escritura.
  
• Gimnasia.
  
• Atletismo.
  
• Sigilo.
  
• Agilidad.
  
• Actuación.
  

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PODERES: Por ser un licántropo tiene los poderes de su especie, que son superfuerza, superagilidad, supervelocidad, regeneración de heridas (Puede regenerarse de cualquier herida, claro que de esto depende mucho de la gravedad de la mencionada, es un rasguño se cura en el primer post, pero si es de gravedad entonces puede durar 7 post o más), oído supersónico, olfato agudo y el poder de transformarse en lobo a su antojo, visión nocturna además de las garras filosas que posee.

Al ser muy joven no puede controlar al 100% su habilidad de ser lobo, así que llega a cansarse después de un tiempo. Después de la des-transformación queda un poco debilitada pero es algo que puede durar poco.

Al ser un licántropo y no contar con su manada queda muy desprotegida, además de que le cuesta mucho confiar en los demás.

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HISTORIA: Nacida de dos licántropos líderes de su manada, los cuales le enseñaron el arte de la guerra, fue educada para ser la sucesora. Cuando era niña demostró ser capaz y tenaz, pero eso no era suficiente, ella realmente solía ser tan sensible frente a los demás que la consideraron "débil". Si era así con el alimento ¿Cómo sería en una guerra? Un líder debe de ser firme, no un sentimental.

Su padre decidió no otorgarle el honor, Nat destrozada acepto la decisión y en su lugar dejaron a su hermana menor. Algo que la hizo que se sintiera más que herida, humillada. Desde ese momento se entreno de manera ardua para evitar demostrar todo lo que sentía, al principio era difícil pero termino su mente cediendo. Desgraciadamente su hermana murió en un altercado. La manada entera aulló despidiéndose de la más pequeña, pero todos quedaron aterrados al ver que la primogénita no había derramado ninguna lágrima, es más, demostraba indiferencia.

Gracias a la actitud de la albina no tardaron mucho para que los rumores fueran de boca en boca. Algunos decían que Nat fue la que realmente mato a su hermana por envidia o poder, otros que hizo un trato con el enemigo, así ella y él podrían juntar la manadas de una manera deshonrosa, otros inclusive mencionaron que piensa matar al líder actual para tomar su mando ¿Será verdad? La joven no daba ninguna explicación ante eso, pero le dolía, aun así su entrenamiento le prohibía demostrar ese dolor tan marcado de sus entrañas. A veces lloraba en su soledad sintiéndose pequeña.

Claro que todo el mundo comenzó a alejarse y hacerla a un lado después de eso, ella nunca comprendió por que la trataban de esa manera ¿Por qué creían que ella podría hacer un acto de ese calibre? ¿Sólo por ser más fría? ¿Acaso no era eso lo que querían? Resignada se acostumbro a su soledad aunque fuera algo que odiara.

El licántropo alfa empezó a observar a su hija, quién siempre entrenaba todos los días, ya no parecía ser aquella niña que lloraba porque un pajarito había muerto en y por sus manos, era realmente fría.

Con el tiempo ella comprendió que no podía vivir sin expresar sus emociones, era imposible para cualquier criatura ser así, sin poder sacar un poco de lo que sentía, es ahí donde adopto la pintura en su vida como medio de salvación. Al poco tiempo, empezó a bailar como una ofrenda a la luna, sola, sentía que bailaba con el viento así que lo adopto como una forma de expresión nueva, realmente agradable.

Su familia se dio cuenta que ella ya no podía ser parte de la manada, puesto que ya no socializaban con ella, por lo tanto, la mandaron al instituto Takemori con el fin de que esa frivolidad se dispersara, sabían que había chicos de su edad. Necesitaban salvar a la heredera de la manada de ella misma. Era su última oportunidad para poder pertenecer a su manada, la promesa era simple: “Aprende y serás de nuevo de los nuestros, llegaras con honor, respeto y amor” ¿De verdad podrían creer en eso después de años de ser discriminada? Nat quería creerlo porque era su sueño. Necesitaba que se hiciera realidad.

En el instituto, se repitió la historia, rumores, en los cuales decían que ella había atentado con la vida de tres estudiantes, que había matado a varias personas a sangre fría, no solo eso, que torturaba animales, que era muy callada y no tenía sentimientos, todos le tenían miedo y muchos se alejaban de ella. A la estudiante no le importaba porque estaba acostumbrada. Aunque ¿Será verdad todos aquellos rumores? Podría ser.

Tal vez porque alguien la quería mucho allá arriba, en el camino encontró a varios estudiantes que le hicieron la vida más amena, personas y seres que no la discriminaban, hubo veces que había sonreído y la hicieron feliz al menos un instante. Desgraciadamente no duro mucho.

Miharu su mejor amiga en la infancia y la de su hermana Alicia, se puso en su contra, convencida de que ella mato a la futura líder, empezó a seguirla, para informarle todo lo que pasaba a la manada. En un altercado, tuvo pruebas para decirle al clan que seguía siendo débil y no podía ser líder, no solo eso, se dirigió a ella reclamándole sus sospechas.

Nat no pudo reaccionar de otra manera, ofuscada por la acusación de asesinato, sin querer, le rompió el brazo al intentar callarla tirando de él. Con semejante herida, su ex mejor amiga se dirigió a su manada. Dejando a Natalia sin un sueño, completamente destruida, ya no podría ir a su manada, su única oportunidad de ser aceptada, por la cual lucho durante años se fue abajo con eso.

Si ellos iban por ella para matarla o la desterraban ya no importaba el punto es que ya no podría ver a su familia y su único sueño se había roto en pedazos, ahora caminaba sin rumbo, complemente vacía, ocultando sus sentimientos detrás de su máscara de hielo, resignándose a que su historia ya no era compartida con la de su familia.
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OTROS DATOS:

DATOS CURIOSOS, COSTUMBRES Y COSAS RELEVANTES QUE TIENES QUE SABER DE LA VIDA Y MANADA DE NATALIA.

• La manada de Natalia viven en los bosques de manera salvaje y se llaman “El clan de la Luna llena” porque todos son albinos.
  
• Al ser una manada “Salvaje” ellos ven a las presas de la siguiente manera: son comida, juguetes, prendas, utensilios, no tienen sentimientos, no tienen familia, no importa cuánto griten o muestren que sufran, así mismo, no interesa si es recién nacido, niño, adulto o anciano.
  
• Los licántropos no nacen y se transforman, tiene que esperar un tiempo para que sus células produzcan una sustancia y así convertirse en lobos. En la chicas es al cumplir 16 años, los chicos a los 19 y suele ser muy doloroso la primera vez. Más para las chicas.
  
• El clan de la Luna llena consta de cientos de hombres lobos, decenas de licántropos y miles de lobos.
  
• Los licántropos no son adultos hasta cumplir una mayoría de edad, que es cuando su cuerpo ya se adapto a los cambios y está completamente desarrollado, junto con sus habilidades y “poderes”. Esta edad es 24 en las mujeres y 35 en los hombres.
  
• Existe un baile que hace cada año donde la luna llena se vuelve roja, que se celebra en parejas para recibirla, es un ritual sagrado. Natalia lo respeta mucho pero nunca ha bailado con nadie, porque nadie ha querido hacerlo con ella.
  
• El hombre más viejo de la manada de Nat tiene 752 años y es el integrante más respetado de la manada, su opinión suele ser la más valiosa.
  
• La manada de Nat, al ser de bosque tienen enemigos, otras manadas, las razones difieren, ya sea por territorio, poder, pareja, etc.
  
• El clan Luna Llena para sobrevivir tienen varios puestos que los integrantes tienen que cubrir, entre estos son: Guerreros, espías, cazadores, cuidadores, guardianes, líder, general, matriarcal, etc. Por lo tanto si le preguntan a Nat ¿Qué quieres ser de grande? Ella les va a contestar uno de estos.
  
• Los licántropos, como hombres lobos y los lobos no se enamoran, se impregnan, esto quiere decir que por instinto ya saben quién es su pareja, una vez que saben esto le son fiel toda la vida. Eso pasa entre ellos, pero no se sabe si con otras criaturas es igual.
  
• Los licántropos, no sé casan, al menos no se hace una ceremonia para celebrar, pueden adaptarse pero eso no significa que sea lo natural, entonces, ¿Cómo se toma a una hembra o a un macho? Si el macho está interesado se enfrenta a la hembra para demostrar su valía, también en casi contrario, una vez que amos se impregnan simplemente copulan o mejor conocido “hacen el amor” no importa el sexo. Una vez hecho esto se pertenecerán para siempre.
  
• Un beso no es cualquier cosa, para la manada de Natalia un beso es comprometerse, así que no lo hagan.
  
• Nat no puede ser líder de la manada hasta ser mayor de edad.
  
• Frenesí: Es natural en todos los seres, es cuando sienten tanta ira que literalmente están descontrolados, no piensan con claridad, no son ellos mismos y la única manera de enfrentarlos es atacándolos o impresionándolos.
  

~Esta lista no esta asociada a todos los licántropos, todo depende del user y su personaje~

Habían pasado cerca de dos años desde la ultima vez que Joker habia visto a Natalia, luego de haber sido la familia atacada; la joven había escapado aprovechando la distracción del arlequín, dicho arlequín que había estado siguiendo su rastro apenas en los últimos dos meses, esto a causa de que el resto del tiempo la paso reconstruyendo a su familia, pero finalmente habia llegado el dia o mejor dicho la noche. Joker se encontraba en Rusia, hasta aquel lejano pais habia seguido el rastro de la joven, el arlequin vistiendo su colorido atuendo fue hasta la estacion de tren y espero pacientemente junto a las vias a que un tren muy especial llegara.

— Mmmm... puedo sentirla... se acerca rapidamente... — susurra sonriendo para si mismo y llega un tren el cual se detiene para que el arlequin pueda abordarlo, enseguida entrando comienza a caminar entre los vagones, tomando su mazo de cartas haciendo malabares con ellos ante el beneplacito de los transeuntes, quienes observaban el show, siguio asi caminando pero cuando estaba por pasar al siguiente vagon; lanzo los naipes hacia todas las personas que se encontraban dentro, clavandose en el cuello matandola al instante — Nat-chan es timida... no querra estar con tanta gente jajaja —

La risa del arlequin comienza a escucharse por el resto de los vagones, al pasar al segundo saca una gran cantidad de globos flotantes de su gorro y simplemente los suelta dejando que queden flotando contra el techo, esto para la confusión de los pasajeros. Joker sigue caminando pero antes de abandonar ese vagon, lanza un naipe hacia los globos haciendo que exploten liberando una gran cantidad de humo toxico tan potente que basto respirar unos segundos para que terminaran muertos — resiste un poco mas Nat-chan... te salvare —

Dice sonriendo pasando ya al penúltimo vagon, en esta ocasion saca un par de cartuchos de dinamita los cuales cual si fueran simples velas de cumpleaños; las enciende dejandolas en mitad del vagon para luego silvando avanzar al ultimo vagon justo antes de la explosion, la cual hace que el ultimo vagon se separe del resto, esto principalmente a que al ser destruido el penultimo, ya no habia de donde seguir el eslabon —NAT-CHAN — grita el arlequin sonriendole a la chica pero antes de acercarse toma un puñado de clavos dentro de su gorro y los lanza al craneo de las personas restantes matandolas al instante — listo, ya estas a salvo de tus raptores, ahora podras volver con nosotros — menciona sonriente mientras comienza a reir.

Rusia, San Petersburgo.

No es de extrañar que la joven peliblanca se encontrara mirando por la ventana del último vagón, se encontraba cómoda en la soledad y aunque suene absurdo, no es porque fuera algo que anhelara, era mera costumbre. Una que a pesar de los años no había podido superar. La depresión es un signo muy interesante, en el caso de Nat, mientras más años pasaban más los absorbía como si se tratara de una esponja y como ser con hipotálamo, suprimía su sentir.

Sus ganas de vivir se apagaban al pasar de los días a pesar de que intentaba seguir con su vida. Estaba en el país nevado más grande del mundo. Estaba segura que sentir la nieve, jugar con ella, poder danzar en el hielo la ayudarían, pero fallo. Lo único interesante después de ser exiliada de su manada era ese ser…

“¡De ninguna manera!” se regañó mentalmente, dirigiendo la vista a sus piernas blancas que había decorado con unas mallas gruesas por el frío negras con copos de nieve, sus pies tenían unas botas que llegaban a media pantorrilla, un blusón largo color azul marino y encima una especie de abrigo color vino que combinaba con sus ojos rubíes. Su cabello lo había trenzado en dos coletas y sus oídos estaban protegidos con un gorro que decoraba su cabeza.

En su cabina estaba solo ella con su poco equipaje, apretó sus manos, que estaban cubiertos con unos guantes verdes; en puño, no iba a admitir que ese ser temible que tanto la asustaba fuera capaz de hacerla sentir de nuevo emociones que quería sentir.

Joker era temible porque hacía cosas que ella no podía estudiar, comprender, era completamente impredecible, ella se guiaba por su instinto, el poder adivinar qué hará una presa era lo más importante en un cazador… Ese era el problema. Con Joker ella era la presa, con Slevin era un asunto diferente. Pasaron dos años ya desde que decidió escapar. No recordaba entonces por qué Slevin era intimidante, sólo podía recordar a Joker… a Joker… ¡A Joker! Las palabras la golpeaban en la cabeza, porque una parte de ella estaba siendo seducida por él, por otro lado, le aterraba.

Entonces escucho un Estallido que hizo que saltara de su asiento, era tan fuerte que tuvo que taparse sus finos oídos lobunos, aturdida, intento salir de la cabina donde ella se sentaba en el tren, se ayudó con sus manos para no perder el equilibrio.

—NAT-CHAN – Esa voz la conocía, se petrifico y su corazón grito tan emocionado como lleno de terror, se negó a voltear, se tranquilizó, quería pensar que el sonido la había desorientado lo suficiente para escuchar a ese pelirrojo, no sería la primera vez, a veces podía escucharlo cuando estaba a solas en su habitación pensando en él. Un hombre estaba caminando lentamente hacia atrás con una mueca llena de espanto en su cara, miraba detrás de ella entonces, volteo.

Pensó que era algo que tenía que ver con el tren, una falla… Natalia había abierto mucho los ojos ante la sorpresa y como aún no se reponía ante el daño que habían sufrido sus tímpanos se tuvo que recargar en la pared. Joker.

— listo, ya estas a salvo de tus raptores, ahora podrás volver con nosotros — No puso mucha atención al pelirrojo, sus ojos color fuego se encontraban fijos en lo que él hacía, debía estar muy asustada, lo estaba, pero al mismo tiempo, se encontraba feliz. Era una situación que ella aun no entendía del todo. Su mejilla y parte de su ropa había sido manchada de sangre ante el ataque del pelirrojo, los olores de sangre habían inundado sus fosas nasales, había visto como él en un movimiento los había matados a todos.

Fue entonces cuando comprendió por que no pudo oler al pelirrojo, el olor a carne quemada, a pólvora habían impregnado el ambiente, una parte de ella quería correr de ahí, intentar escapar pero su cabeza sabía que era inútil. Sólo podía escucharlo reír como el loco que era.

- ¿Qué haces aquí? - su voz era fría como siempre, por dentro podría estar ahogándose en emociones, pero su rostro y su voz estaban desconectados a sus sentimientos-Sé que entiendes que escape por mi cuenta, nadie me secuestro… por lo tanto...- intento mantenerse firme, si él daba un paso seguramente ella iba a retroceder ¿Qué podía hacer ella para que él se aburriera de ella? Parece ser que su habilidad de regenerarse le parecía entretenido y ella no podía hacer nada contra ese poder – No sé por qué pierdes el tiempo… no pienso volver - levanto un poco la voz mientras el vagón poco a poco cogía más velocidad -Ni siquiera recordaba tu aroma, tu rostro había desaparecido, no entiendo cómo es que apareces cuando dejaste de ser algo pero es suficiente, regresa con tu familia- “Eso salió bien” pensó la albina, aunque por dentro estaba tan temblorosa, su corazón gritaba que no dijera una palabra.

La fuerte explosion detras del arlequin habia causado que sus oidos o mas especificamente sus timpanos se dañaran, de hecho un fino hilo de sangre salia del interior de dichos organos, recorriendo hasta el cuello del arlequin, quien no entendia lo que Natalia decia, no por que sus palabras fueran dificiles de comprender, no por que no entendiera el idioma, simplemente era que se habia quedado sordo — que raro no escucho nada de lo que dices nat-chan... eso quiere decir... ¡que te quedaste muda! — el arlequin corre rapidamente hacia la joven, la sujeta de la mandibula y le abre la boca

— Uff aun tienes lengua asi que tal vez sea solo una enfermedad — dice sonriendo para despues sentarse sobre uno de los cadaveres — este es un buen tren, no hace nada de ruido, es como si flotara — menciona sonriendo ignroando aun que todo se debe a que esta completamente sordo, de hecho se asoma por una de las ventanas notando como avanza sin control el tren, amenazando con salirse de las vias provocando un aparatoso accidente, pero esto no le preocupaba nada al arlequien, de hecho nada le preocupaba.

Joker se acerca una vez mas a Natalia mirandola con mucha calma — fue una gran idea escapar a este lugar tal como lo planeamos, lamento que llegaramos tarde y que mientras nos esperabas te hayan secuestrado, pero al menos no fue demasiado tarde, aunque si lo suficiente tarde como para que te inyectaran algun virus que te dejo muda... por cierto, ¿alguna vez has tenido la sensacion de no poder escuchar lo que dices? jajajajaja — dichas estas palabras el curioso arlequin se tira al piso comenzando a carcajearse con fuerza, hasta que es interrumpido por una fuerte sacudida, una curva en las vias causa que el vagon salga disparado al aire con una gran velocidad, yendo directamente hacia la nieve  

Sin embargo el arlequin corre rapidamente hacia Natalia envolviendola en su brazos para arrojarse por una de las ventanas, cayendo pesadamente en la nieve fracturandose el arlequin un brazo y una rodilla, pero el vagon termino impactandose haciendose pedazos por completo, un gran trozo de chatarra era ahora con trozos de personas muertas cayendo como lluvia, por suerte para el arlequin un cuerpo casi intacto cayo cerca de el, por lo que arrastrandose se acerco comenzando a devorarlo de una forma grotesca, masticando sus huesos y visceras, pero gracias a esto sus heridas incluyendo la causada en sus oidos se regeneraron, por lo que logro ponserse de pie limpiandose la sangre de su boca y quitandose pequeños rastros de carne entre sus dientes — vayamos a casa, todos nos esperan... creo que era por alla... no por alla... de aquel lado... creo... — se rasca la nuca sin saber por donde ir mientras da la espalda a Natalia tratando de orientarse.

Está de más decir que Natalia estaba muy orgullosa de poner un punto y aparte, pero seamos sinceros, Joker no era un idiota, aunque muchas veces actuaba como tal. A veces sus locuras no conocían el límite, para la albina era como si no conociera su cuerpo y lo tratara como basura, esto último se le olvido. Puesto que una vez que el arlequín le respondió de una manera confusa, observo sus orejas.

La mente de la peliblanco se quedó en blanco, como si fuera un chiste del destino, alguien allá arriba la señalaba y se reía de ella (En este caso el creador de Joker ¬¬).

— fue una gran idea escapar a este lugar tal como lo planeamos, lamento que llegaramos tarde y que mientras nos esperabas te hayan secuestrado, pero al menos no fue demasiado tarde, aunque si lo suficiente tarde como para que te inyectaran algun virus que te dejo muda... por cierto, ¿alguna vez has tenido la sensacion de no poder escuchar lo que dices? jajajajaja —

“¿En qué momento planeamos esto juntos? ¿Enserio se cree lo que dice?” pensó la chica mientras retrocedía a los pasos del pelirrojo, sintiendo como el vehículo donde iban agarraba más velocidad y tenía que sostenerse de los marcos de las puertas. Pronto sintió que iban flotando, lo que pasaba es que habían salido de las vías.

Todo fue demasiado rápido, sintió que unos brazos fuertes la envolvían, sonrojándola de inmediato, era un toque sumamente cálido y rudo. Se escuchó como se había roto un vidrio y después un aparatoso golpeteo. Lo siguiente que supo es que estaba arriba del payaso, sus piernas se encontraban a los lados de la cadera de aquel individuo, sus manos en su pecho. Al mirarlo tan de cerca su corazón grito estruendosamente obligándola a arrastrarse para quitarse de encima aunque su rostro no expresara tal sorpresa.

Mientras que él se reponía ella se levantaba sacudiéndose la nieve, tenía mucho frío, ella era sumamente friolenta su condición no la dejaba acumular calor como lo hacían otros seres.

— vayamos a casa, todos nos esperan... creo que era por alla... no por alla... de aquel lado... creo... —

-No entiendes cuando alguien te dice que no ¿verdad? Te lo repito, no volveré - murmuro la albina sin siquiera mirarlo, queriendo aparentar indiferencia - ¿Cómo es que es siempre te las arreglas para crear una destrucción masiva? ¿No deberías haber encontrado ya a otra criatura que se te haga interesante en estos dos años que me reemplace? - cruzo los brazos en negación, acariciando sus antebrazos a pesar del enorme abrigo que tenía puesto -Ahora estamos varados aquí en medio de la nieve ¡Brillante!- exclamo con apatía, suspirando pesadamente para volver a ver que estaba distraído, sería un momento perfecto para cortarle la garganta... o simplemente escapar. A estas alturas entendía lo casi imposible que sería esto... pero ahora era más fuerte...

— ¡Brillante! bien pensado Nat-chan — dice sonriente dandose la vuelta para observar a la chica luego de haber ignorado todo lo que habia dicho con anterioridad, caminando hacia Natalia y saco una pistola con un calibre muy grueso apuntando a la frente de la albina, pero termino por disparar al techo lanzando un gran proyectil que al explotar en el cielo produjo una brillante luz roja, esta tenia un tamaño lo bastante grande para que alguen a kilometros de distancia la pudiera observar, parecia ser alguna especie de pistolas hechas para quienes se pierden, muy util en el momento que se encontraban ahora.

El arlequin ahora guarda la pistola dentro de su bolsillo y se sienta en la nieve frente a Natalia observándola — es divertido que tu no hayas muerto, Kuriban y Piroro decian que tu fuiste quien nos traiciono, pero ellos aqui entre nos... creo que estan un poco locos jajajajaja — se hecha a reir recostandose en la nieve, comenzando a moverse para crear la figura de un angel tal como hacen los niños pequeños cuando juegan. A los pocos segundos comienza a temblar el piso, pero no era a causa de un temblor, mas bien se debia a que algo muy pesado se estaba acercando a toda velocidad justamente hacia ellos, tal vez otro tren fuera de control o algo peor...

No pasaron mas de dos minutos cuando un gran autobus escolar de color rojo brillante con dibujos de globos amarillos y negros cubriendolo; hizo acto de presencia, estacionandose de forma tosca asi que apunto de atropellar a ambos sujetos, las uertas del autobus se abren y dos pequeños niños con orejas de conejo salen corriendo hacia Natalia, lanzandose a ella como si la quisieran atrapar para que no escaparan — Nata-san — grtan ambos niños al unisono abrazandola con fuerza, aferrandose a ella — estamos muy felices de verte con vida, sabiamos que no te podian haber matado a ti, tio Slevin decia que estabas bien, sabiamos que no podia mentir —

Joker se pone de pie acercandose a los tres mirandolos con una sonrisa — Slevin nunca miente, cuando llegue a despertar el mismo lo dira — rie un poco el arlequin mientras le acaricia la cabeza a ambos niños — ¿vieron la luz verdad La y Lo? — ambos niños asienten con la cabeza mirando a Joker para luego llevar su mirada hacia Natalia — es nuestro autobus familiar — menciona La — nosotros mismos lo pintamos, los globos fue idea mia — dice Lo, orgullosamente — debemos ir a la cabaña, Sledge estaba terminando de cocinar cuando vimos la luz y vinimos — comenta La, mientras toma la mano de Natalia intentando tirar de esta para que fuera con ella, despues Lo, toma la otra mano de Natalia tirando de igual forma, finalmente Joker se coloca en la espalda de la licantropo y acercando sus labios a los oidos de ella le dice — ni la muerte haria que te alejes de esta familia, sea tu muerte o la nuestra — dicho esto le da un empujon para que camine con los niños hacia el autobus.

Entre jalones suaves los niños llevan a Natalia dentro del autobus, el cual se encuentra decorado como la carpa del circo donde antes vivian, por lo que todo era muy colorido, los asientos habian sido reemplazados por sillones postrados en los extremos para mayor comodidad, ambos pequeños ayudan a Natalia para sentarse en ellos y luego van hasta la cabina del conductor, La se coloca boca abajo tirada ajustando los pedales mientras Lo subido al asiento tomando el volante con ambas manos — esta vez recuerda cual es el freno, La — menciona uno de los pequeños — si condujeras mejor no tendria que frenar tan seguido que me confunda — replica la pequeña La, quien presiona el acelerador a fondo arrancando rapidamente el autobus... dejando a Joker...

— Se olvidaron de mi... jajajajaja — se echa a reir el arlequin mentras de su gorro saca una gran pala comenzando a cavar un oyo en la nieve — no aceleres tan de repente pudiste hacer que Nata-san se cayera — regaña Lo a La — ella estara bien la colocamos en los sillones, aunque siento que olvidamos algo — dice pensativa pero sin quitar la mano del acelerador. Mientras tanto Joker termina de cavar un agujero de buen tamaño para meterse, ya dentro se empieza a cubrir de nieve hasta terminar encerrado de forma que ni un solo rayo de luz se cuele, de esa forma desaparece y aparece debajo del sillon donde Natalia se encontraba dandole una mordida fuerte en el tobillo rasgandole la piel y haciendola sangrar, para luego salir tranquilamente — a esta velocidad no tardaremos en llegar... Nat-chan, ¿si te corto las piernas te vuelven a crecer? — pregunta muy tranquilo mientras se sienta a su lado

Los minutos pasaron en la mente de la chica que se veía en semejante situación, se sentía avergonzada de sí misma al ver cómo aquel pelirrojo dirigió el cañón de tal arma en su frente. Pasaron miles de ideas en su cabeza, era una licántropo y por intentar aparentar indiferencia cayó en una trampa. A su parecer de manera absurda. Sentía la presión de estar bajo aquel dedo que quería apretar el gatillo, apretó su dentadura con cierta fuerza, arrugando el ceño, tenía que ser más rápida que él si quería salir de esa ilesa. Un arma no podría matarla, pero no sabía qué pasaría si una bala traspasaba su cráneo y créanlo, tampoco quería saberlo.

Antes de que ella terminara de hacer sus cálculos él apunto hacia otro lado, más específicamente al cielo, ella con su rostro inexpresivo dirigió su mirada a aquel proyectil luminiscente. Otra vez se sentía tonta, era como si él jugara con sus impulsos o simplemente no la tomaba en serio. Se había desacostumbrado a lo impredecible que era ese payaso.

— es divertido que tu no hayas muerto, Kuriban y Piroro decian que tu fuiste quien nos traiciono, pero ellos aqui entre nos... creo que estan un poco locos jajajajaja —

“¿Traiciono?” se preguntó la peliblanca mirando cómo es que el contrario empezaba a jugar con la nieve, no consideraba que huir fuera una traición en sí, claro, sería desobedecer “¿Qué quiere decir con qué no allá muerto?” reflexiono la licántropo, era bien sabido que ella había podido cuidarse sola, no creía que hubiera en el mundo algo que pudiera con ella, a excepción, claro esta, de Joker, que realmente sólo estaba loco y eso le asustaba. Al final asimilo que estaba tratando con un loco, no tenía sentido común alguno, así que por más lógica que ella intentara recopilar no había explicación que valiese con él.

Pasaron algunos minutos y fue cuando sus sentidos se agudizaron, escucho un ruido incluso antes de que el suelo temblara, se quedó un poco en shock al ver un ¿Autobús escolar? ¿Cómo podía manejarse siquiera en un lugar tan nevado? Le parecía raro que al hacer tanto estruendo no se hundía en la nieve. Los dibujos le hacían sentido, seguramente se trataba de la propiedad de Joker. Antes de que pasara algo ella retrocedió lentamente hacia atrás, hasta que ese vehículo se estacionara y era un decir, estuvo a punto de golpearla.

“¿Qué haces Natalia? ¡Corre!” se dijo internamente, sin embargo, reconocía los aromas, unos conocidos. Se abrieron las puertas y encontró a dos pequeños muy valiosos para ella, Lo y La. La albina lo que más ambicionaba era una familia y pertenecer en ella, jamás haría un acto peligroso o una escena enfrente de ellos, no lastimaría su inocencia con algo tan tonto como una discusión con su padre, Joker. La albina tenía sus principios muy claros respecto a eso.

Lo que sintió fueron pequeños abrazos que ella no pudo rechazar, pero tampoco sabía cómo corresponderlos, se sentía un poco nerviosa, aunque finalmente feliz. Ellos parecían haber crecido un poco, tal vez sólo era la emoción del momento, La más linda y Lo dejo de sonrojarse o coquetear.

— Nata-san —

Ese era su apodo con ellos, con los niños, aunque realmente prefería Nat, le agradaba que los pequeños lea bautizaran de esa forma, puso atención a las palabras de los infantes sin intentar siquiera resistirse. Estaba entre la confusión y el nerviosismo, no lograba hace una acción o pensar, ellos no pedían una excusa, sólo estaban felices de verla. Esto ocasionaba una cierta responsabilidad de corresponderles. Le comentaban como es que ellos habían atribuido a pintar aquel vehículo con orgullo, ella por un momento quiso retroceder el tiempo y ayudarles a tal tarea. En su mente ya tenía una familia, su manada. Aunque sabía que ya no era bienvenida; en su psiquis aun había esperanza, por lo tanto, no podía tener otra comunidad.

En un segundo sintió los tirones de los pequeños jalándola del abrigo, ella no podía poner mucha resistencia, es que, aunque quisiera regresar con ellos, sería nuevamente esclava de ese psicópata.

— ni la muerte haria que te alejes de esta familia, sea tu muerte o la nuestra —

Escucho la voz de arlequín, fue como un suspiro en sus finos oídos, estremeciéndose ante su aliento, su corazón bombeaba con fuerza ante la amenaza y la cruda realidad. Su aliento se había ido por algún lado y el nerviosismo estaba consumiéndola aunque su rostro no daba cabida a sus emociones. Acto seguido la empujo haciendo que los pequeños la arrastraran hasta el interior del vehículo.

Unos ojos rubíes se perdían en la decoración, era como regresar al lugar de donde había huido, estaba admirándolo hasta que la sentaron en uno de los asientos y los pequeños se habían retirado, dejándola sola. Eran esos momentos en que ella se perdía en sus memorias y su destruida estabilidad emocional.

No duro mucho esto. Ya que la velocidad que tomo el auto la había sacudido, la albina se aferró a los asientos, ni se acordaba de Joker en esos instantes, iba a levantarse para ir con Lo y La, tal vez a quitarles el volante, pero entonces sintió un dolor en el tobillo.

Era más una incomodidad dolorosa que la obligo a coger nuevamente asiento. Entonces observo unas manos salir debajo del “Sillón” luego una cabeza con una gran capa de cabello pelirrojo, era una escena sacada de una película de terror.  Ahí estaba otra vez, Joker. Ahora sentándose a su lado ¿La mordió? Si, lo hizo, se podía ver la marca de su dentadura atravesar la bota y seguramente lo hizo con las mallas.

— a esta velocidad no tardaremos en llegar... Nat-chan, ¿si te corto las piernas te vuelven a crecer? —

Sólo esas clases de preguntas haría ese pelirrojo, la licántropo sintió peligro latente al instante, ese ser estaba tan loco que seguramente lo haría, sin siquiera pensarlo. Ella no sabía si podía regenerarse hasta ese punto, lo que sabía de la naturaleza de sus poderes era poco. Aun cuando su pie se estaba sanando por sí sólo, no podía comprender hasta que velocidad podría regenerarse. Por ejemplo, con los huesos tardaba mucho más cuando estaban rotos y era sumamente doloroso.

- La única razón por la cual estás completo en estos momentos es por Lo y La, no comenzaré un escándalo con ellos enfrente- saco sus garras enterrándolas en el descanso de los asientos casi destrozándolos, rompiendo sus guantes verdes, ahora quería dejar en claro miles de cosas, pero a la vez pensaba que se esforzaba de más con alguien que obviamente no estaba en sus cabales -Ponme una mano encima y yo te aniquilare- amenazo la albina enterrándose objetos de plásticos en sus manos, la sangre se deslizaba lentamente por el material, se auto dañaba y era común en ella, sobre todo cuando sus emociones cruzaban el límite que ella no podía soportar. En este caso era una emoción entre miedo y otro desconocido que negaba fuera que estaba impregnada de él.

La peliblanco decidió levantarse, quería alejarse de él, intentar aparentar que no le importaba, mentirse, estaba frente al hombre que la hacía sentir cosas que jamás pensó que podría, que movía su mundo simplemente con su presencia y la hacía temblar de miedo como de otras emociones.

-¿Por qué viniste por mí? Creí que ya era libre- la fémina se tuvo que sostener del asiento de enfrente al sentir que giraron con rudeza. Tenía curiosidad, aunque sabía que era muy probable que no tendría una respuesta.

Joker escucha las palabras de Natalia pero pone mas atencion en las acciones de esta, como al verla rasgar la tela de los asientos, a lo que el arlequin niega con la cabeza — Slevin tapizo todo el autobus, se enfurecera cuando sepa que dañaste el tapiz jajaja — rie un poco para luego colocarse frente a Natalia escuchando todo lo que la albina tuviera que decirle — al contrario Nat-chan, la razon por la que ellos estan de nuevo completos es por mi y la razon por la que yo estoy completo fue por alguien mas, luego lo conoceras — dice tranquilo mientras el autobus pasa por un bache haciendo que el arlequin pierda el equilibrio y caiga sobre Natalia derribandola del asiento

Al intentar levantarse, Joker coloca sus manos sobre las muñecas de la licantropo unos segundos como si la tuviera prisionera, sonriendole se levanta lentamente mirandola desde arriba — yo no vine por ti, nunca te has ido, solo te perdiste pero ya te encontre, siempre eres libre Nat-chan no seas tonta, no tienes cadenas, puedes hacer todo lo que quieras — dice tranquilo mientras repentinamente se detiene el autobus frente a una gran cabaña de dos plantas, con una enorme chimenea de la cual salia una gran cantidad de humo — Lleeeeegamos — gritan ambos gemelos al unisono para luego acercarse a Natalia tomandola nuevamente de las manos sacandola del autobus

La hacen entrar a la cabaña mientras Joker los seguia de cerca, al entrar el aroma de la comida es lo primero que se puede sentir, un aroma de carne asada saliendo de la cocina, precisamente el lugar al que los niños llevan a Natalia, donde se encuentra el gran sujeto Sledge terminando de cocinar, el hombre mira con asombro a Natalia pero no se acerca debido a su timidez — Na.. Nat... Natalia-san — dice tartamudeando pero con mucha emocion, pese a tener su larga cabellera cubriendole el rostro, se podria observar una pequeña sonrisa escondiendose detras de esos mechones decuidados.

— Eso huele muy bien Sledge pero tus manos aun no estan listas, dejame el resto a mi — comenta Joker acercandose a Sledge haciendole una tierna caricia en el cabello para luego besarle la frente teniendose que subir a una silla para alcanzar la cabeza de este, luego de eso comienza a tomar todo tipo de vegetales los cuales lanza en el aire comenzando a hacer malabares con estos, todo para terminar cortandolos perfectamente con sus naipes en el aire y colocar ya de esa forma los vegetales junto a la carne permitiendo que estos se cocinen con el jugo de la misma — Nat-chan, pon la mesa, Lo y La vayan por el medicamento de Sledge, tu Sledge quedate sentado — ordena sonrientemente mientras sigue cocinando, al cabo de unos minutos la comida estaba lista

— Hora de comer — dice Joker mientras comienza a servir, comenzando por el mismo, ya despues sirve a los demas — cuentanos Nat-chan, que hisiste en nuestra ausencia antes de que fueras secuestrada, creo que fue mucho tiempo, te vez un poco mas grande — comenta Joker mientras se sienta a la mesa y da la primer mordida a la carne, haciendo ya esto el resto de la familia tambien comienza a comer.

“Alguien más…” no era una pregunta, era más como si fuera una palabra de más, un eco que resonaba en su cabeza, por alguna razón había algo en sus palabras que sonaban graves, sin embargo, por ser el mismo pelirrojo que hacia locuras sin sentido alguno, no podía tomarlo en serio.

Él no le dejo mucho tiempo para poder meditarlo, en un momento el ya estaba arriba de ella, era una licántropo, tiene una piel más resistente que el humana convencional, aunque eso no quitaba el hecho de lo molesto es que alguien se te caiga encima, causando un golpe o una incomodidad. Le había advertido a él si la tocaba lo iba a hacer pedazos. Así fue como saco sus garras y sus ojos brillaron por unos segundos a un color rojizo fantasmal. Entonces al abrir los ojos miro su único ojo y el parche. El simple hecho de que la aprisionara por unos segundos contra el suelo la había dejado sin habla.

“Un accidente” pensó la albina, como si así evitara pensar en otra cosa “O sólo intento usarme para no golpearse contra el piso, que sería tonto si él dice que no siente dolor” cerro los ojos nuevamente, intentando tranquilizar su mente, su corazón, su cuerpo, relajándose. En el fondo no quería lastimar a ese pelirrojo. Temía tanto por lo que sentía por un ser que no conocía, pero sabía, no era un lobo.

Ella siendo una ex integrante de la manada Luna Llena, tenía sus costumbres y por lo tanto ella las respetaba. No podía sentir nada por él, no podía entender esa revoltura entre miedo y deseo de estar cerca. No era natural.

Aturdida tal vez, apenas se había sostenido de los codos para levantar su torso, cuando los pequeños ya habían anunciado que llegaron a su destino, no le dieron ni tiempo para ponerse de pie cuando, con toda la emoción que podía tener un niño; la estaban arrastrando fuera del vehículo. Una vez pudo ponerse de pie entraron a una especie de cabaña.

Ahí se encontró con Sledge, el gran ser, feroz pero muy timido. Le había sonreído saludándola a su manera. La peliblanca intento esbozar una sonrisa. Fracaso. Sólo pudo mirar al piso, inundándose del aroma a carne asada. Era como estar en un hogar ajeno, ese sentimiento de sentirse fuera de lugar no le agradaba, entre eso, una vez empezó a sentirlos como su familia empezó a sentir culpa, no podía reemplazar a su manada, pero instintivamente lo hacía.

— Eso huele muy bien Sledge pero tus manos aun no estan listas, dejame el resto a mi —

“¿Sus manos no están listas?” se preguntó la albina, su mirada se había fijada en la acción de Joker hacia el más grande de todos en estatura. Entrecerró los ojos con cierta melancolía. Esas acciones le daban un sabor de boca que era dulce, pero sabía, jamás podría probarlo. No conocía ese sabor y ansiaba conocerlo. Hipnotizada ante la acción, se quedó en espera como si ella esperara una acción de esa índole a su persona. Las palabras del payaso lo habían sacado de su mundo, como cuándo se reviente una burbuja; obedeciendo a Joker sin refutar, empezando a poner la mesa aunque no sabía dónde estaba cada cosa.

Ella no quería darles mal ejemplo a los pequeños, según ella, ellos merecían vivir felices y no amargarlos con su mera presencia, pero su pregunta de qué había pasado con ellos la embriagaba. Se quitó los guantes, el abrigo y el gorro dejando su cabello bellamente trenzado caer sobre su ahora, visibles pechos, ya no era tan plana como antes; se podía notar perfectamente con el camisón que portaba. Tampoco podríamos decir que era muy exuberante y ciertamente era un tema que a ella le interesaba poco.

Sin pensar, nuevamente, se sentó aun con la pregunta en su boca. Tomando cubiertos de manera elegante, aunque no tenía hambre realmente. Miraba los alimentos y recordaba que siempre fue de un apetito grande, aunque últimamente no había comido muy bien, no es porque no tuviese dinero. De hecho, ella podía cazar presas y comérselas sin problema alguno, más bien era su depresión que cada día la agobiaba antes de dormir o después de cualquier trabajo.

— cuentanos Nat-chan, que hisiste en nuestra ausencia antes de que fueras secuestrada, creo que fue mucho tiempo, te vez un poco mas grande —

-¿Secuestrada?- murmuro la albina cerrando los ojos, arrugando ligeramente el ceño ante la incomprensión de su oración, tampoco quería decir nada desagradable frente a los chicos ¿Quién aparte de Joker podría secuestrarla? -Yo…- era inevitable sentirse mal frente a una familia que obviamente se amaban, sentía que ella no debía estar en esa mesa comiendo, como si fuera una pieza ajena del rompecabezas.

Sin querer, recordó las decenas de noches que ella lloraba mirando por la ventana, escribiendo en una libreta sus pensamientos, sus miedos más profundos. Lo raro es que, aunque ella estuviera en miles de espectáculos en ese país, participaba como modelo de arte entre otras cosas; Sólo se recordaba llorando, sólo recordaba su mirada vacía en un punto de la habitación recordando cosas que no podía tener y que se supone que eran gratis. No había que sorprenderse, su fuerza emocional era apenas un grano de arena.

-Nada- los labios que decoraban un rostro pálido habían murmurado con cierta nostalgia “¿Qué paso con ustedes?” pensaba cada vez con más fuerza, tragando un poco de saliva, temía a la respuesta y es que las oraciones que Joker la habían aterrado, no podía pensar positivamente en nada. Si paso algo, seguramente fue su culpa, ella tenía la fuerza suficiente para defenderlos, al menos a los pequeños.

“¿Paso algo?” pensó como si fuera una súplica que no salió de sus labios. Ella intento comer un poco para no preocupar a nadie, para que nadie la notase rara, como si fueran esos días antes de que ella hubiese salido.

Una vez todos habían terminado de comer, se dedicó a limpiar la mesa, como si fuera un pago por la comida que no merecía probar. Una vez había terminado con ello, evitando como fuese a Joker se fue a la habitación de los hermanos, asegurándose de que se habían aseado. Como si fuera la madre de ellos los arropo con ternura que no podía decir o expresar, pero sus manos suaves y menudas les acariciaba sus rostros. A La le cepillo el cabello con cuidado antes de dormir.

Les había dedicado un libro, lo raro es que Sledge no había aparecido en ningún momento. Ella quería saber que había pasado con ellos “Si les paso algo… fue por mi culpa” pensó la joven que al cerrar el libro, los vio dormidos, cada uno abrazando una almohada enorme de luna menguante. Los arropo maternalmente para salir de esa habitación.

Nuevo problema. No sabía cual sería si alcoba y temía deambular por ahí y encontrarse a Joker. Estaba en la “Sala” del lugar mirando por la ventana, ya era muy oscuro, las estrellas iluminaron el lugar de una manera magestuosa. Ella no podía soportar el frío pero abrió la ventana para salir por ahí. Sus ojos rojos brillaban espectralmente viéndose en soledad. Sus pies descalzos tocaban la nieve que hacía se hundiera, camino un poco más lejos sólo para mirar que la noche no estaba decorada con una luna.

Unos minutos después sus pies ya le ardían, pero necesitaba ese dolor tan agudo que mantuviera alejados sus sentimientos. Era imposible recordar cosas, cómo aquel día que Joker le advirtió que no podía auto-lastimarse… en ese momento le parecía aterrador y no lo hizo otra vez.

-¿Qué paso?- tirito, sintiendo como el frío hacia que le ardieran sus piernas y brazos. Tuvo que abrazarse antes de caer sentada, la noche traía la primera nevada del crudo invierno, un copo cayo en sus ojos rojizos derritiéndose para formar una lagrima. Al menos, esa fue su excusa.

Joker asi como el resto de la familia continuo comiendo tranquilamente, la platica fue de lo mas normal incluso para ese tipo de familia, al finalizar los niños se fueron a la recamara seguidos de Natalia, Joker por su lado fue junto a Sledge al sotano que habian construido a modo de laboratorio, en ese lugar estaba una gran camilla sobre la cual el gran hombre se recosto, ya realizado esto, Joker tomo dos catéteres y los introduje en los brazos del hombre, mientras el otro extremo el cual tenian unas bolsas vacias las termino por romper de la parte superior, para lograr verter un liquido, sin embargo lo que hizo a continuacion fue cortarse a si mismo una de sus muñecas para que la sangre saliendo fuera a derramarse dentro de las bolsas, de esa forma la sangrue del arlequin pasaba a los brazos de Sledge

Sledge comenzo a retorcerse de dolor apretando con fuerza la mandibula para no gritar — resiste pequeño, un poco mas... — dice sonriendole mientras de su bolsillo saca un trozo de pan el cual comienza a comer, esto para evitar desmayarse por perdida de sangre, debia controlar la cantidad exacta que le daba, si perdia el conocimiento y la dosis era demasiada, entonces Sledge terminaria pudriendose, ademas con Slevin ausente nadie podria evitarlo.

Luego de que Natalia leyera a los niños y los arropara, estos cayeron profundamente dormidos, con ambos pequeños descansando y Joker con Sledge en el sotano, nadie se dio cuenta cuando Natalia salio de la casa, Joker normalmente lo habria notado, pero ya habia perdido tanta sangre que tenia toda su atencion ocupada en no desmayarse, por lo que fue imposible notara a Natalia alejarse. Repentinamente el sonido de una flauta comenzo a escucharse de entre la nieve, una melodia que poco a poco se hacia mas fuerte, acercandose directamente hacia Natalia, una melodia lugubre que como no podia ser de otra manera se titulaba "la melodia de la muerte" el encargado de tocar esa pieza musical no era otro si no Kuriban acompañado de su fiel compañero Piroro el mago — Natalia la loba tiembla de frio y llora como un rio — comienza a cantar con su peculiar voz aguda el pequeño mago montado en el hombro del enmascarado

— Pequeño traviezo — menciona Kuriban terminando su melodia y acercandose a Natalia hasta quedar frente a esta, mirandola desde arriba dado lo alto que era, su altura se igualaba con la de Sledge — disculpe los modales de mi amigo, esta muy molesto desde que alguien le robo su presa — dice a Natalia disculpando al pequeño mago quien comienza a golpear con su pequeña varita la cabeza del hombre sin causarle el menor daño — tonto, tonto, me lo quitaron, te culpo, te culpo — repite insesantemente el mago hasta que Kuriban le coloca el dedo indice en los labios haciendolo callar — Natalia... señorita Natalia... no crei verla con vida, para alguien que escapo de las garras de una muerte segura, no se cuida muy bien —

El enmascarado hace mencion del estado en que la chica se encontraba, vestida de esa forma entre la nieve con el clima helido, tenia casi en su frente la palabra "suicidio" escrita — vuelva a la cabaña, su muerte no debe venir de manos del clima — pronuncia mientras baja la mirada dandose cuenta del estado de sus pies, Kuriban la toma de la cintura con un brazo y sin problema la sienta sobre su hombro libre, del lado opuesto del pequeño Mago, cargandola de esa forma hasta el interior de la cabaña, postrandola frente a la fogata — merami — menciona el mago y de su varita sale una pequeña llama que enciende la chimenea — familia es familia señorita... la familia no la escogemos nosotros, la familia nos escoge... nos guste o no —

Pronuncia el enmcascarado quedandose de pie al lado de Natalia, mientras el pequeño mago va corriendo hacia la cocina para comenzar a buscar algunas galletas que comer — ¿fue feliz estos dos años?... los gemelos fueron torturados casi al punto de la locura, sometidos a traumas tan crueles que Joker tuvo que removerles partes de sus recuerdos abrendoles la cabeza... de otra forma se habrian terminado suicidando, el circo fue destruido, Slevin cayo en coma y aun no a despertado, Sledge fue envenenado, los demas que no conociste y que no te interesan estan desaparecidos... pero aun no entiendo algo — en ese momento Piroro regresa con la boca llena de galletas y una taza de chocolate que le entrega a Natalia para luego volver al hombro de Kuriban — que querian "ELLOS" contigo... —

— Kuriban, Piroro que bueno que volvieron — dice Joker saliendo del sotano, con las muñecas vendadas y visiblemente exhausto pero aun asi con una gran sonrisa — recuperamos a Nat-chan — menciona feliz el arlequin mientas se acerca a ellos sentandose al lado de Natalia, recargando su rostro en el hombro de esta quedandose dormido... o mejor dicho desmayado, normalmente en esos instantes Slevin habria hecho acto de presencia, pero no pasaba nada, solo Joker dormido incluso babeando el hombro de Natalia — la oportunidad perfecta para matarlo, ¿no lo cree señorita Toscano? — menciona Kuriban a Natalia observandola

Sólo en un lugar donde existe Joker podría haber una situación donde una flauta en medio de una noche nevada sonaba. Para la desgracia de Natalia sabía de quienes eran. Sólo cerro los ojos con cierta resignación, se encontraba con la cabeza tan revuelta que lo último que quería era oír la voz de ese pequeño Piroro. Ella seguía mirando a una sola dirección, con la piel de gallina y lastimada, con su nariz rojita y las mejillas rosadas.

— Natalia la loba tiembla de frio y llora como un rio —

Los oídos de un lobo son sumamente delicados, incluso los perros, por ello, a la albina le molestaba de sobre manera la voz de ese enano insoportable, no tenía nada en contra de él, siempre y cuándo se mantuviera callado. Aun así, junto toda su voluntad para soportarlo, arrugando solo un poco el ceño.


— Pequeño traviezo —

Una vez esa bella melodía había dejado de entonarse pudo guardar calma. El ser más alto había visto a la albina, quién ni siquiera se inmuto a dirigir la mirada, quería estarse destruyendo su mente y alma con sus pensamientos masoquistas. El estar acompañada no era parte de sus planes, no era como si a ella le gustaba estarlo, era más por costumbre.


- disculpe los modales de mi amigo, esta muy molesto desde que alguien le robo su presa —

Natalia sólo guardo silencio mirando sus pies ahora rojos.

— tonto, tonto, me lo quitaron, te culpo, te culpo —

La doncella arrugo nuevamente el ceño, mostrando sus colmillos con mucha ligereza.

— Natalia... señorita Natalia... no crei verla con vida, para alguien que escapo de las garras de una muerte segura, no se cuida muy bien —

-¿Muerte segura?- murmuro la albina volviendo la vista, ahora interesada. Tal vez con Joker no podría hablar, ni con los niños. Sin embargo, ellos no eran niños, eran adultos ¿No? Podría preguntarles a ellos ¿No es cierto?

— vuelva a la cabaña, su muerte no debe venir de manos del clima —

Ella no planeaba matarse, sólo tranquilizar esa presión en su pecho. La única forma que podía ella sacar esas emociones era neutralizándolo con dolor físico. Al menos era la única forma que ella conocía. Fue cuando el hombre largiducho la cargo como si fuera una muñeca y la coloco en su hombro, suspiro, siendo arrastrada dentro de la cabaña nuevamente. Él había prendido la chimenea dejándola frente para poder coger un poco de calor. Era delicioso como poco a poco la piel helada sentía el abrazo cálido que proporcionaba ese instrumento humano. Al más pequeño lo ignoro, no quería que volviera a hacer algún ruido.

— familia es familia señorita... la familia no la escogemos nosotros, la familia nos escoge... nos guste o no —


Auch. La albina escuchaba sus palabras, pero no las entendía como él quería trasferirlas, se veía en su propia situación, recordando cómo es que su familia la había dado la espalda, acusado de tantas cosas que ella no hubiera sido jamás de hacerlo. No entendía cómo es que todo eso paso o por qué. “Así que debo de resignarme” pensó, mientras miraba al techo, sintiéndose cada vez más ajena al lugar.

— ¿fue feliz estos dos años?...-

“No” pensó la de ojos de fuego.

- los gemelos fueron torturados-

Directo. Algo la había destrozado por dentro, estaba segura. Algo se atrevió a golpear su interior con fuerza, estaba confirmando lo que ella estaba pensando, su corazón bombeo sangre con tanto estrés que su respiración se detuvo unos segundos. Aun así, su rostro sólo miraba al fuego, apenas si reaccionando abriendo ligeramente los ojos con sorpresa.

- …casi al punto de la locura, sometidos a traumas tan crueles que Joker tuvo que removerles partes de sus recuerdos abrendoles la cabeza... de otra forma se habrian terminado suicidando, el circo fue destruido, Slevin cayo en coma y aun no a despertado, Sledge fue envenenado, los demas que no conociste y que no te interesan estan desaparecidos... pero aun no entiendo algo… que querian "ELLOS" contigo... —

Cada palabra era un ladrillo, era arena que llenaba sus pulmones, era un dolor en las cienes. Empezó a responsabilizarse, ella no era parte de esa familia, pero por alguna razón que no conocía fue la causante de la desgracia de los más pequeños. Sí, no soportaba a Joker, ni a Slevin incluso estuvo a punto de matarlos. Pero conocer a los demás del circo la habían hecho ver que eran la familia que ella quería… y que jamás podría ser parte de ellos. Por mucho que lo intente. No había ese vínculo, tenían Nada en común.

- ¿Quiénes son ellos?- no levanto la voz, era una pregunta, era obvio, pero no sonaba a tal, era como una orden, una muy amenazante. Dejo las galletas junto con la leche en el piso, mientras apretaba sus puños con fuerza intentando no cortarse. Esto, puesto que Joker le quito esa maña.


— Kuriban, Piroro que bueno que volvieron, recuperamos a Nat-chan —

La voz del Arlequín la había sobresaltado. Qué Joker se había acostado en su hombro le asusto, más sin embargo había otras cosas que taladraban su cabeza. Tal vez ese payaso la odiaba ahora puesto que por su culpa tocaron a sus cachorros. Los ojos rojos empezaron a verse en miles de situaciones muy peligrosas y sádicas. Que aceptaría sin decir palabra alguna, por alguna razón entendía que era su culpa.

Cuando la albina no escucho al parlanchín del pelirrojo, volteo a verlo, estaba dormido, lo miraba con indiferencia. Pero entonces coloco su cabeza con cuidado en sus piernas para limpiar su hombro que había sido babeado.

— la oportunidad perfecta para matarlo, ¿no lo cree señorita Toscano? —

Los ojos de la albina brillaron de una manera  espectral, ella era una cazadora y pensar en apresar a ese pelirrojo entre sus garras siempre sería emocionante. Claro, tendría miedo de ser ella la presa, pero aun así sería una sensación de euforia muy complaciente.

-Lo siento Señor Kuriban. Yo prefiero que mis presas estén en sus 5 sentidos – respondió mirando las manos del desfallecido, vendadas, mal vendadas, a decir verdad -Podremos jugar después de encontrar a esos miserables, sean quienes sean, los voy a encontrar con o sin su ayuda y juro… por mi manada que los haré pagar, de la única manera que merecen… viviendo entre mis garras. Hay cosas peores que la muerte – La joven empezó a ponerse de pie colocando un brazo del hombre alrededor de su cuello, para así levantarlo, al tener una gran fuerza gracias a su raza no se le hizo muy difícil colocarlo en su espalda para tomar sus piernas, era curioso como es que ella podía con él como si fuera una mochila – Además, si alguien va a matarlo, esa seré yo, nadie más- los ojos escarlata de la peliblanco los miraron amenazantemente caminando con el payaso quien aun dormía con su cabeza sobre su hombro -Agradezco sus atenciones Señores, enormemente… pero hay prioridades, espero me entiendan- esto último lo dijo con mucha educación, inclinando ligeramente su cabeza para despedirse, aun cuando su rostro era tan serio como siempre. Se adentró en el enorme corredor.

Ahora tenía que abrir puerta por puerta.

Después de 20 minutos pudo encontrar un cuarto decente, donde recostó al hombre sin mucho cuidado, roncaba en su oído y cómo se dijo antes, era sensible. Fue por una cubeta con un trapo con agua y algunas especies que tenían para comer, pero ella sabía que se podían usar para curar. No encontró al par ahí, pero si al vaso junto con el plato, vacíos.

Regresando, limpio las heridas del pelirrojo con mucho cuidado para después quitarle la camisa con lentitud, nerviosa de que se levantara e hiciera una tontería.

Colocó un paño en su frente como si tuviera fiebre, sin embargo, si Slevin estaba en coma sería lo mejor dejarle un olor fuerte para ver si recobraba el conocimiento, aunque no sabía si eso, a ciencia cierta, funcionaría. La tapo hasta el cuello, se sentó a su lado acariciando ligeramente su rostro, haciendo a un lado su cabello de la cara, de sólo imaginar todo lo que tuvieron que pasar Lo y La, Sligde, le partía el corazón. Ellos tuvieron que vivir cosas abominables, no sabía cuales, pero podía imaginarse miles de situaciones que la preocupaban más que la anterior.

-Lo siento- Murmuro la fémina sintiendo que todo el mundo se le venía encima, sintiéndose en soledad dejo que sus lágrimas, las cuales chocaban torpemente en sus parpados salían como si fuera una fuente, cayendo en su blusón, entonces se tapo la cara -Prometo que cuidare a los niños con mi propia vida, no volveré a irme. Si hubiera estado ahí… esto no hubiera pasado, soy la única responsable de esta situación. Si tengo que pagar esto con mi vida... entonces...- susurro la albina tapándose la boca con lo que parecía una cachetada. Él estaba inconsciente y hablaba con alguien que no la iba a escuchar. Sintiendo el nudo en su garganta se quedó limpiando la baba de la boca ajena con suavidad con el trapo húmedo.

Asustada de que pudieran lastimar a los infantes daba vueltas por la cabaña, dirigiendo especial atención a los sonidos, así fuese el más minúsculo que jamás había oído. Recodaba, que ciertamente, eso haría Slevin. Él cuidaba a todos en la noche  y era cierto que si Joker dormía o caía inconsciente él aparecía. Se le rompió el alma al pensar que jamás volvería a verlo, entonces sus lagrimas caían nuevamente. Estaba frágil y era sumamente fácil volver a llorar.  

- ¿Quién pudo ser tan fuerte como para derrotarte? - pensó en voz alta una vez se había calmado, para mirar al techo, pasaron horas, las cuales ella se entretuvo castigándose, y caminando. Cociéndose en su brazo el contorno de un ojo en hilo dorado que se mezclaba con su sangre, era el logo del circo. Quería que fuese como un tatuaje que le recordara su promesa. No había mucho problema para ella, le ardía, pero se cerraba la herida tan pronto cómo se encajaba la aguja. Encarnándose su promesa.

Ella entendía en sus psiquis que no pertenecía a ese mundo, a esa familia, no había nada que los uniera a ellos, todos ellos eran hijos de Joker y hasta Slevin tenía ese vínculo al estar en el mismo cuerpo que él. Por otro lado, ella, era una loba a la cual su manada no la quiere, que fue abandonada y alejada de su gente, sus costumbres, su familia... ella a comparación de ellos, en su mente, era nada. Tal vez sólo sobresalía por un numero alto en notas, que en su mayoría eran inútiles; o en la danza, que era su manera de expresarse siendo fuerte.

Entre su exploración encontró varias cosas, entre ellas una cobija con la que se tapaba de pies a cabeza de color blanca, a decir verdad parecía un fantasma, pero seguía ella haciendo el trabajo de Slevin, cuidando de la casa y de todos.

Kuriban escucha la respuesta de Natalia y solamente sonrie — vamonos Piroro, la señorita Natalia expondra su vida para cuidar a la familia, nosotros debemos descansar, nos espera otra mañana ocupada — dicho esto el hombre de la mascara hace una reverencia a Natalia y el pequeño mago hace lo propio quitandose el sombrero, luego de esto ambos salen de la cabaña caminando entre la nieve hasta perderse en ella, su lugar de descanso se encontraba bajo tierra.

Fue cuestion de poco tiempo para que la noche cayera, Joker seguia sin recuperar la conciencia pero estaba fuera de peligro, sus sutiles pero perfectamente audibles ronquidos lo delataban, estaba profundamente dormido, Sledge por su parte hacia lo mismo en el sotano, recuperandose luego de la transfucion exitosa por ese dia, gracias a la sangre del arlequin podria resitir al veneno en su organismo por algunos dias mas antes de necesitar otra transfucion. La noche pintaba muy tranquila, sin embargo no todo podia ser lo suficientemente bueno para ser verdad.

Poco a poco a lo lejos varios seres se iban acercando a la cabaña, rodeandola en todas direcciones, seres antropomorfos de color grisaseo que caminaban torpemente como si zombis fueran, cada paso que daban era con dificultad, no tenian ojos ni nariz, su unico orificio en la cabeza era una enorme boca que abarcaba gran parte del rostro, dichos seres se acercaban amenazantemente hasta la cabaña, llegando algunos metros se detuvieron en seco todos, mostrandose en total quince de esos seres.

Repentinamente aquellas criaturas que parecian querer destruir la cabaña se dieron la vuelta quedando a espaldas de dicha estructura, pareciendo ahora un escudo en lugar de una amenaza — Ohh mis queridas marionetas, mis preciados juguetes, esta noche jugaremos a la fortaleza — dice un extraño hombre parado sobre la chimenea de la cabaña, vistiendo como si fuera un maestro de ceremonias circense, con un sombrero de copa blanco, traje negro con rojo, su cabellera tan roja como la de Joker y sus ojos amarillos que brillaban como bombillas de luz, ademas de claro dientes puntiagudos como tiburon.

Con la luz de la luna se podia ver como cientos de hilos sumamente delgados se desprendian de su cuerpo hacia las quince criaturas, el extraño ser da un paso hacia atras y se deja caer dentro de la chimenea, logrando caer de pie sobre el fuego — Ohh no puede ser, mis preciadas botas — dice disgustado cuando se comienza a incendiar, pero con toda la calma del mundo va hasta el baño y se mete bajo la regadera abriendo el agua, logrando asi solo chamuscarse las botas y parte de su pantalon pero nada grave

— Eso dolio un poco — menciona para si mismo mientras camina por la cabaña, revisa la habitacion de los gemelos, luego baja al sotano revisando a Sledge, seguidamente va donde Joker observandolo dormido — Ohh que tristeza, tio Slevin sigue en coma...  — dice bajando la cabeza pero luego sigue su inspeccion, topandose con un bulto cubierto en una sabana blanca, asi que se inclina frente a ella pinchandola con una de sus largas y puntiagudas uñas — quien es usted ohh blanco bulto que aparece en la cabaña de mi padre — pregunta mostrando sus aterradores dientes esperando que aquella cosa se descubriera para el.

La albina se encontraba mirando hacia la oscuridad, cómo si esperara que algo pasara esa noche, aunque era posible que no fuese así, sólo por que estaba ella ahí. Sin embargo, si querían ir por ella, que así sea. En su imaginación planeaba como destrozar a cada uno de una manera más dolorosa que la otra.

La culpa, la tristeza y el coraje de una cachorra, cómo lo era ella aún (En sus tradiciones aún se le consideraba una infante) no era una buena combinación, sobre todo una que podría ser considerada un peligro para todos, incluso para su propia familia.

Un sonido extraño, lo había percibido, el lugar era absurdamente grande, apenas si conocía el territorio (aunque la casa era pequeña por fuera, por dentro era una dimensión completamente diferente). Inquieta, asustada de no llegar a salvar a quienes juro proteger corrió a ver las habitaciones. Todo estaba en completo orden. Cómo ella lo dejo. Una vez cerro la última puerta escucho otro sonido, ahora detrás de ella.

Lo sabía, no era su imaginación. Se trataba de alguien más que no conocía, lo raro es que su aroma no le parecía diferente, no podía diferenciarlo a ciencia cierta. Puso atención, concentrándose en mantenerlo en su biblioteca de olores y ponerle una etiqueta.  

Algo la toco.

— quien es usted ohh blanco bulto que aparece en la cabaña de mi padre —

Era una voz distinta, un aura distinta, un aroma que combinaba con la casa. Como un roble. El hecho de que sintiera una puntiaguda cosa que llamaba su atención, hizo que su sentido animal se alertará, como si fuera una sirena en su cabeza. Ella volteo dejando caer lentamente su manta blanca, resbalando por su cabello en trenzas, por sus hombros tapados por la tela del blusón. Sus manos, con una agilidad impresionante lo tomo del cuello con cierta fuerza usando sus garras para darle a entender una cosa “No te muevas”. Claro que el plan no era matarlo. No aún.

Una situación muy cómica, por que en vez de alzarlo con su gran fuerza, lo atrajo a ella hasta su altura, puesto que era pequeña a su comparación.

Ver sus colmillos no causaron que se tranquilizara y su boca se abrió mostrando los suyos, dignos de una loba, arrugando el ceño mostrando que no tenía miedo, empero, sí que no tenía problema alguno para retorcer su cuello. Ella era una chica muy bella que parecía frágil, aunque su mirada, ese rojo que ahora brillaba nuevamente ante el susto que le causo ese extraño, llegaba a ser temerario en la oscuridad.

¿Exagerado? No, sobre todo si se hablaba de Natalia, ella era físicamente humana, pero tenía el instinto salvaje que heredó de su manada. Él era un extraño, no lo conocía y por lo tanto era un intruso, uno que no permitiría se acercara a quienes juro cuidar.

-Mucho gusto- saludo con el timbre de voz fría, sin emoción alguno. No importaba el tono cuando se trataba del gesto de educación que mostraba ante sus palabras, muy contrario a la acción que ahora ejecutaba o a su rostro inexpresivo -Mi nombre es Natalia Toscano. Sólo una simple bailarina- Se presentó para entonces simplemente lanzarlo justamente en el sillón de enfrente, esto ocasiono que hiciera ruido cuando este choco casi de manera violenta, aterrizando sentado.

La joven se acercó lentamente, con su típico aplomo, cruzando los brazos mientras con la mirada estudiaba a su enemigo. Claro que él había dicho padre al dueño de la cabaña. Aunque no sabía a quién se refería, usando la lógica debía ser algo de Joker, empero, a la doncella no le parecía suficiente, no se confiaba. Lo observo, tenía un parecido impresionante al Arlequín que de cierta forma le atraía aunque no causaba el mismo miedo que el ya mencionado; su cabello rojizo era de lo más extravagante, incluso el maquillaje le parecía muy interesante. Su manera de vestir era una de las cosas más curiosas, por que en si, parecía ser parte del circo. Esto fue suficiente para decidir primero investigar.

Al verlo en el sillón, coloco su rodilla entre sus piernas, empujando hacia atrás su pecho con sus manos, parecía seducirlo, empero eso no podía conocerlo una chica cómo ella, era una loba, su manera de seducir sería de una forma completamente distinta a lo que un humana acostumbraba. Sólo quería sentir su aroma, es que era tan sutil y necesitaba percibirlo.

-Lamento mi comportamiento mezquino, señor. Pero hay unos pequeños a quienes les jure por mi vida que nadie los volvería a tocar y si usted resulta uno de esos quienes se atrevieron a tocarlos, entonces me obliga…- las palabras de la chica se arrastraban mientras se acercaba a su cuello, justo detrás de su oreja y aspirar con profundidad, archivando ese olor a roble tan característico del cuerpo en que los dos seres que más miedo tenía poseían, pero había una diferencia, casi imperceptible -A ser ruda con usted- murmuro en su oído, dejando escapar el aire que habían atrapado sus pulmones.

-Joker- murmuro retrocediendo. Pestañeando. Confundida, mirando mejor el semblante del ajeno. Bajo su rodilla con lentitud, alejándose lentamente, no era Joker/Slevin, estaba segura, ese miedo que sentía lo estaba presente. No bajo la guardia, estaba dispuesta a luchar.

El sujeto fue tomado por sorpresa del cuello, la velocidad inesperada de la chica causo que fuera imposible para el pelirrojo defenderse, era un ataque tan rapido como sorpresivo, su cuello era sostenido con fuerza costandole un poco respirar, la joven parecia apenas estar haciendo un poco de fuerza, se notaba de lo mas tranquila a pesar de tener en sus manos la vida de un hombre — lamento no poder decir que el gusto es mio... — dice hablando con dificultad puesto que estaba siendo estrangulado por una desconocida, sin embargo el sabia que si estaba dentro de la cabaña y se encontraba viva, era por que la familia le permitia estar dentro, por lo tanto no debia ser una enemiga, lastima que ella no lo viera a el del mismo modo.

La joven se presento para luego lanzarlo haciendolo caer en el piso, el hombre rapidamente llevo su mano al cuello para comenzar a toser un poco — un estrechon de manos bastaria para presentarse — dice en tono burlon mientras la joven nuevamente se acerca a este, acorralandolo de cierta forma o mejor dicho atrapandolo, colocandose frente a el como si quisiera impedirle huir, algo que el pelirrojo no tenia en mente, bastaba mas que ser casi degollado para que se fuera corriendo — para ser bailarina eres demasiado tosca querida — pronuncia en tono burlon mientras es empujado nuevamente por la chica.

— Dudo que lamentes tu comportamiento, creo que lo disfrutas, tienes buenos motivos pero cuidado... nunca rompas un juguete — lanza una advertencia totalmente al azar, sin ser claro y dejando todo a la interpretación, en ese momento la chica se acerca al pelirrojo un poco mas, Natalia comenzaba a olfatearlo, acto seguido pronuncio el nombre de Joker y se alejo, ya sin la joven tan cerca del pelirrojo, este opto por ponerse de pie mostrando una muy grande sonrisa, dejando a la vista sus puntiagudos dientes — Jester Kelevra es mi nombre, general del batallon de juguetes, guardian de clase tres y... apuesto a que no entiendes una sola palabra de todo lo que estoy diciendo jajajaja — comienza a reirse llevandose la mano a la cabeza, mientras rie abre y cierra con fuerza su mandibula, como si fuera una trampa para osos lo que tuviera en la boca

— Bueno basta de juegos — Jester extiende sus manos y baja la cabeza, como imitando a un viejo espantapajaros, en ese momento se hacen visibles todos los hilos que salian de su cuerpo y viajaban por la chimenea hasta fuera de la cabaña, lentamente aquellos seres que se encontraban fuera comenzar a escalar la cabaña para ir dejandose caer por la chimenea uno a uno, hasta lograr abarrotar esa habitacion, eran quince criaturas despues, ademas cada una media mas de un metro ochenta

— Ohh mis amados juguetes quieren jugar contigo un pequeño juego bastante jugueton — sonrie nuevamente mientras las criaturas abren la boca tan grande que casi cubrian su propia cabeza — Ohh si mis jugutes ahora, escupan fuego y conviertan en cenizas a Natalia, quiero oler su piel tostada, quiero ver sus huesos convertirse en polvo, si... quiero.... quiero... lo deseo... ahora... ¡HAGANLO! — las criaturas se mantienen quietas con la boca abierta pero nada sale de estas, ni siquiera una pequeña rafaga de viento, mucho menos fuego.

— Esto tardara... — mete las manos a sus bolsillos y camina hasta la cocina, poner a hervir un poco de leche, luego entre la alacena toma una tableta de chocolate la cual lanza a la olla con la leche hirviendo, agrega un poco de azucar, agita bien todo y sirve en dos tazas, vuelve a la habitacion acercandose a Natalia y entregandole una taza — cuidado esta caliente... pero mas caliente estaras cuando las llamas del infierno carcoman tu piel gracias a mis hermosos juguetes, disfruta de lo ultimo que tu lengua probara, lo ultimo que tus labios tocaran, lo ultimo que... —

En ese momento se da cuenta que esta frente a Natalia y las criaturas por ende tambien rodeandolo, asi que corriendo se aleja hasta la otra esquina — menos mal que esto tarda o pude haber muerto, yo morir y sin haber sentido lo que es la dulce caricia de una madre, ohh pobre de mi, que vida tan desdichada seria la mia — se deja caer al piso como damisela llevandose la mano a la frente, pasan los segundos y el fuego no sale, asi que se levanta rascandose la cabeza mientras da un sorbo al chocolate — y dime... ¿vienes mucho por aqui? — pregunta a Natalia en un obvio intento de hacer tiempo mientras piensa en por que demonios el fuego no sale, en ese entonces finalmente lo recuerda, asi que sacude sus manos y los hilos se desprenden, cayendo como costales las criaturas complementa inhertes

— Use todo el fuego en una barbacoa hace unos dias jajajaja — comienza a reir llevandose las manos a la cintura, luego de esas carcajadas toma a uno de los "juguetes" jalandolo hasta fuera de la cabaña, luego hace lo mismo con otro mientras empieza a silvar — Natalia, ¿puedes darme una mano?, con tu fuerza acabaremos mas rapido esto, se supone que estos juguetes no deben de entrar a la cabaña asi que estaremos en problemas  —, continua jalando a otro dejandolo en la nieve para luego volver a entrar — si, dije estaremos, por que le dire a mi padre que fue tu idea por traerlos aqui —

-Jester Kelevra- pronunciaron los labios rosados de la fémina, en cierta parte el contrario tenía la razón. Puesto que ella, indiferente ante un tema cómo lo eran las “etiquetas” o “niveles”, no lo entendía. Para la albina era algo que simplemente se sentía y se seguía como una manada a su líder. Por ejemplo, odiaba a Joker pero reconocía que era el líder del grupo.

Lo escucho reír, al final la lógica la hizo saber que era un hijo de Joker, su sistema ya no lo identificaba cómo un enemigo, bajo sus defensas, sin embargo, algo no estaba bien, es que su olor era como el roble más seco, el plástico recién hecho. No olía a un ser viviente.

Observo, al contrario, callada e inexpresiva. Escuchaba atenta cada palabra que esa boca, con una hilera de colmillos en forma de triángulos; escupía. Inentendible, ilógico, inconcebible.


— Bueno basta de juegos —

Escucho la albina, tal vez antes no eran visibles esos hilos, sin embargo, en ese momento; puso atención y gracias a que había poca luz pudo vislumbrar como por un reflejo cada hilo fino. El sonido de que algo raro estaba pasando por el techo la alerto, aunque esta vez se encontraba tranquila por dos razones. La primera él era parte de la familia por lo tanto no les haría daño a los niños. La segunda, no era Joker ni Slevin.

Poco a poco, cómo si fueran monstruos del pantano aquellos seres que a su vista eran desagradables; la rodearon. A decir verdad, a esas alturas, no había nada que la asustara más que Joker, por lo tanto, sólo sentía curiosidad de lo que iba a venir.

“¿Piensa incendiar el lugar?” pensó la albina una vez lo escucho, su mente trabajo tan rápido para poder salir ilesa, trazando más de un plan. Aún mantenía su aplomo acostumbrado, indiferencia, frialdad y sus brazos cruzados. Pudo observar como esos seres abrieron un agujero, que aún no sabía que era… aunque sabemos que era una boca, era tanta la deformidad que le costaba distinguirlo.

Los segundos se convirtieron en minutos y ella seguía en espera.

El hijo de los hombres que más temía había ido a la cocina con la excusa de que el ataca tardaba “Inútil” pensó. Escucho cuando calentaba el agua, cuando servía algo que aún no entendía que era. Pero regreso para ofrecerle una taza de chocolate caliente. Ella lo tomo por inercia mirando el líquido café. Sin duda alguna, eso, no era lo que esperaba.

Se quedó quieta, sin responder, ni tomar el líquido dulce. Era como si lo estuviera estudiando, cada cosa le daba a entender una descripción “Loco”, estaba bien segura ahora, si es que antes no lo estaba; que era parte de Arlequín.

— Natalia, ¿puedes darme una mano?, con tu fuerza acabaremos mas rapido esto, se supone que estos juguetes no deben de entrar a la cabaña asi que estaremos en problemas  —

La mirada de la peliblanco lo apuñalo, tan calculadora e inmutable, cruzo los brazos.

- No – alcanzo a decir sin reparo alguno. Fue cuando dio media vuelta dejando la taza de chocolate en las manos de uno de sus juguetes, con cuidado… los consideraba más como muebles que cómo un arma.

— si, dije estaremos, por que le dire a mi padre que fue tu idea por traerlos aqui —

-¿Eso es todo?- levanto la voz. En ese momento había miles de cosas que pensar, cómo para dejar que él intentara acorralar. Si, le temía a su padre, pero él aún no lo sabía. Pretender era lo que mejor se le daba a una bailarina de su talla.

Era cómo tener un reemplazo de Joker para mortificarla, incluso era tan parecido. Ella tenía que cuidar a los pequeños y al mismo pelirrojo que dormía plácidamente en su cama. Fue entonces que tan rápida como era su raza apareció frente a él, tomando con sus garras su hombro. Sus pupilas escarlatas lo miraban de una manera fija.

-¿Te parece divertido intentar chantajearme de una manera tan lánguida?- pregunto… no, amenazo la doncella cerca de él, dando un paso hacia el frente para quedar cada vez más cerca porque eso, era exactamente lo que hacía – ¿Crees que lograras algo con tu acción? Sólo necesito una razón para lanzarte allá afuera-Lo empujó hacia atrás dejando uno de los juguetes tambaleándose pero por suerte, no se rompió. Este agarro equilibrio y se mantuvo quieto.

La presión se apropió del ambiente. Su víctima ya estaba en el piso y ella lo acechaba como lo hace un depredador sentada en cuclillas arriba de él, con las piernas a cada lado de su cuerpo - ya que ustedes carecen de lógica, déjame darte una valiosa lección de vida, hijo de Joker -Las garras de la doncella salieron de sus dedos finos para entonces golpear fuertemente el piso, enterrando sus dedos en la madera, a escasos centímetros de su cabeza -Yo aquí, soy la depredadora- dicho esto su rostro se acercó poco a poco al rostro del contrario, con sus ojos resplandeciendo, oliendo su esencia que se confundía con el ambiente.

Su mano se había herido y la sangre salía lentamente como si se trataran de hilos delicados. Parte del instinto de un licántropo, la joven llevo su miembro lastimado a su boca. Lamiéndolos sólo para dejar ver que no tenía herida alguna, a pesar de que momentos antes su carne estaba abierta. El líquido rojizo decoró sus labios rosados, que goteaban lentamente, espesa, ella podría sentir la emoción del momento. La sangre, su presa entre sus brazos, debajo de ella, sólo quería morderlo, sus colmillos se asomaron traviesos.

Paro.

“Es hijo de Joker, sobrino de Slevin, hermano de Lo, La, Slegde… ellos llorarían por su ausencia” razono. Desvió su rostro para entonces besar su frente, una vez hecho eso lentamente se recupero compostura.

-Se buen niño, no me causes problemas y limpia tu desorden- anuncio para quitarse de encima, no pensaba en tocarlo, no sabía si iba a lastimarla. Con Joker había aprendido muchas cosas. Una vez de pie se encamino por el pasillo dejando solo al chico, no quería hacer mucho escandalo cómo para despertar a los pequeños. Tenía pensado ir a la habitación de Joker, pensó, por un momento… en darle algo de su cuerpo. Lo estaba pensando cuando esperaba que la quemaran viva e imaginar que su piel se caería a pedazos.

No sabía que tan bien iba a funcionar, pensaba que él comía personas para devolverle cosas a su cuerpo ¿Qué efectos tendría tomar la carne de una licántropo de la manada Luna Llena? Podría darle cada día un poco de su sangre, cucharada a cucharada. Dejar que la usara cómo medicamento y eso le daba tanto miedo.

Planeaba a partir del día en la mañana en hacer el desayuno, empezaría a investigar plantas para ayudar a Slevin a despertar. Algo tendría que hacer, aunque debía de ser discreta. Les temía, cierto, demasiado, pero era su culpa todo lo que había pasado. La culpa la estaba matando, creía que había roto a una familia que era perfecta. Lo, La y Slegde los extrañarían si les pasara algo, ellos dependen mucho de él, imaginar que ellos serían como era ella ahora la ahogaba en una enorme angustia que no demostraba. Era parte de la repuesta del por qué lo haría. Empero… había algo más, y es que jamás admitiría que no quería perderlos.

Aquella pequeña amenaza no solamente fallo, si no que hizo molestar a la licantropo, ya que rapidamente se poso frente a Jester sujetandolo del hombro — me pareceria divertido si supiera que rayos significa languida... creo que alguien se comio un diccionario — dice burlonamente mirando a Natalia acercandose aun mas al joven de cabellos rojos, la chica de palida piel nuevamente amenazo al pelirrojo solo que esta vez termino empujandolo — sabes, necesitas clases de control de la ira, puedo recomendarte uno muy bueno jajaja — rie un poco cuando es sorprendido nuevamente por la joven quien se posa encima del chico, la licantropo entierra sus garras en la madera y esta apunto de cortar a Jester

— Ejem... ¿sabes que alguien se enojara por dañar la madera? aunque debo reconocer algo — observa con atencion las garras de Natalia — para ser una depredadora no me has causado un solo rasguño con tus garras... aunque me gustaria decir que es por que te agrado... creo que la verdadera razon es por que te preocupa lo que alguien te haria si me dañas — dice sonriente a pesar de estar en una clara posicion de desventaja, la chica comenzo a sangrar pero como si no fuera importante solo se lamio la herida, solamente para mostrar los colmillos apunto de morder a Jester, pero para sorpresa de este solo lo beso en la frente y se marcho

— Vaya tipa... si que debe de estar loca — sonrie para luego ponerse de pie y suspirar pesadamente al ver todo lo que tenia que limpiar, sin mas remedio comenzar a sacar uno a uno sus pesados juguetes... el sol estaba por salir cuando el ultimo de sus quince juguetes se encontraba ya fuera de la cabaña — estoy exhausto, me duele la espalda, los brazos, la cabeza... maldita loba que no me quizo ayudar, ser insesible y egoista — hace berrinche mientras entra a la casa para meterse a la chimenea comenzando a escalar por dentro y llegar casi a la cima, donde usando sus hilos forma una pequeña cuneta en la cual se acomoda a descansar.

En ese momento el pequeño Lo se levanta y aun vistiendo su pijama de conejo azul baja hasta la cocina por un vaso con leche, se sienta en la mesa bostezando y da un sorbo a su leche, a los pocos minutos baja La tambien con una pijama de conejo pero la suya color rosa — te vez cansado Lo, ¿tampoco pudiste dormir? — Lo da un largo bostezo y mira a su hermana — tuve un sueño muy raro, que alguien se la pasaba quejandose toda la noche de su espalda y maldiciendo a un lobo o algo asi — La se queda pensativa unos segundos y luego se acerca a su hermano sentandose a su lado — yo soñe lo mismo, fue un sueño muy malo no pude dormir bien —

Para ese momento Jester se encontraba ya completamente dormido sin poder escuchar lo que sus hermanos menores decian — creo que solo Padre, Nata-san y Sledge pudieron dormir bien, no los veo por aqui — menciona Lo al tiempo que da otro sorbo a su leche casi como si de cafe se tratara — deberiamos ir al bosque por algo de leña — menciona Lo mientras La asiente con la cabeza — vamos a cambiarnos — dice alegre La y ambos corren hasta su habitacion, para al cabo de varios minutos bajar

Lo vistiendo un traje negro con botas y guantes de metal, ademas de una pequeña hacha de mano muy extraña, ya que el mango tenia pequeños orificios, por su parte La, vestia unas mallas verdes, un vestido del mismo tono, botas de piel y unos guantes con un pentagrama en las palmas, ambos se ven uno al otro sonriendo y asienten al mismo tiempo — estamos listos — dicen al unisono muy alegres tomando sus respectivas mochilas y salen corriendo hacia el bosque cercano, comienzan a cortar un poco de leña derribando un arbol, gracias al hacha de Lo, sin embargo cuando iban a hacer leña del arbol caido... un par de hienas blancas aparecieron frente a ellos gruñiendoles listos para atacarlos — no te alejes de mi, La, yo te cuidare — Lo entonces saca de su mochila una mascara negra de metal y se la coloca.

Una de las hienas se lanza sobre la niña pero Lo se interpone causandole un gran corte al animal en un costado con su hacha, dejando a la hiena tirada en la nieve, en ese momento la segunda hiena se lanza hacia un distraido Lo — ¡Mera! — grita La chocando sus palmas y una pequeña bola de fuego aparece entre ellas la cual lanza contra el animal, quien se revuelca en la nieve tratando de apagar el fuego, la pequeña saca de su mochila un gorro verde el cual se coloca — ¡Merami! — grita La mientras vueve a chocar las palmas duplicando el tamaño de la bola de fuego anterior impactando ahora a ambas hienas — eres genial La —

Grita emocionado el pequeño pero el rostro de su hermano se pone enseguida muy preocupado — Lo... corramos... — Lo voltea confundido y se da cuenta de que una jauria furiosa de hienas blancas aparece frente a ellos, comenzandolos a rodear, eran demasiadas para contar, pero facilmente superaban las quince, Lo aun con mascara se coloco frente a su hermana proteguiendola — yo las distraere... La, corre por favor — aprieta con mucha fuerza su hacha y corre hacia las hienas, logrando cortar a una luego a otra, pero al intentar cortar la tercera es tomado por sorpresa con un zarpaso en el rostro, cortandole la mascara de metal, la cual si no hubiera estado usando habria sido su rostro el cortado, Lo cae al piso soltando su arma — ¡Merami! — La vuelve a lanzar el hechizo dañando a un par de hienas cercanas a su hermano y corre hacia el notandose muy agotada por hacer uso de ese hechizo dos veces en poco tiempo — idiota... no te dejare — menciona La sujetando la mano de su hermano mientras las hienas restantes los rodean

La albina se encontraba con otras situaciones en la cabeza, que había ignorado por completo al “nuevo amigo” que había conocido. Pasaron las horas, las decisiones de la loba eran más firmes a cada minuto. Sin embargo, algo dentro de sí, le dictaba que se iba arrepentir. Temerosa tomo un vaso pequeño y un cuchillo filoso que encontró entre los utensilios para colocarla en una base de metal. Aun necesitaba valor para lo que iba a hacer, aunque ya había decidido.

Cómo no podía dormir y necesitaba entretenerse había preparado la comida, era pan a la francesa con verduras finamente picadas (brócoli, champiñones y zanahoria) acompañado con arroz rojo y tocino frito. Tal vez no parecía muy elaborado, pero tenía que hacer una porción para muchas personas, al menos sabía que Joker y Slegde comían como si tuvieran un agujero negro en el estómago. De postre se dedicó a hacer un pan relleno de lo que pudo encontrar, algunos frutos del bosque, frescos cómo secos. En unas horas, estaba segura, haría licuados de chocolate con plátano y agregaría cómo siempre, frutos secos que ayudarían a la energía de todos.

Los ojos escarlatas miraban lo que sus manos hacían, puesto que preparaba el plato para Joker, estaba nerviosa mientras colocaba cada objeto con su respectivo alimento en una bandeja color plata. Camino con la comida por el largo pasillo que dirigía a la habitación del payaso, notaba por las ventanas que pronto iba a amanecer y se sorprendió de lo rápido que paso el tiempo para ella. Es qué darle algo tan íntimo como su sangre a un ser que no era su manada… era demasiado ¿Por qué lo hacía entonces? No quiso contestarse y pensar con lógica en ese momento. Ella simplemente haría lo que tenía que hacer cómo parte de su promesa.

Al entrar a la habitación sintió tensión, la oscuridad no era un buen presagio, empero, el hombre seguía reposando en su cama. Ella coloco la bandeja en el buro que se encontraba cerca de él, con tal cuidado, como si fuera de un vidrio tan fino que, con el simple soplido del viento, fuese capaz de romperse.

La chica entonces, ni con prisa ni perezosa, aunque asustada; se encargó de tomar el vaso con sumo cuidado junto con el arma corte punzante. Su rostro estaba serio, había una mueca que parecía duda en su rostro. Lo observo unos instantes.

“Estas tan débil y en desventaja… podría matarte ahora; pero estoy aquí dispuesta a darte parte de mi cuerpo” razonaba, es que, en sí, si hacía eso ya no sería libre.

Arrugo el ceño con profundo pesar era su responsabilidad por haber fracturado a una manada intacta, apretó la mandíbula ante la pelea entre el deber y el deseo; no tenía por qué hacerlo ¿No es así? Quizá. Miro el semblante del medio anémico arlequín. Veía sus parpados cerrados, los ojos de Joker aparecieron en sus recuerdos con el brillo de la locura, con su sonrisa y voz alegre; los de Slevin eran tan filosos como una espada y su presencia siempre tan temeraria.

Recordó como interactuaban... cómo sus abrazos eran tan distintos, es que con el bufón la rodeaban completamente, pegándola a su cuerpo con sus dedos largos enterrándose en su piel, era tan fuerte e ilógicamente tierno, si ella peleaba entonces él hacía algo completamente irracional y sonreía, provocando un escalofrió en la albina, puesto que sabía, era una amenaza. Mientras que el carcelero la tomaba con fuerza, las pasiones de sus manos se escondían cuando apretaba con fuerza su piel para atraerla hacia él, la lastimaba, le hacía marcas cómo cuándo los licántropos marcaban a sus hembras con una mordida. Usando cualquier cosa para dominarla, tan fiero como un cazador, capaz de amordazarla, de amarrarla con cadenas para que ella entienda que él era el líder ahí.

Recordó cómo se sentían sus besos sobre sus labios, el más alegre era un dominante, que la estremecía por completo cuando esa lengua pasaba por su boca. El más amargado sin embargo la besaba con pasión, demandante a obtener lo que quiere.

Su corazón dio un grito sobresaltándola. Es que no quería salvarlos sólo porque sintiera algo por ellos. No, ella era una loba, tenía que estar con un lobo.

Recordó a Lo y a La jugando con Slegde, cómo el arlequín los hacía reír con sus historias y cómo el carcelero los cuidaba. Ella sólo los veía a lo lejos anhelando lo que ellos tenían y que jamás podría obtener. Llena de envidia.

Entonces se imaginó a Los pequeños siendo como ella, vagando por el mundo, separándose al no tener a su padre y tío. Sus ojos dejarían de tener ese brillo inocente, lleno de alegría. Seguramente cuando fueron atacados había sido así, seguramente los hicieron sentir cómo ella se sentía. De sólo pensar eso su cólera empezó a emerger como la erupción de un volcán.

¡Zaz!


Ella suprimió un grito en su interior, apretando los labios rozados. Mientras que la yema de su dedo índice salió volando al recipiente de vidrio junto con la sangre que poco a poco iba dejando su cuerpo.

No paso mucho tiempo cuando las células de su cuerpo empezaron a multiplicarse como si fuera un método de protección. Poco a poco su piel se iba a cerrando, reparando terminales nerviosas, vasos sanguíneos, músculos. En poco tiempo era como si jamás se hubiese hecho daño.

La albina tomo acción pronto semi-sentando al pelirrojo con una mano mientras que agarro una cuchara con la otra. Con suavidad, con nerviosismo, manubrio con el utensilio para recolectar sangre y piel. Entonces lo llevo a la boca del hombre que más miedo le daba en el mundo… al hombre que más amaban los niños. A la cabeza de la familia.

-No te ahogues- era como una orden, mientras esperaba que lo tragara, para su sorpresa, el pedazo parecía haber desaparecido y él seguía dormido. Fue entonces, que más segura, comenzó a darle a cucharadas su sangre. Así, al final, se aseguraría que él había ingerido tal pedazo. Limpio su boca con una servilleta desechable de manera casi ceremoniosa -Slevin, esta familia no es nada sin ti, despierta- le murmuro al oído. No sabía que decir realmente y no esperaba que se levantara simplemente con eso, ella era muy realista, tal vez necesitaba más de su cuerpo -Por favor- musito, casi como una súplica. Su mente le estaba empezando a jugar una mala pasada.

En la siguiente escena… ella ya había cerrado la puerta detrás de sí, recargándose en ella, mirando al techo, dejando al herido fuera de su realidad, en su habitación ¿Qué había hecho? Seguramente algo que la hundiría. Era cómo decirle al pelirrojo que puede usarla cómo medicamento. Por dentro se sentía merecedora de ser un conejillo de indias por sus malas acciones.

Era bien sabido que su sueño era tener a su familia con ella. Que la amaran con tanta fuerza como ella los amaba. Cómo quién cree que todos están en su condición, se imaginó que, por su ineptitud, egoísmo, por su incapacidad de predecir el futuro, había roto el sueño de otros. Había roto una familia y no sabía cómo arreglar su tremendo error. Se sentía pequeña, insegura, temerosa en la oscuridad, odiando su soledad y aceptándola al mismo tiempo.

Ya eran las altas horas de las madrugadas, ella seguía despierta, con los ojos ardientes de no haber conciliado el sueño. Escucho, oculta entre las sombras a los pequeños, quienes hablaban de lo sucedido a anoche. Curiosa de que creyesen que fuera un sueño. Al final los traviesos decidieron ir por el bosque a traer leña, era bueno que para variar hubiese seres responsables en ese lugar. No hablaba exactamente de Slegde.

Dejo que se marcharan sólo para subir por la chimenea y seguirlos, ese al menos era el plan cuando vio a Jester en medio de la chimenea, parecía simplemente dormir. Estorbando.

“Parece ser que este ser es lo único que hace” se dijo a sí misma la hembra, quién procuro no hacer ruido y bajar lentamente, tal vez sería mejor ir por la puerta como todas las personas, después de todo ellos ya se habían alejado. Una vez pudo bajar se miró las manos, se había encargado de limpiar ese lugar escuchando las quejas de Jester. No limpio bien al parecer, tenía un poco de negrura en las yemas de sus dedos. Fue cuando penso en ponerse algo más abrigador, así lo hizo, tomo su gabardina de mangas largas. Después de todo, no soportaba el frío.

Salió de ahí en camino de los pequeños, ahora, en el bosque, estaba en su territorio, con un eficaz salto, subió a una rama, eso la deleitaba, pero poco sería su emoción, escucho un gruñido. Su olfato empezó a notar algo extraño.

Llego junto con Lo y La enfrentándose a los depredadores, al principio se sorprendió gratamente de los pequeños guerreros, estaba sentada con las piernas cruzadas, notando lo muy bien que lo hacían solos al principio. Pertenecía a una manada donde los cachorros eran entrenados por sus superiores, por lo tanto, era natural que ella les dejara espacio.

“Primer error” pensó la loba mirando cómo esos depredadores se acercaban a los pequeños poco a poco, rodeándolos mientras ellos se distraían “Son jóvenes” razono. Sin embargo, todo empezó a salírseles de control “Segundo error” se dijo, el tercero ya sería fatídico. Pronto sus ojos rojos empezaron a brillar, es que sólo imaginar que esas criaturas tocarían a los cachorros le hervía la sangre.

Una de esas hienas salto por encima de los pequeños para atraparlos entre sus fauces y garras.  Muy lento para Natalia que se dejó caer de la rama y lo atrapo de la cabeza, ella era pequeña pero lo que pudo agarrar lo había apretado con su mano hasta aplastarlo. Se pudo escuchar el chillido del animal mientras que en la mano de la loba se llenaba de su sangre. La verdad no quería matarlo, aunque se le hacía muy raro que estuviera esa especie en un lugar tan al norte (Sabía que ellos crecían realmente en la sábana), empero, eran hienas, un animal que no se daría por vencidos.

La fémina se colocó detrás de los infantes, mostrando sus colmillos filosos a los que querían hacerlos sus cenas. El siguiente animal ataco junto con otros abriendo sus fauces para atrapar un pedazo de piel. La chica le dio una patada al que iba a la izquierda usándolo como balón para que chocara con las atrás que venían a atacar.

La prioridad para la loba, era mantener a salvo a los menores. Así lo hizo, con una gran velocidad y destreza, tomo a ambos de la cintura, uno en cada brazo; dando un salto enorme para llegar a una rama. Una vez los dejo en ese lugar la joven se dejo caer nuevamente para quedarse en medio de las criaturas. Lamió sus dedos con la sangre de quién había herido.

-Hace mucho tiempo que no como carne- murmuro, mientras sus ojos miraban a sus agresores quienes la rodeaban, cómo si no entendieran que era más fuerte que ellos, pero pagarían su osadía. Ella se aseguraría de eso. Los movimientos de ella era rápidos, certeros, metiendo sus manos dentro del cuerpo del animal de manera tan agresiva que se escuchaban los huesos crujir, llenando el piso de un rojo vivo, junto con los intestinos, pulmones que ella había perforado, afanada con la caza de esas presas. Incluso había partido a uno a la mitad de manera repulsiva.

Si presas, ellas habían entendido de manera tardía la licántropo era la mayor cazadora de ahí. Pronto, chillando, se alejaron dejando a una ensangrentada albina mirado a la nada. Viendo los cuerpos violentamente destrozados... si ella no hubiera esado ahí los destrozados serían los pequeños. Fue cuando observo a los pequeños que estaban en el árbol. Su mirada escarlata los veía desde lejos. Fue cuestión de una milésima de segundos cuando Nat se encontraba en la misma rama, observándolos fijamente. Cómo un depredador lo hace con su presa.

- ¡No vuelvan a salir sin supervisión! ¡Aún son cachorros ¿en qué pensaban?!- les levanto la voz, sin embargo, después de eso se quitó su gabardina llena de sangre, los abrazo con firmeza, acariciándoles la nuca a ambos -No sé qué haría si les pasara algo, cachorros. Son muy importantes para mí- les susurro, cómo para tranquilizarlos, suspirando, intentando comprender que eran niños, que no querían causar problemas realmente.

-Está bien, vamos a casa - les susurro abrazándolos para bajar, ella no quería llenarlos de sangre, por ello no se puso esa gabardina, aunque estaba empezando a sentir el frío en sus huesos. Ignorando eso con todas sus fuerzas, había tomado sus manitas con ternura para dirigirlos a su hogar -Hice de desayunar, vayan a despertar a sus hermanos y a su padre- les anuncio una vez estaban a la puerta de la cabaña.

Los niños se encontraban indefensos, con La, muy agotada apenas pudiendo sostenerse de pie y Lo tambien diezmado, su fin era mas que inminente, sin embargo a ultimo momento Natalia hizo acto de presencia, acabando con aquellas hienas sin ningun problema y a una gran velocidad, los niños no parpadeaban para asi no perder detalle de aquella batalla o mejor dicho matanza, ya que las hienas dificilmente se podian llamar rivales para la licantropo. Finalmente cuando todo termino la mujer paso a reprender tanto a Lo como a La — lo sentimos mucho — dicen ambos al unisono para luego abrazar con fuerza a Natalia

— Solo queriamos ayudar un poco — dice Lo pero ambos son llevados por Natalia hasta la casa, caminando todo ese rato en silencio, La se notaba cansada pero podia caminar, sin embargo el joven Lo se encontraba bastante pensativo, de no ser por Natalia ambos habrian muerto, Lo no podria haber evitado su propia muerte y peor aun la de su hermana, llegaron ambos hasta la puerta de la casa y ambos asintieron ante las indicaciones de la licantropo, Lo fue hasta a habitacion de su padre comenzando a sacudir violentamente la cama

El cuerpo de Joker se sacudio hasta que cayo al piso de frente, poniendose de pie levantamente soltando un gran bostezo — que sueño mas extraño tuve, soñe que iba a un restaurante donde comia todo lo que podia y al final un gran terremoto ocurria sacudiendo todo jjajaja — rie meintras se acerca al pequeño Lo acariciandole dulcemente la cabeza — padre, Nata-san preparo el desayuno, vayamos a la mesa — dice tratando de poner su mejor sonrisa el niño, a pesar de por dentro seguir sintiendose frustado por lo sucedido.

Joker enseguida noto que algo pasaba pero tomo al chico levantandolo para colocarlo sobre sus hombros y asi fue bajando los escalones hacia la cocina. Por su parte, La, en el sotano estaba ayudando a despertar a Sledge quien poco a poco abrio los ojos ante la sonrisa de La, el gigante lentamente se puso de pie mirando a su hermana menor — La... estas muy cansada... ¿estas bien? — pregunta preocupado, pero la chica solo niega con la cabeza indicandole que no es nada y sujetandolo de la mano lo lleva fuera del sotano hasta la cocina, donde ya se encontraban Joker y Lo, ambos gemelos se sientan en la mesa, acto seguido tambien Sledge lo hace.

Joker se acerca a Natalia mirandola con una gran sonrisa, posa con firmeza su mano sobre el hombro de la joven apretandolo con fuerza y acerca sus labios al oido de la albina — la familia no es alimento Nat-chan — le susurra al oido dandole a entender que sabia lo que hizo, Joker aunque muchas veces habia mordido a Natalia, no habia ingerido su sangre ni su carne, aun sabiendo que esto le daria mucha fuerza y que las partes dañadas de su cuerpo se curarian a una velocidad asombrosa, Natalia era un miembro de la familia, Joker jamas usaria a un miembro de su familia para el bien propio — la proxima vez... —

Se interrumpe asi mismo y presiona con sus dientes la oreja de Natalia, sin llegar a cortar la piel, solo marcandole los dientes en esa sensible parte — te arrancare las orejas y no... no las comere... aunque van bien con papas a la francesa jajajaja — comienza a reirse para luego darse la vuelta y sentarse a la cabeza de la mesa, Joker voltea a ver hacia La notandola cansada — pondre algo de fuego en la chimenea La, asi despertaras creo no dormiste bien por eso estas cansada — Joker se pone de pie y de su gorro saca varios trozos de leña, demasiados... comienza a aborrotar la chimenea llenandola de madera

Acto seguido rocia con un poco de gasolina el interior de la chimenea, gasolina que claro tambien saca de su gorro, finalmente un fosforo y fuego... — ¡Ahhhhhhhhh! — un fuerte grito se escucha saliendo de la chimenea, Jester, comienza a quemarse por lo que sale por la parte superior de la chimenea para lanzarse hacia la nieve logrando asi apagar el fuego, a los pocos minutos entra por la puerta con toda su ropa y cabello chamuscados, ademas de haciendo muecas de dolor a cada paso que daba — eso... dolio... MUCHO — dice lentamente mientras camina hasta la mesa sentandose — ¿que hay de comer?, huele bastante bien... ah no esperen es mi piel quemada jajajaja — comienza a reir mientras los niños tampoco pueden evitar reir un poco ante las palabras de Jester

— Nat-chan, no estoy seguro si ya conoces a Jester, uno de mis hijos, se encontraba con sus otros hermanos mayores muy lejos, pero vino de visita, se llevaran bien — dice sonriendo para luego hacerle una señal a Natalia para que se siente a su derecha — es una chica encantadora... aunque algo joven para ti padre — sonrie un poco dando un trago a su bebida mientras observa a Joker, quien da una prueba a su comida — esto esta perfectamente cocinado... pero tu Jester creo que te falta cocinarte mas, aun tu piel esta en su lugar jajajaja — bromea a lo que Jester solo comienza a reir tambien mirandolo — ¿lo crees asi padre?, sabes tengo unos juguetes nuevos que quiero mostrarte —

— Yo quisiera verlos — en ese momento entra por la puerta Kuriban junto a su compañero Piroro sobre su hombro, ante esto Jester casi se atraganta mirandolo — espero no interrumpir pero trajimos algo para los jovenes — el pequeño mago de traje verde se acerca flotando hasta La, entregandole una pequeña botella con un liquido azul en ella — un mago nunca debe gastar toda su energia, debe tener siempre incluso al final del dia — dice en rima mirando a la joven — lamento eso maestro, pero debia salvar a mi hermano — Kuriban se acerca al joven Lo entregandole una nueva mascara de metal — no te sientas mal... esos animales no eran normales mi joven aprendiz, pero recuerda esa impotencia y usala para ser mas fuerte —

— Si... maestro — dice Lo sintiendose un poco mejor luego de esas palabras, el hombre de la mascara lleva ahora su vista hacia Joker — vi los cadaveres, esos animales eran de Slevin, alguien los libero  — en ese momento Joker comienza a reir — estas loco Kuriban, solo Slevin puede liberarlos ni siquiera yo puedo — Kuriban camina hasta la salida seguido de Piroro quien flotando se monta sobre su hombro — seguiremos investigando, buen provecho — dice tranquilo para luego salir tan pronto como se fue — esos dos traman algo — dice Jester con la boca llena de comida mientras sus finos hilos salen de la habitacion hacia sus juguetes haciendo que estos se pongan de pie para atacar tanto a Kuriban como a Piroro, pero... en menos de un minuto sus quince robots terminan explotando o cortados en pedazos — Lo intente jajajajaja — rie mientras vuelve a comer como si nada pasara.

Después de que los pequeños fueron a levantar a su familia para comer, la albina camino por el lugar, buscando ropa para ella, lo cierto es que había llegado sin nada ahí, tenía sus ropajes ensangrentadas. Su cuerpo reaccionaba ante la necesidad de encontrar lo que necesitaba, pero su cabeza daba vueltas ante la respuesta de los cachorros. Jamás pensó que los seres que representaban la ternura y la energía de esa manada se sintieran como si no fueran nada.

¿Cómo se les metió esas ideas, siendo tan jóvenes? Tal vez los tiempos habían cambiado. Tal vez no se percataba que los niños crecían y también querían interactuar con la familia. La verdad es que ella no pensó que eran inútiles en ningún momento. Debía tener una charla con ellos antes de que hagan un acto imprudente.

No encontró mucho sólo una sábana, ella siempre había hecho sus trajes así que tomando la costura que antes había tomado para hacer tu tatuaje en el brazo; y tijeras hizo algo improvisado. Parecía más un vestido de tubo y mangas largas; muy grande para ella, empero, enfatizo su cintura con un listón hecho por la misma tela. Sus hombros estaban descubiertos, se podía ver su clavícula blanca, era demasiado ligero. Necesitaba hacerse más prendas, no podía estar por ahí sin ropa interior.

Una vez verifico que le quedaba bien, se dio una ducha para quitarse la sangre ya seca y congelada de su piel, el agua caliente le ayudo tanto a quitarse, sólo por un momento; el dolor que se encontraba en su alma. Relajándola. En ese instante ya no había abandono, tristeza, depresión, sólo un poco de paz.

Se estaba secando el cabello con una toalla cuando llego al comedor, realmente ella tenía más sueño que hambre, sobre todo con la ducha que se dio, puesto que había la había adormilado; pero se mantenía firme, tampoco confiaba en Joker para cuidar a los cachorros ahora que había despertado en ellos la necesidad de sentirse útiles y aventureros.

“Parece estar bien, parece que de mejor humor” pensó la albina al ver al pelirrojo, quién al verla le sonrió, acercándose. Esto hizo que diera instintivamente un paso hacia atrás. Entonces vio a los infantes, se tenía que mantener completamente calmada, pero no lo estaba; aunque su rostro frío no daba señales de nada. Estaba asustada de sólo tenerlo frente a ella, sin embargo, aparentar siempre fue uno de sus habilidades más fuertes.

La mano de él se posó en su hombro desnudo apretándolo con tanta fuerza como para causarle dolor. Los dientes de la fémina apretaron la mordida, intentando mantenerse quieta, puesto que esa era la orden del arlequín con esa acción. No hay que sentirse mal, ella era una licántropo, era una forma clara de dar órdenes en su manada. Intimidándola.

— la familia no es alimento Nat-chan —

Los ojos carmines se sobre abrieron llenos de sorpresa, patitiesa, espantada, eso le daba a entender que se dio cuenta de sus intenciones, creyó por un momento que no era el lugar adecuado para hablar sobre ese tema. Hubiera preferido que fuera algo más privado, empero… Joker no sabía mucho sobre “sutilezas” mucho menos con “discreciones”. Mordió su labio inferior mientras agachaba ligeramente la cabeza sin saber bien que decir, quería morderse para poder controlar sus emociones, pero no, no podía frente a él.  

-Yo, preferiría hablarlo en…- musito lo más bajo que pudo para no llamar la atención.

— la proxima vez... —

La bailarina se sorprendió cuando este se acercaba cada vez más, empezó a temblar con ligereza, sintiendo su aliento en su oído, estremeciéndose en sus manos, fue cuando la mordió. Tal vez Joker no lo sabía, hizo algo imprudente como era su costumbre, pero para una licántropo esa mordida fue un mensaje oculto que la sonrojo de inmediato “Recuerda, tú eres mía”. Su corazón grito ante la acción y sus piernas se querían volver gelatina, apenas si pudo suprimir su gemido, reemplazándolo con una inhalación ruidosa y avispada. Qué bien, pudo disimular frente a los niños colocando un puño sobre sus labios cómo si hubiera tosido.

-te arrancare las orejas y no... no las comere... aunque van bien con papas a la francesa jajajaja —

Después de eso dio una vuelta y se desplazó felizmente a su respectivo lugar, la doncella aún se mantenía quieta dando un giro de 180 grados sobre su propio eje, intentando dar a entender que estaba viendo por la ventana. Sus ojos se perdieron por la nieve, desilusionándose casi al instante. No concebía que se portara como una chica frente a su ídolo adolescente.

“Joker no entiende de esto. Él sólo actúa por algo que aun no comprendo. No debo tomarlo como si fuera parte de mi manada” se regañaba, desengañaba, se insultaba internamente, sus ojos rojizos se perdían en la mañana que anunciaba casi 26 horas sin dormir “No soy parte de su familia, yo tengo la mía… que sé… algún día me van a aceptar” pensó para luego deprimirse, como siempre, aunque tenía esa esperanza dolorosa, una muy pequeña que siempre había guardado en su memoria. Tampoco pensó que lo que había hecho era algo malo, sentía que era como pagar algo que había hecho y reparar lo que había roto, si eso ayudaba ¿Por qué no usarlo? Quería decirle todo eso al bufón. No pudo, no frente a los pequeños.

Un grito interrumpió su martirio diario, girando nuevamente para ver a Jester entrando por la puerta. Ver sus quemaduras y la chimenea prendida le dio una idea de lo que había sucedido, pero no le daba risa, ella tenía muchos problemas internos cómo para poder tener sentido del humor.

— Nat-chan, no estoy seguro si ya conoces a Jester, uno de mis hijos, se encontraba con sus otros hermanos mayores muy lejos, pero vino de visita, se llevaran bien —

La albina observo a los dos, estarían uno a cada lado de ella y eso la mortificaba de sobremanera. Coloco su mano sobre su cabeza, intentando aparentar que se sentía mal, de hecho estaba muy cansada. Si podía dormir unos minutos siquiera, lo agradecería, no pedía más que eso. Pero no. Quería hablar del tema con el pelirrojo, intentar negociar. Entre otras cosas hablar con los pequeños para dejarlos más tranquilos.

Se sentó al lado de Joker, enfatizando lo poco que podía importarle estando a su lado. Actuando con su acostumbrado aplomo. Sin embargo, el comentario de Jester la incomodo, se había llevado un bocado a la boca de inmediato, aunque no cambio su actitud. Permaneció así hasta que llegaron Kuriban y Piroro, quienes ayudaron a reconfortar a los cachorros. Eso le alegro y le fastidio un poco ¿Cómo sabían lo que había ocurrido exactamente con las hienas? ¿Qué quería decir que eran mascotas de Slevin? ¿De qué llave estaban hablando? ¿De qué se trataba todo eso? Sonaba todo tan alarmante y estaba molesta puesto qué, parecía ser la única preocupada por la situación. Se levantó de la mesa, dando por enterado que había terminado de comer, que, siendo realistas, no era ni la cuarta parte de lo que antes ingería.

No quiso decir nada, estaba cansada y esa sensación de sentirse ajena, la aquejaba, no era que ella quería que fuese así. Simplemente su psiquis apuntaba que su única familia siempre había sido de sangre. Cómo se había dicho antes, ella, no compartía lo mismo que los integrantes de esa enorme manada. Ella se sentía más como una visita, cómo algo que, aunque intentara mezclarse no podría. Con lo anterior dicho ¿Cómo meterse en una plática en donde ella no pertenecía? Llena de indignación, resignación y enojo se dedicó a hacer cualquier cosa para no pensar en ello. Sólo rezaba para que alguien la informara.

Una vez todos habían comido, ella se encargó de lavar y limpiar todo. No se quejó en ningún momento. Incluso había hecho de comer, siempre cosas sencillas, esta vez sopa con verduras que había encontrado en la alacena y carne. No sabía cocinar, pero había aprendido un poco en su estadía en Rusia. Hizo una gran cantidad, por lo tanto, el tiempo de cocción la ayudaba a terminar sus quehaceres, entre ellos limpiar el único atuendo que tenía decente, junto con ropa de los integrantes.

En un momento se tocó la frente, 37 horas sin dormir, el dolor de cabeza iba y venía, dando a entender que su cuerpo estaba cansado, pero ella no podía descansar. Sus ojos estaban ardientes a pesar de ser un licántropo seguía siendo un ser vivo, uno que dependía de comer, dormir, beber entro otras cosas.

La bailarina pronto termino, mientras los pequeños le ayudaban en cosas simples como doblar la ropa, darle la ropa para tenderla. Hacer las galletas para el postre. Al final ellos le buscaron telas para que la peliblanca pudiera hacer sus atuendos, no eran tan agraciados puesto que no tenía una máquina para coser, pero eran lo suficiente para poder tener algo al día siguiente.

Nuevamente de noche, se había asegurado de que los pequeños se habían aseado, Slegde no se escapó de ese deber, se lavaron los dientes y ella cepillo su cabello cariñosamente, incluso con el más grande los tres ayudaron a realizar esta tarea.

-Cachorros- les dijo con voz seria, mientras escogían un libro. Este se trataba del patito feo, nada agradable para la albina, puesto que podía remover sentimientos que ella quería ocultar. Podría hacerlo claro, pero la carcomería por dentro -Sé por qué hicieron lo de la mañana. Los entiendo perfectamente Lo, La- Volteo a ver al gran hombre de cabello largo -También escucha pequeño Slegde- la doncella suspiro, para mirar las páginas del libro que tenía entre sus piernas, puesto que ella se encontraba sentada en el pie de la cama de uno de los pequeños.

-Están en su etapa donde piensan que necesitan hacer algo y aventurarse. Eso es natural, eso de demostrar su valía cómo una cachorra que yo conocí hacía mucho tiempo - no los miraba a los ojos, sólo daba la vuelta a la página del escrito -Ella era muy vivas cómo ustedes, tenía emociones tiernas y una sonrisa, supongo, tan “energentizante” como las suyas- hizo una pequeña pausa, para volver a girar la página del libro -No tiene nada de malo demostrar nuestra valía, pero debemos de responsabilizarnos de nuestras acciones. No porque hoy no sepan pelear como los mayores, significa que jamás lo serán. Eso es falso, cuando sean mayores serán poderosos y podrán defender el exterior de este hogar. Todo a sus tiempos cachorros. Ahora necesito que cuiden el interior del hogar. Sé que no lo entenderán al ser pequeños y no hablo de hacer aseo – la de cabello blanco se quedó en silencio, tal vez sería más fácil si ella les habla con un ejemplo, no quería causarle un conflicto más grande a dos pequeños, aun así, pensaba que era lo correcto para ellos, así evitar una catástrofe con otro atentado.


La fémina se levantó, tomo un lápiz y un papel, empezó a dibujar algunos círculos en lugares estratégicos de la libreta, dejando que los pequeños (Slegde también es un pequeño para Nat) se acercaran para ver el ejemplo que ella intentaba explicar.

-Una manada, siempre será compuesta por varios miembros que se portan como uno- explico mientras hacía algunas flechas -El líder normalmente es el cerebro, pero él no actúa solo, hay ancianos, generales y segundos al mando que guían su valentía y fortaleza, con sabiduría e información; ayudándolo a tomar decisiones- Hizo el dibujo de un grupo de personas en círculos -Esta también el estómago, los recolectores de comida que ayudan a abastecer para alimentar al pueblo, los riñones que serían los que curan a los heridos de enfermedades y heridas. La piel que son los constructores que ayudan a hacer las aldeas, escondites, trampas, etc. Los Sueños que son los hombres que se dedican a contar historias fantásticas o verídicas. Están los músculos que son los guerreros, los ojos que son los espías, los huesos que son los maestros que entrenan- la chica termino su dibujo para dejar el de en medio vacío -Bueno, hay igual muchas otras cosas que hacen una manada, pero mi padre siempre decía que lo más importante era el corazón- Nat entonces dibujo a La, Lo y Slegde en medio -La razón por la cuál se une todo. Tener juntos a un grupo de seres que piensan diferente o que hacen las cosas distintas no es fácil, deben tener un motivo, sin esto… la manada se disolvería y el ser uno no tendría sentido- explico, jamás había hablado tanto antes.

Tardo unos minutos en continuar, hablar de su pasado la lastimaba en lo más profundo de su pecho y tenía que mantener calma para no sentir esa terrible depresión que no podía dejarla.

-Su misión, pequeños, por ahora, es cuidar de esta familia por dentro. Por ejemplo, si ven a Jester hacer algo que no está bien, venir y avisarnos a nosotros. Por ahora son los guardianes de esta familia en su interior. Si pasa algo raro, advertirnos. Cuándo yo sea grande y vieja. No podré hacer nada pero ustedes si, entonces se cambiaran los papeles, es el siglo de la vida ¿Entienden?- la chica no quiso escuchar respuesta, sólo los dejo un minuto, sin voltear a verlos, sin siquiera insistir. Pasaron unos segundos en donde, escogió otro cuento y empezó a leerlo para ellos, no paso mucho tiempo para que se durmieran.

Los acurruco a todos, incluso a Slegde con un poco más de esfuerzo y se dirigió a la sala, puesto que se quedaría despierta mientras todos dormían, otra vez. Temblorosa, cansada, descompensada, se sento en el sillón abrazando sus piernas, pensativa en sus recuerdos, no sabía si tenía una habitación para poder llorar pero no tenía tiempo para eso, debía cuidar a la pequeña manada que había roto; y sus emociones no le permitían darle tal emoción. Ahora que lo pensaba, no había visto a Joker desde ya mucho rato y quería hablar con él.

Lo busco por todos lados, pero ni él, ni Jester estaban. No dijo nada, se quedo muda por unos instantes, juraba haberlos visto incluso en su historia. Aunque también sólo era el deseo de sentir la calidez de una familia cerca que la hizo tener esas visiones. Tomo una hoja de su cuaderno, si no lo podía ver podría hacerle una carta ¡Qué idea más genial! Así podría expresarse cómo ella quisiera sin la preocupación de su presencia.

La joven empezó a escribir grácilmente:

“Joker.

Intente hablar contigo, frente a frente. Sin embargo no pude encontrarte, por ende, te escribo esto, qué, en sí, yo quería hablar contigo a solas, sin la presencia de los menores.

Quiero que me uses para ayudar a tu familia. Recuerda que no soy parte de ella, soy una extranjera que si puede ser de ayuda para ustedes no te deberías preocupar, mi habilidad de regeneración podría ser beneficiosa para todos. Yo tome esta decisión y no me parece una mala idea si así puedo volver a unirlos. Te pido, tomes en cuenta esto y tomes la mejor decisión para tu manada.

Natalia”

La chica se auto felicito al ser tan directa y concisa por primera vez con el pelirrojo. Suspiro doblándola y dejándola en el buro del cuarto donde ella había designado que dormiría el pelirrojo. Se dirigió entonces a la salida del cuarto, cerrando despacio la puerta, pero poco a poco empezó a arrepentirse.

Los jovenes escuchaban con mucha atencion la historia que Natalia les relataba, eran cosas que nunca antes alguien les habia indicado, Joker despues de todo solo se dedicaba a protegerlos y hacer locuras, Slevin nunca permitia que se involucraran en asuntos peligrosos, debido a esas cosas era que con justa razon los pequeños se llegaran a sentir inutiles, pero ahora gracias a Natalia se daban cuenta de que ellos tenian un rol muy importante por cumplir dentro de la familia, eso ya los haria dormir tranquilamente.

La forma en que Natalia los arropa los hacia sentir tan bien, era la primera vez que alguien diferente a Joker o Slevin, quien lo hacia cuando segun el ellos estaban tan dormidos que no se darian cuenta, los arropaba, La toma la mano de Natalia cuando es arropada — me alegra mucho tenerte con nosotros Nata-san — le dice sonriendo la pequeña para luego frotarse su ojo al tiempo que bosteza, haciendose bolita bajo la sabana para comenzar a dormir profundamente al igual que sus hermanos.

En esos momentos una gran explosion en el bosque se produjo, justo en la zona donde en la mañana los niños habian sido atacados por las hienas, en dicho lugar se encontraba Jester, frente al pelirrojo un monstruo de tres metros de aspecto humanoide, muy parecido al monstruo del doctor frankstein y frente a este un gran leon negro con una cola larga que terminaba en una punta con forma de flecha, ambos seres se encontraban en una fuerte batalla — es una locura que intentes hacer frente a mi bestia con ese monton de basura reciclado — pronuncia un joven de cabello corto y rojizo, el mismo tono que Jester.

Ese extraño joven vestia un uniforme militar de color negro, un collar de mascota en su cuello y de dije le colgaba una llave dorada muy extraña — locuras es lo mejor que hago — responde Jester manipulando a aquel robot con sus hilos haciendo que se lance hacia el leon dandole un fuerte puñetazo con corriente electrica en un costado, mandandolo cerca del otro pelirrojo, quien se inclina para revisar al leon — si pierdo por tu culpa, te dare un baño de acido y luego te hare una cama de sal — le susurra al leon mientras le toca la parte donde fue herido.

El leon enseguida se pone de pie y abriendo grande su ocico lanza una potente llamarada de fuego directamente hacia Jester, pero este usa sus hilos para que el robot lo cubra del ataque, produciendo otra gran llamarada — oye enserio... ¿que tienen algun fetiche por quemarme? tambien pueden electrocutarme, golpearme o cortarme sabes — comienza a reir para luego apretar fuerte sus manos pasandole mas energia electrica atravez de sus hilos al robot haciendo que todo este quede electrizado, el leon se lanza al ataque pero el uniformado lo atrapa del cuello con un gran lazo negro y lo arrastra hacia el dejandolo a sus pies

— Ahora mismo es una bateria sobrecargada, si lo tocas tus huesos explotaran... no dejare que te suicides, imbecil — reprende al leon para luego soltarlo y guardar el lazo una vez mas en su cintura, ladea su cuello un par de veces estirandose — tal vez no hubiera muerto, debiste dejarlo intentarlo, eres muy aburrido — el uniformado hace una seña y el leon escupe una vez mas una bola de fuego hacia Jester, quien repite una vez mas la tecnica del escudo, sin embargo luego del impacto el uniformado se lanza con su laso hacia el robot, rodeandolo del cuello y usando su fuerza lo lanza contra un arbol.

El uniformado presiona el laso haciendo que se escuche el crujir del metal, aquel laso no estaba hecho de un material comun, ese color tan negro ni siquiera permitia ver algun tipo de tejido, mas que estar hecho de hilos o tela, parecia ser un plastico muy especial — la basura siempre sera basura — da un fuerte tiron y la cabeza del robot sale disparada por los aires como el corcho de una botella cuando tiene demasiada presion

— eso fue trampa, se suponia que solo usariamos nuestros juguetes, menos mal que te conozco — sonrie enseñandole al uniformado como el leon estaba siendo paresionado por los hilos de Jester para luego sufrir una descarga tan potente que termino por dejarlo fuera de combate — empate de nuevo... tantos empates se hacen aburridos, ah por cierto, la cabeza de Franky es una bomba — muestra una gran sonrisa mientras la cabeza que habia salido por los aires comienza a bajar justo hacia el uniformado — te odio — dice molesto el chico del uniforme para luego tomar la llave de su cuello y se la entierra a si mismo en el corazon, en ese momento la cabeza explota

La onda de impacto manda a Jester por los aires, claro tambien el da un gran salto que ayuda a ser lanzado por el aire y termina por caer de cara sobre la nieve — al menos esta vez no termine quemado — dice riendo cuando un brazo de Franky cae en su espalda cubierto de llamas, enseguida Jester se levanta y se empieza a sacudir la espalda — quema quema quema — grita corriendo en circulos hasta que decide dejarse caer de espaldas permitiendo que la nieve apague el fuego de su espalda

Jester levanta la mirada y observa a Natalia no muy lejos de ahi en las afueras de la cabaña, el pelirrojo agita la mano saludando y se acerca a ella corriendo — sabes el numero de los bomb... — en ese momento un laso negro atrapa el cuello de Jester derribandolo, rapidamente del otro extremo entre el humo aparece el chico uniformado sosteniendo con fuerza el laso acercandose lentamente para luego ponerle la bota en la cara a Jester — detestable... por tu culpa tuve que usar una de mis jaulas, ¿sabes lo humillante que es estar enjaulado? —

— arrggg... no... pero apuesto a que me le diras — dice burlonamente Jester mientras es estrangulado, sin embargo aprovecha para rodear con sus hilos el brazo del chico y entonces lanzar una potente descarga la cual hizo que el amarre en el cuello se soltara, enseguida Jester se puso de pie lanzandole los hilos al chico en el cuello, sin embargo al mismo tiempo el del uniforme toma su llave y la coloca en el corazon de Jester, ninguno de los dos hace movimiento alguno — empate de nuevo — Jester quita los hilos y el otro pelirrojo guarda a lleve en la cadena de su cuello — que fastidio... si Piroro me hubiera dicho que estabas aqui lo habria pensado mejor antes de venir —

Jester comienza a reir pero luego recuerda que Natalia esta alli — Natalia, te presento a Sly, general del batallon de las bestias, guardian del... — en ese momento Sly le pega en la espalda con un fuete como si fuera un animal — no es necesaria tanta explicacon... soy Sly, tu debes ser Natalia, escuche algunas cosas tuyas — dice serio sin intenciones de darle un apreton de manos o algo similar, en ese momento Jester le arroja una bola de nieve en la cara a Sly — tengo hambre, ¿hay comida en la casa?  — pregunta a Natalia mientras sonrie, Sly mientras saca un pañuelo para limpiarse el rostro — no me quedare mucho tiempo, solo vine por que Kuriban me dijo que alguien libero a las hienas de mi padre y quiero encontrar a la basura que se atrevio a hacer eso —

Dice molesto para luego caminar al lado de ambos, en ese entonces su estomago gruñe — aunque necesitare energias... desperdicie muchas con un bufon — menciona serio mientras camina rumbo a la casa, entrando tranquilamente para ir hasta la cocina buscando algo de comer —yo querre de comer una hamburguesa termino medio y una bien cruda para Natalia, por favor cheff — dice Jester llegando por detras de Sly colocandole un gorro con las letras "Jester es mejor que yo", enseguida Sly se lo quita tirandolo al piso, abre el horno y lanza a Jester dentro para luego cerrarlo con una palanca, mira en ese momento a Natalia — esta apagado el horno —

Sly revisa uno de los recetarios buscando algo que cocinar mirando una vez mas a Natalia — ¿no es facil ocupar el lugar de mi padre cierto? — menciona señalandole las ojeras en su rostro, era notable que no habia dormido nada — a menos que vayas a comer, sera mejor que vayas a dormir, yo duermo en el dia asi que me encargare de cuidar que ese idiota no vuele la cabaña en mil pedazos — seala a Jester quien logra salir del horno rodando — ya diganme la verdad... ¿POR QUE SIEMPRE ME QUIEREN QUEMAR? — Jester se echa a reir en el piso para luego irse rodando hasta la sala.

Unos ojos rojos vagaban por la noche, habían pasado 49 horas sin dormir, su rostro reflejaba eso puesto que había unas manchas oscuras debajo de sus parpados. Agobiada, para evitar dormir se decidió enfrentar al frío, había tomado una manta para poder salir, puesto como se dijo antes, no tenía la ropa apropiada para interactuar con las bajas temperaturas y gracias a su condición era algo demasiado torturoso.

Su misión era ir por leña, puesto que Joker había acabado con la poca que tenían al prender la chimenea con semejante gasolina. Admitió que esas acciones que hacía el pelirrojo la hicieron sentir en un ambiente familiar, aunque entendía, ella no era parte de su familia. Ella, en su psiquis sólo era algo interesante con que entretenerse, cuándo él pierda el interés, simplemente la botaría o mejor dicho, acabaría con su vida.

Busco un árbol seco, muerto. Para su desgracia se encontró con Jester a primera instancia, entonces la saludo como si hacía mucho tiempo que no se veían, pero realmente pasaron sólo algunas horas. Lastimosamente no iba a recibir respuestas a su “delicada” forma para llamar la atención.

La escena más extravagante de la noche, un chico de cabello pelirrojo, con una expresión muy parecida a Slevin estaba atacando al cirquero, por alguna razón ahora este se encontraba pisando el rostro del más loco de los dos contra la nieve. No parecía una pelea, era como cuando los cachorros juegan, probando sus habilidades según la albina. Entonces se acordó de su hermana menor, cuando aún vivía, cómo jugaban ambas de una manera feroz. Pero al final… ninguna de las dos se lastimaba.

Nostalgia.

“Es mucha familia” entendió la albina, observando al desconocido con tanta cautela como interés, embobada con su expresión, era cómo ver a Slevin nuevamente. Le causó una gran melancolía, pero permaneció inmóvil, con su acostumbrado aplomo de brazos cruzados y rostro frío “Yo… los extrañe” pensó la guerrera. Como si fuera una bomba atómica la joven pestañeo ladeando el rostro, esa realidad emocional le había caído de sorpresa.

-Sly- pronuncio la licántropo, volviendo a tomar su postura, casi amenazante, empero, sin ninguna intención de que sea así -Un placer, Señor Sly- era todo lo que dijo, sin mostrar mucho afán o siquiera interés. No la había atacado o amenazado y eso ya era una buena señal. Claro el contrario hizo lo mismo. Por un instante Nat pensó que era parte de una alucinación.

“¿Tú eras el encargado de cuidar esas bestias?” se preguntó con frialdad la fémina, escuchando su respuesta, aunque entonces, se sintió entrometida, entonces dio media vuelta para observar al nuevo de cerca, no confiaba en él. Así que los siguió.

Segundo momento extraño de la noche, Jester en el horno, aunque ella permanecía recargada en la pared, no decía nada, no reaccionaba, era como si eso lo viese todos los días. La verdad le daba un poco de sentimiento, algo dentro de ella extrañaba a las cabezas de la familia, y se negaba rotundamente a admitirlo. Los hijos se parecían tanto a sus padres, pero en versión joven. Claro, Nat no era en si una anciana o siquiera una mujer mayor, aún era cachorra, pero lo que no tenía en estabilidad emocional, lo tenía en racionalidad, que en su situación actual, no le servía de nada.

Escucho las palabras del hijo de Slevin, sin mucho afán, sin embargo, se preguntó por un instante si Joker la había visto ¿Se veía tan mal? ¿él habrá cambiado su forma de verla? ¿Por qué le importaba que un loco cirquero la viera en un estado desaliñada? No eran nada. Cierto. Eso dolió.

Entendía que debía dormir, pero tampoco se fiaba de esos dos, no los conocía en primer lugar y si no fuera porque ellos llegaron a ella, no habría sabido jamás de su existencia, además, no sentía que fueran necesarios, ninguno de los dos le resultaba útiles, se les hacían pequeños cachorros tontos. Aunque la verdad, se veía a si misma con su hermana, por lo tanto, ella reflejaba su odio.

-Lo lamento señores. No tengo la intención de dejar a dos jóvenes efervescentes, dentro de este territorio; solos. No son confiables- pronuncio fríamente la de cabello blanco, aferrándose a su cobija, mostrando su desconfianza, había cachorros los cuales ella cuidaba con su vida, tanto así que sus propias necesidades básicas eran nada si era por ellos -Cómo veo que son incapaces de controlar sus instintos. Si van a pelear háganlo afuera de este recinto. Está de más decirlo, por lógica, pero parece ser que ustedes carecen de ello- cerro los ojos para girar, completamente irritada. Algo normal si no había dormido en dos días enteros. Sin embargo, se detuvo antes de pasar a la sala, se giró sobre su eje.

-En el refrigerador hay comida, se recalienta y no usen el horno- ordeno la joven para salir de la cocina “La manada de ellos es realmente más grande de lo que pensé… ” mientras caminaba por el pasillo en la oscuridad se mareo, se tuvo que sostener con la pared para poder dejar pasar ese pequeño desbalance en su presión. No iba a dormir, no confiaba en nadie para cuidar a sus niños… se quedó pensando seriamente, ello eran hijos de Joker… ella no tenía nada más que una simple amistad. Admitir ese pensamiento la había destruido por un segundo. Se estaba esforzando por una familia a la cuál ella no pertenecía. No pudo evitar sentirse nuevamente ajena.

Se sentó enfrente de la puerta de los pequeños, como resguardándolos, abrazando sus piernas. Empezó a recordar su vida, los flashback eran tan crueles en su cabeza, admitía que era un dolor demasiado poderoso para ella. Volviendo a esos tiempos añorados, donde el orgullo y el calor de su manada lo tenía en sus hombros, ese calor tan suave le adornaba la frente, su sonrisa se mostraba completamente clara.

Entonces, sus ojos se cerraron.

Se sentía sumida en el frío de la desesperación y la soledad, sus logros eran nada, sus sueños no podían competir con el anhelo de tenerlos, de que la abrazaran. No podía entender por qué tanta crueldad a su persona ¿Quién podría? Eve había muerto, su hermana se había ido, su compañía, su fuerza, su todo; ahora era dejada a un lado como un trapo viejo. Ella intento desesperadamente volver al calor de esos días donde el día era cálido, donde la lluvia era mágica, donde la nieve era un bostezo de inspiración para crear muñecos de nieve “¡Vuelvan! ¡No me dejen!” Nat gritaba corriendo y poco a poco convirtiéndose en una niña pequeña, cada vez más joven, más infante, más triste, más lágrimas.  

Despertó. La joven se tocó la frente confundida, levantándose casi de inmediato como si fuera el corcho de una botella. Abrió la puerta de los niños llena de desesperación “¿Cuánto tiempo me dormí?” se preguntó la doncella, afligida. Todo tranquilo, los niños estaban bien. La loba retuvo la respiración y cerro ahora la entrada. Había sido una pesadilla.

Ya había amanecido otra vez. Ella ya estaba cansada de mirarse al espejo, puesto que, quiera o no, estaba realmente preocupada de su apariencia, no era tan desconfiada consigo misma, pero no quería que cierto loco arlequín la viera de esa forma.

Había hecho el desayuno y tomado café por primera vez en su vida, algo que le había levantado el ánimo. Los menores habían llegado a comer, incluso sus invitados, además de Kuriban y Piroro.

“Joker…” pensó al no verlo, se sentía un poco afligida por su ausencia, tuvo que sacudirse esa emoción en señal de negación.

-Lo, La, Sligde ¿Les gustaría ir al pueblo?- la chica saco sus pertenencias de su ropa, que obviamente había lavado; anteriormente, por lo tanto había sacado algo preciado, su tarjeta de crédito. Ella trabaja después de todo y no tenía la necesidad de robar, además ahorraba por alguna extraña razón el dinero estaba de más pero era su premio y lo tomaba.

-Entiendo Sligde, tu eres más tímido- anuncio acariciando el brazo del gran niño para tranquilizarlo, era un toque tranquilo, muy simbolico y sus emociones carentes, sin embargo, al parecer había funcionado – Te traeré algo, no te preocupes- la loba habías visto como los infantes iban por sus ropas para salir, irse en pijama no era muy grato, además hacía frío. Su frialdad no cambiaba con ellos, sin embargo, siempre había demostrado lo mucho que le importaban esos cachorros para ella.

-Kuriban, Piroro- dijo, esperando que el pequeño no dijera nada, no estaba de humor para atormentarse con su horrible voz -Ustedes cuiden a Slegde- ordeno sin más, levantando la mesa, mientras que el hombre gigante la ayudaba a secar los trastes -Es obvio que no confió en Jester y Sly. Cachorro- dijo refiriéndose al de cabello largo -Ve por una bolsa de mandado, por favor- el mencionado fue por lo ordenado, muy obediente. La verdad eso no le iba a ayudar en mucho, pero era una excusa. La albina levanto un cuchillo filoso lleno de jabón, una vez se vio con ellos dos sin el menor – Escuchen bien ustedes dos. Cuidaran a Slegde, tengo casi 64 horas sin dormir y ustedes no han aportado nada en esta casa. Si les pasa caerá la culpa en ustedes y me encargare de destrozarlos- sus ojos brillaron siniestramente, era una advertencia, estaba muy cansada para las “sutilezas” y su paciencia parecía haberse acabado.

Los tres ya listos estaban en la salida, la albina tenía prohibido salir, lo sabía, pero tampoco le importaba, no podía estar por ahí desnuda. Habían ido al pueblo cercano caminando mientras ella estaba muy al pendiente del entorno, tomando las manos de los menores quienes aprecian muy felices, platicando entre sí. Tal vez a ellos también les hacía falta salir.

Una vez estaba en el pueblo la chica fue a varias parisinas. Para la sorpresa de todos se compró varios tubos de telas y texturas, además de dos máquinas de coser, una normal y otra para cuero. Compro varios accesorios que necesitaba botones, cierres, bolillos, hijos, agujas, cintas decorativas, etc. La chica había pedido que la llevaran a un pequeño desván que ella había rentado, mientras pensaba como llevarse todo eso, pero es que cuándo los escogía pensaba en todos. Incluso fue a lugares donde vendían maquillaje, lo cual compro moderadamente, sólo quería un poco para poder arreglarse de… “Espera… ¿Por qué me importa?” se regañó la joven, pero ya había comprado todo, así que no importaba ya.

-Creo que también necesitamos más comida- menciono la joven a los pequeños, seria con un dedo en su mejilla -tal vez podamos comprar un helado – calculo la doncella mientras los niños le daban ideas -¿Pero cómo nos llevaremos todo esto?- pregunto abiertamente la albina, los niños también intentaban ayudarla a ver cómo hacerlo, ella tenía una cuestión y necesitaba una respuesta lógica "Si, es mucho, pero Slegde es muy grande y Kuriban es muy alto" susurro como respondiendo a una pregunta que no sabía si se la habían hecho o no. Cajas y Cajas llegaban al lugar casi llenándolo casi por completo. Para seguir con las compras, necesitaba ropa interior, le compraría a los pequeños algunas cosas, el menos lo más pesado se había acabado, ahora se divertiría con los infantes, claro, no se notaria.

Ambos chicos tanto Sly como Jester escuchan las palabras de Natalia, palabras que no le gustaron para nada a Sly, despues de todo ante sus ojos ella era la unica dentro de la cabaña en quien no se podia confiar, por otro lado a Jester le daba igual — oye a quien llamas efervesente y poco confiable, ¿es a Sly? por que poco confiable si es, pero efervesente no, varias veces le eh arrojado agua y no le salen burbujas o espuma... bueno solo aquella vez que le arroje agua con mucho jabon jajaja — comienza a reirse Jester de su propia broma, mientras Sly solo pasa junto a Natalia cruzando una mirada serio y camina hacia el sofa donde toma asiento sin decir una palabra

Jester lleva su mano a la cabeza cuando escucha las indicaciones de Natalia haciendo un saludo militar — si señora asi sera, no tocaremos el horno ni con el petalo de una rosa — termina su saludo militar y abre el refrigerador tomando algo de jamon jitomate lechuga y despues de eso unas piezas de pan para hacerse un emparedado, a los pocos segundos Sly se pone de pie para hacer exactamente lo mismo, ambos van a la sala y toman asiento en el sofa — ¿que opinas Sly de la mujer de nuestros padres? — Sly da una mordida a su emparedado y luego de tragar bien contesta — parece ser fuerte, pero ya abandono a la familia una vez, lo volvera a hacer, no me fio para nada de ella — da otra mordida a su emparedado mentras Jester sonrie

— Eres muy paranoico Sly, claro que esta un poco loca pero a mi me agrada — Jester da una gran mordida a su emparedado casi terminandolo — da igual, si nuestros padres la aceptaron no tenemos mas remedio que hacerlo tambien, pero si vuelve a huir la pondre en una de mis jaulas — dice molesto dando otra mordida — creare un nuevo juguete llamado "cazador de Natalia y Sly" — Sly se le queda mirando raro — por que diablos tendrias que cazarme a mi si ella es la que escaparia — Jester entonces levanta el dedo indice — por que seria divertido jajajaja — en ese momento Sly termina su comida y se levanta para salir afuera de la cabaña ignorando a Jester, quien una vez terminada su comida sube por la chimenea hasta el techo de la cabaña recostandose listo para dormir

Jester a los pocos minutos quedo dormido sobre la cabaña, mientras que Sly paso toda la noche caminando alrededor de la cabaña, vigilando atentamente hasta que el sol comenzo a salir, con los primeros rayos solares Jester se desperto, observando a Sly bajo de la cabaña y el uniformado paso dentro para disponerse a descansar, ya era de dia por lo que el turno de ser guardian le correspondia a Jester, en esos momentos a la casa llegaron Kuriban y Piroro para revisar como se encontraba todo en ese momento, sin embargo luego de haber desayunado, estaban listos para marcharse, no obstante Natalia les encomendo o mejor dicho, les ordeno, quedarse a cuidar a Sledge, el pequeño mago iba a objetar pero Kuriban coloca su dedo indice en la boca del mago haciendolo callar, unicamente asintiendo con la cabeza

Los jovenes La y Lo se marcharon junto a Natalia, quedandose Sledge con Piroro, Kuriban, Jester y Sly, aunque este ultimo ya se encontraba en una de las habitaciones durmiendo placenteramente. Ya en el centro comercial los niños caminaban muy emocionados junto a Natalia, mirando con emocion las tiendas, no era que nunca hubieran visto un lugar asi, si no que la compañia de Natalia hacia de ese paseo algo muy especial, los niños sonreian mientras la tomaban de la mano y ayudaban a elegir cosas para la casa, princialmente telas, luego entre todos veian que comida se debia comprar y cosas asi por el estilo

En ese momento un vendedor de helados dentro de una botarga de rinoceronte rojo con un cuerno negro y parche en el ojo; se acerco a los niños asi como a Natalia empujando su pequeño carrito de helados — tienen cara de que quieren un helado — el vendedor abre el compartimiento superior para mostrarles todos los tipos de paletas que tenia — adelante sirvanse a su gusto o mejor aun yo les servire, que ese es mi trabajo, les dare un descuento, asi no les costara un ojo de la cara como a mi jajajaja — se empieza a reir señalando el parche de su ojo o bueno el parche en el ojo de aquella singular botarga, luego de eso le entrega una paleta a Lo, La y Natalia, para luego caminar junto a ellos empujando el carrito

— Saben yo tendo dos pequeños rinoceroncitos muy parecidos a ustedes dos pequeños y mi señora rinoceronta se parece a usted señorita — dice mientras sigue caminando con ellos aun empujando aquel carrito de helados, ambos niños solo rien un poco mientras caminan sosteniendo la mano de Natalia — no existe nada mas importante que la familia... ah y miren de hecho alli esta la mia — del otro lado se observa a una botarga rosa de rinoceronte grande y dos pequeños rinocerontes botarga, el señor de los helados va hacia ellos — ese si es un disfraz genial... debo conseguir uno igual — dice Joker apareciendo de la nada detras de Natalia

— Padre, Nata-san nos llevo de compras, compro muchas cosas, mucha comida y paseo con nosotros — dicen ambos niños al unisono muy felices — Nat-chan es una buena chica, pero tambien muy travieza — el arlequin pasa su brazo alrededor del cuello de Natalia y recarga su menton sobre el hombro de esta para susurrarle al oido — luego te castigare — le dice susurrante para luego colocarse junto a Natalia, tomando el a Lo de la mano mientras Natalia tomaba a La y finalmente Joker a Natalia, caminando los cuatro por el centro comercial como una familia feliz — vamos a las hamburguesas tengo tanta hambre que me comeria todo un centro comercial... de nuevo jajajaja —

Todos juntos van hasta el area del comedor que tienen en la plaza, Joker pide un combo familiar con dos hamburguesas grandes, dos pequeñas, refrescos y papas tanto grandes como chicas, los cuatro se sientan en una de las tantas mesas del lugar para comenzar a comer — deberia contarte cosas que pasaron cuando te secuestraron, pero seria aburrido hacerlo aqui, lo hare despues — dice colocando su mano en la mejilla de Natalia para despues tomarla con fuerza del menton obligandola a mirarlo directamente — sigues sin dormir Nat-chan, hoy te hare dormir por doce horas — dice sonriendo aunque su tono contrastaba con esa sonrisa, ya que parecia ser una amenaza

Tdos continuaron comiendo hasta que devoraron la ultima papa frita que aun quedaba, luego de esto se pusieron de pie y Joker se quedo pensativo para luego sin decir mas, tomar a Natalia del brazo y junto a los niños llevarlos a una tienda de ropa, ya en el interior los pequeños se separaron un poco buscando camisetas con dibujos de series animadas que les gustaban, pero Joker llevo a Natalia hasta la seccion de lenceria para dama — me comentaron que aqui venden ropa interior divertida, asi que compra lo que quieras y te comprare yo tambien cosas, sera un concurso, el que compre la ropa mas divertida e interesante ganara — dicho eso Joker comienza a correr por toda la tienda buscando prendas que se ajustaran a lo que el ve como divertido

Una pequeña manada de tres integrantes, dos pequeños y ya una adulta en el mundo humano, salían del desván que la joven bailarina había rentado. Les había prometido a los niños un helado y era justo donde iban, aunque realmente interés de ingerir algo, no le apetecía. Su cabeza se sentía completamente pesada, sus ojos por otro lado le ardían, podía describirlo cómo “Huevos duros”, una forma muy extraña de decirlo pero esa era su manera de dar a entender que estaban como resecos y tenía que pestañear frecuentemente para mantenerlos hidratados.

Sus sentidos estaban fallándole, su cuerpo suplicaba, bostezante por dormir, sin embargo, entendía por qué se lo negaba, era una licántropo, al final, podía aguantar más que un humano común sin dormir ¿No? La respuesta era afirmativa. Aun así, no era sano para un depredador no cumplir sus necesidades más básicas y por lo tanto traían consecuencias de manera crónica.

Se acercó después de un rato un vendedor vestido con una botarga muy peculiar. Un rinoceronte rojo con un cuerno negro y un parche en el ojo. Los niños habían parado dejando a una joven desconcertada, puesto que, a ciencia cierta, se parecía a un juego típico de Joker. Aunque lo extraño es que le iba a cobrar de todas maneras, el olor a polietileno y poliéster inundo su nariz y cansada le costaba un poco intentar descubrir los aromas más biológicos.

Sin embargo, por alguna razón, se sentía tan tranquila, aun cuando hablaba de su familia y hace una comparación con ellos, algo que tampoco le parecía agradable, no es que no quisiera ser la madre de Lo y La, los quería pero, la joven había razonado que ella no podía ser su esposa y tener dos hijos, para ella tenía que haber parido muy joven, tal vez de 10 u 11 años. No dijo nada, hasta que vio que él señalaba a su familia de ¿Botargas? La loba se quedó anonada, aunque su rostro no demostraba nada, sólo se les quedaba viendo. Los niños, por otro lado, los señalaba emocionados ¿Era parte de su mercadotecnia? ¿Era un truco de Joker?

Una preocupación, algo la había interrumpido, algo se sentía en su pecho que hacía que su corazón se agitara ¿Será por falta de sueño? ¿Acaso era un sexto sentido que le indicaba que algo peligroso se acercaba?

— ese si es un disfraz genial... debo conseguir uno igual —

La voz del pelirrojo había inundado sus oídos, justo detrás de ella. Cómo un impulso, volteo el rostro, junto con los infantes. Sus ojos rojos lo miraron con atención, mientras intentaba tomar el control de su cuerpo. Agradecía que los pequeños estuvieran entretenidos con hombre de parche mientras ella permanecía de espaldas a él.

Coloco su mano sobre su pecho, intentando sentir que tan rápido su pulso había subido, era como la adrenalina, pero mucho más potente. La entumecía de cierta manera al no saber cómo reaccionar. Por lo tanto, hizo lo que acostumbraba, ignorarlo ¿Cómo? Era una pregunta que aún la albina no se podía responder.

Escuchar su apodo “Nat-chan” la hizo reaccionar. Normalmente estaba acostumbrada a que nadie la tocara. Que nadie violara su espacio personal, había algo en su presencia que intimidaba y no dejaba que nadie, que ella no permitiera; se acercara lo suficiente para tener esas confianzas, empero, el arlequín no tenía problemas para hacerlo. La rodeo del cuello, seguramente algo que no era muy cómodo, ya que la doncella era de estatura baja y tenía que agacharse para ello. Coloco su mentón sobre el hombro de la doncella que, tenía el vestuario que llevaba en el tren, cuando la encontró; por lo tanto, estaba bien abrigada y de todas maneras, sentía el peso de su cabeza y el calor que emanaba su piel.

La joven resistía, intentaba no reaccionar, lo había logrado tal vez porque los pequeños no habían puesto ningún gesto de sorpresa o extrañeza, pero su corazón por otro lado, hizo una fiesta en su pecho. Entonces se descubrió disfrutando ese toque ajeno “¡Claro que no!” renegó internamente, los pensamientos y las emociones se debatían ferozmente en ese momento.

— luego te castigare —

Le susurró al oído, la había amenazado, su cuerpo se entumió negando a moverse, a hablar, a respirar siquiera. Le dolían las costillas al sentir como ese órgano, jefe de su circulación golpeaba contra sus huesos para salir corriendo. Se podría imaginar las miles de cosas que podía hacerle, el mucho dolor que podría sentir y al mismo tiempo encontraba cierto gusto. Nat no era masoquista, aun así, por algún motivo, tal vez, le gustaba caer en ese juego donde ella ahora la presa entre las manos de ese bufón. Claro que no se daba cuenta, eran esos momentos en que en si ella desconocía sus emociones y temía profundamente a las nuevas sensaciones que su cuerpo percibía estando al lado de él.

Después de ello, cómo cuando un alfa da a entender que él es el líder, él guío a la pequeña manada. Era la forma en cómo lo vio ella. Estaba razonando, tal vez el pelirrojo se había molestado por llevarse a sus hijos sin su consentimiento y tenía razón. Había grandes peligros y ella no era exactamente confiable, si se había ido anteriormente sin más. Tal vez él no la podía entender ¿Cómo ella iba a pensar que los iban a atacar cuando se marchó? Quería seguir con su carrera como bailarina, poner las cosas en orden en su cabeza, seguir adelante. Aminorar lo que sentía por ese loco desquiciado con trastorno de personalidad múltiple (Así pensaba ella que él era). Su sorpresa es que después de tanto tiempo, sus emociones se multiplicaron mucho más.

“Aun así, eso no me excluye de responsabilidad” razono la doncella para sí misma, regañándose al sentir que había hecho algo mal, se sentía regañada, sentenciada por su mal comportamiento. Cada minuto reforzaba esa idea.

Pararon en un comedor del centro comercial, ella no recordaba en qué momento llegaron, pero había tomado asiento mirando a los pequeños que platicaban entre ellos. Suponía que entendían que ella era muy callada, aunque a veces le preguntaban de algunas historias que ella les leía.

— deberia contarte cosas que pasaron cuando te secuestraron, pero seria aburrido hacerlo aqui, lo hare despues —

La albina lo maldijo en su mente, ahora tendrá esa duda durante todo el día ¿No podía esperarse a que estuvieran solos? Los niños le mostraban los juguetes que les habían salido… ¿De dónde diablos salieron? Más importante aún ¿De dónde consiguió Joker dinero?; En teoría esos juguetes solo salían en cajas felices, la joven aun así les ponía atención, hasta que sintió un cálido toque en su mejilla, lo que ocasiono que sobre abriera un poco los ojos. Segundos después Joker la tomo de su mentón forzándola a voltear a verlo, su mirada se fijó en el único ojo de él, puesto que esa era la orden y obedecía porque él estaba demostrándole su superioridad. Era algo tan delicado de ver, nadie sospecharía que la lastimaba. Ella no era una mujer humana, era una licántropo y esas cosas melosas no era para una hembra como ella, realmente sus costumbres eran diferentes. Aun cuando la lastimaba encontraba cierto gusto a ser sometida por él, exclusivamente por él y se maldecía puesto qué, él no era un licántropo.

— sigues sin dormir Nat-chan, hoy te hare dormir por doce horas —

Por suerte, la joven ya era pálida. Por qué esa amenaza le había quitado el alma. Se imaginó amarrada en una cama con las agujas encajadas en su piel, mientras él experimentaba con ella. Claro eso quería ¿No? Él punto es que usara su cuerpo para el beneficio de su manada, la asustaba, aun así, sólo lo observaba estupefacta ¿Estaba molesto? Al parecer, su tono de voz era muy notorio. Razonando había miles de razones por las cuales él podría estar molesto. La primera se había marchado hacía dos años, sin más. La segunda es que había hecho ingerir su carne sin su permiso. La tercera es llevarse a sus hijos sin su consentimiento. Eran cosas graves en la cabeza de la peliblanco y no supo que decir o cómo reaccionar. Estaban ahí los más pequeños. Con ello le costó trabajo comer, si antes se sentía de más. Comer algo que le habían comprado siendo cómo una desconocida que actuó mal, hacía que cada mordida fuera un poco dolorosa.

No tenía nada en la cabeza, más que en su sentencia… no de muerte, pero si de algo que sabía sería un castigo. Aunque después de un rato pensó que él estaba loco, seguramente sólo se le olvidaría y se entretendría en algo más importante o divertido. Eso la tranquilizaba un poco.

Ella había ido a tirar la basura, para cuando regreso el pelirrojo la tomo del brazo, jalándola mientras los niños los seguía y Nat no perdía vista de estos, e intentaba aminorar el paso de quién la sujetaba. Hasta que llegaron a una tienda de ropa. Los pequeños rápido fueron a la sección de niños, mientras que la licántropo era arrastrada a la sección de lencería.

La doncella se quieta después de escuchar uno de los planes más loco del hombre “¿Divertida?” pensó la chica, mirando las prendas que tenía en frente “Me comprara ropa para ancianas o botargas” imagino la joven “Lo sabía, él se olvidó de lo que me dijo, ahora quiere comprarme cosas” se tranquilizó con ese pensamiento. Ella aprovecho para ir a comprar medias, pantimedias, accesorios, pantaletas y sostenes, además de pijamas, camisones y un par de botas. Paso media hora y ella no podía encontrar al pelirrojo, al parecer se había marchado. Termino de comprarle a los pequeños, camisas de sus personajes preferidos y un peluche gigante para Sledge de oso de peluche.

Eran muchas cosas, como siempre, aunque ahora no sabían cómo llevarse todo eso sin verse sospechosos. Por suerte un joven se acercó, ofreciendo ayuda para cargar las cosas. Los infantes caminaban de la mano de la de cabello blanco, mientras el caballero intentaba tener una conversación con la fémina, quién se esforzaba por contestarle. Una vez llegaron al desván, noto que no había nada, él único que podría hacer eso sin romper el candado era Joker. Por lo tanto, agradecía inmensamente que le hicieran ese favor. El hombre al final le dio su número a la joven quién guardo el papel de manera instintiva. Tomo una gran caja vacía para colocar todas las cosas y llevarse las cosas. Les había pedido a los pequeños no se alejarán.

Llegaron a la casa justo antes del atardecer. Al entrar vieron todas las cosas en la sala, esparcidos de manera estratégica. La albina vio a las “niñeras” jugando un juego de mesa mientras Slegde estaba dormido. Eso hizo que se tranquilizara. Primero se quitó el abrigo grueso y el de los pequeños para poder colgarlos cerca de la puerta. Después se puso arreglar la despensa, la cual se sobre abasteció. La joven guardo la ropa de los infantes en su respectivo mueble. Los pequeños claro, también la ayudaban.

La doncella busco un cuarto para ella, había uno muy grande en el sótano; una de las tantas puertas que había en el pasillo oscuro y parecía estar vacío. Unida a otra habitación y con baño propio; algo sucia. La chica empezó a limpiar primero para después organizar los enormes tubos de tela en la habitación, uno por uno; organizándolos por texturas y grosor. Quién la ayudaba era Sledge ya que era muy fuerte como para acomodarlas. De pronto la enorme habitación estaba casi llena. Había colocado una mesa de madera ya vieja que iba a utilizar para cortar la tela, la condiciono como tal con tijeras colgando por un lado y había pegado una cinta métrica en la esquina. En la pared de la entrada creo un organizador con madera vieja donde organizaba los accesorios por tipo y color. Les puso una etiqueta para poder encontrarlo con mayor facilidad. En su habitación había limpiado todo, el mismo Sledge le había traído una cama y un colchón. La y Lo traían sabanas y almohadas.

La joven estaba agradecida, incluso le trajeron muebles para guardar su ropa qué aun no sabía de donde lo habían sacado. Las mesas que trajeron para las máquinas de coser le fueron mucha de ayuda y las acomodo de manera estratégica. Sólo faltaba guardar sus prendas. Por lo que paro para decirle a los pequeños que fueran a cenar, después se asearon, y al final les leyó un libro. La joven aprovecho para hacer lo propio. Slegde recibió su oso de felpa gigante y Natalia no se había dado por enterado de esto, pero al verlo dormir con él, sólo la hizo sentirse bien.

68 horas y ya estaba mareada. Sin embargo, apenas había guardado sus pertenencias subía y bajaba con varias cajas vacías, no sabía qué hacer con ellas, pensó en hacerle un castillo a los pequeños para que jugaran. 69 horas y ella ya había dejado la casa impecable. No había visto a nadie. 70 horas la joven le había prometido a Slegde una camisa cómo la de Lo. La chica se puso a hacer el trabajo, la camisa no era un problema, sino el bordado. Una vez había terminado vio el reloj.

-11:00 p.m.- murmuro una joven que llevaba el 35% del bordado de Big Hiro 6. Tuvo que parar y colocar su trabajo en la mesa de noche mientras colocaba sus manos en su frente, estaba agotada. Aun así, no podía dormir, no debía y por ende no tenía pijama, tenía puesto una falda larga hasta los tobillos color azul marino, unas pantimedias gruesas negras que se había comprado y una blusa de manga larga color hueso pegado su cuerpo.

“Al menos tengo ropa íntima, compre despensa, arregle la casa, atendí a los niños…” la doncella se dejó caer en su cama colocando una almohada sobre su cara, presionando como si quisiera ahogarse “Parezco una esposa…” sin más alejo el objeto de su rostro, mirando el techo, mientras la cama la invitaba a dormir, sólo quiso cerrar los ojos “… No soy la esposa de nadie. Soy muy ingenua si pienso que soy parte de ellos, mi manada no me ama… entonces nadie más puede hacerlo” pensó, fue tan directa su respuesta si misma que el dolor en su pecho la había desgarrado algo dentro de sí. Sentía que su felicidad era de plástico, no podía evitar que esa sensación placentera de sentirse útil ella misma lo apagara con palabras duras de sí, hacía sí misma.

Subió hasta llegar a la planta baja y al abrir la puerta sintió un mareo, la doncella tuvo que agarrarse fuertemente del picaporte para no dejarse caer mientras dejaba que ese cambio en su presión pasara.

Una vez más fue a ver a los pequeños, revisar la casa, pero esta vez caminando lentamente mientras colocaba una mano en su frente. Tomo un poco de agua en la cocina vacía, no le gustaba estar sola, pero estaba acostumbrada. De nuevo esa sensación de no pertenecer la estaba embriagando, entonces coloco su mano en su brazo tapado, donde se había cosido el logo del circo cómo parte de su promesa. Tenía que ser fuerte y aguantar, otro día ¿Hasta cuándo antes de desmayarse?. Necesitaba estar segura de que sus pequeños estarían bien. Se mojó la cara con agua fría para despertarse e hizo café.

Bajo por las escaleras nuevamente mirando el largo pasillo, a unos pasos de llegar a su habitación, si ella gritaba ahí, siendo usada para algún experimento, no se oirían sus gritos.

“Es por el bien de todos Nat, se valiente. Sólo esperemos a que Joker decida. Sé que él hará lo mejor para su manada. Seamos honestas, si ponen en una balanza entre tú y ellos, tú no eres nada” Tomo un sorbo de su café amargo, el calor cayo en su garganta lastimada por el nudo, esperando que la cafeína le dé más fuerza, pero en cambio, el hogareño sabor le aflojo ligeramente las emociones, lo que provoco que se mordiera el labio inferior con cierta fuerza, hasta hacerlo sangrar “¡Este no es momento de llorar! Tu deber es cuidar de esas criaturas, que, por tu culpa, han sido lastimadas” se regañó, manteniéndose firme. Aunque se sentía miserable, ella detestaba estar triste y no podía evitarlo, debía ser más fuerte. Empero, mientras más se negaba a expresar su dolor, más débil se volvía emocionalmente. Entonces entro en su habitación.

Todos se encontraban buscando diferentes atuendos para comprar, los niños camisas con estampados de sus personajes, Joker mientras tanto vagando de un lado a otro en busca de algo que fuera lo suficientemente divertido, tendria que hacer el mismo dicho atuendo, aunque su talento con para crear prendas no era nada bueno, siempre Slevin habia sido el encargado de confeccionar todo lo referente a los atuendos, por esa razon el arlequin decidio mejor seguir buscando, quiza entre tanta ropa podria encontrar lo ideal para regalar, en ese momento por alguna razon su ojo fue hasta una pijama de dos piezas, era de color roja la parte de arriba y blanca la parte del pantalon, hasta ese momento todo normal, pero el estampado de la camisa era la silueta de una bailarina, parada de puntas sobre el naipe de una carta.

No se diga mas, Joker tomo enseguida la prenda, era ideal para la chica de cabellos blancos, el arlequin tomo todo lo que pudo o mejor dicho lo que encontro en su camino y fue hasta la bodega donde sabia Natalia habia guardado todo, ¿como lo sabia? sencillo el es Joker y lo ve todo, ademas el encargado de la tienda se lo dijo lo cual tambien ayuda, el arlequin al entrar en la bodega observa todas las cosas dentro, demasiadas para que Natalia y los niños pudieran llevarlas, por lo que decide ponerse manos a la obra, lentamente la cortina de metal comenzo a bajar hasta dejar a oscuras por completo el lugar, ya en completa oscuridad todo desaparecio por completo incluyendo al mismo arlequin

Mientras tanto en la cabaña se encontraba Jester recostado en el sofa perdiendo el tiempo, en ese momento de la chimenea sale disparada hacia el una caja cayendole en el pecho — pero que... — se levanta confundido caminando hacia la chimenea la cual estaba apagada, se asoma dentro mirando hacia arriba — ¿santa eres tu? apenas estamos en enero — en ese momento una lluvia de cajas cae sobre su rostro enterrandolo, luego de aquella lluvia de cajas, aparece Joker debajo del sofa deslizandose hacia afuera — bien esa fue la ultima caja — camina hacia la chimenea y comienza a sacar las cajas desenterrando a su hijo de ellas

Joker mira confundido a Jester tirado en el piso — que raro, no recuerdo haber transportado a Jester... bueno ira con las demas cajas — rie y lo toma del brazo arrojandolo hacia atras, acto seguido va donde las cajas abriendolas para ir acomodando todo, esto mientras Kuriban y Piroro lo observan de reojo pero siguen con su juego de ajedrez, sin Slevin no tenian interes en intentarlo matar, era como aprovecharse de un animal herido, uno muy peligroso claro, pero herido a final de cuentas y ambos seres no encontraban emocionante eso, el tiempo pasaba y Joker termino de acomodar todo estrategicamente, mientras Jester prefirio salir al techo de la cabaña, para de esta forma evitar ser golpeado de nuevo — al menos nadie me a prendido fuego — dice Jester recostado en el techo

Ya estaba por oscurecer cuando Natalia junto a los pequeños llego a la cabaña, los niños fueron rapidamente a platicarle tanto a Kuriban como Piroro todo lo que habian comprado y lo divertido que fue todo, aunque no duraron mucho tiempo por que enseguida ayudaron a Natalia con la comida, a acomodarla bien, para luego ir por Sledge para entre todos acondicionar la nueva recamara de la licantropo, al terminar los niños le mencionar a Sledge acerca del gran peluche, fueron por el y se lo entregaron, Sledge lo miro tan emocionado que arrojo con fuerza su gran mazo hacia arriba, rompiendo el techo de la cabaña — pero que es eso... ¿sera una estrella fugaz? cerrare los ojos y pedire un deseo— dice Jester en el techo de la cabaña al ver el mazo por los aires brillando, el cual al caer le impacta en el rostro haciendolo traspasar el techo cayendo justo en la sala noqueado

Sly en ese momento se despierta y baja mirando a Jester tirado en el piso — idiota... no pudo aguantar despierta hasta que yo bajara, es un inutil — dice mirando a Jester y literalmente pasa por encima de el diriguiendose a la salida, ya era hora de empezar su turno cuidando la cabaña. Todo esto pasaba mientras Sledge seguia tan emocionado con el enorme peluche que se metio a la cama con el abrazandolo hasta quedarse dormido, Lo y La estrenaron sus pijamas que Natalia les habia comprado de Gravity Falls, Lo con un estampado de Diper con el tio Stan y La de Mabel abrazando a Pato el cerdito

Las horas transcurrian, los niños dormian profundamente, Kuriban y Piroro se habian marchado como era su costumbre, Sly sentado en los pequeños escalones afuera de la cabaña, Jester haba decidido no moverse por temor a ser golpeado de nuevo por lo que se quedo dormido en mitad de la sala, Natalia ahora era la unica despierta dentro de la cabaña o al menos eso parecia, por que cuando Natalia entro a su habitacion, de entre la oscuridad una gran sonrisa aparecio — Nat-chan — en ese momento el arlequin aplaude, pero no pasa nada, vuelve a aplaudir y nada, entonces recuerda algo por lo que enciende las luces de la manera tradicional

— Estaba seguro de que aplaudiendo las luces prenderian jajajaja — rie mientras se revala detras suyo una tela roja pegada a la pared, dicha tela se veia abultada ocultando algo detras, Joker se coloca al lado de dicha tela y al quitarla rebela un trozo de tabla grueso pegado a la pared, dicho trozo traia consigo grilletas a los costados, era una cama para inmovilizar a quienes usaba para sus experimentos. Rapidamente el arlequin sujeta con mucha fuerza del hombro a Natalia, casi que si presionaba mas se lo zafaria y la incrusta de espaldas contra el grueso tablon, antes de darle tiempo a reaccionar le muerde con fuerza su hombro izquierdo seguido del derecho, rasgandole la piel pero sin tragarla, antes de que se recupere le toma los brazos dañados y los ata con los grilletes

El arlequin le da la espalda y camina hasta e otro extremo de la habitacion, se gira rapidamente y comienza a lanzarle naipes los cuales se clavan arriba y debajo de sus rodillas, asi como en los tobillos, el arlequin se aplaude a si mismo y se acerca para sujetar sus pies juntos en el grillete inferior, hecho esto con sus dientes retira los naipes arrojandolos a un costado — este no es un metal comun, Jester hizo este juguete para mi, fue mi regalo de cumpleaños — de su bolsillo saca un control remoto negro — si presiono estos botones puedo hacer que muchas cosas divertidas pasen, desde clavos de hierro clavandose en ti, que el metal suba a altas temperaturas quemandote o tambien al revez, tan frio que... creo te quemaria tambien pero con hielo jajajaja —

— Sabes me pregunto algo... ¿si te quemas con hielo entonces debes ponerte fuego en la herida? quiza lo descubriremos hoy — dice sonriendo mientras sigue mirando los botones — descargas electricas, gas venenoso, cientos de aguijones, presion... ya se probare todos a la vez — Joker comienza a presionar todos los botones... pero no pasa nada, entonces abre la tapa inferior mostrandole a Natalia que la bateria no estaba puesta — olvide que la deje cargando, la ultima vez los use tanto que se descargo jajajaja — comienza a reir dejando el control a un lado, pero en su lugar se quita el sombrero para colocarlo sobre el piso, al levantarlo aparecen 20 jeringas con distintos liquidos coloridos, pero todas con agujas gruesas y puntiagudas

— Tenemos una platica pendiente — Joker toma 8 de las jeringas comenzando a hacer malabares con ellas — justo cuando fuiste secuestrada varios tipos muy raros vinieron al circo, no eran humanos o al menos no normales, eran raros — sonrie continuando con los malabares — uno de ellos era un demonio, te buscaba a ti y debi haber dicho algo que le molesto por que me ataco, pero no se que pude haber dicho, yo suelo ser muy educado jajaja — comienza a reir y lanza rapidamente las 8 jeringas a Natalia, clavandose un par en cada una de sus cuatro extremidades — los demas tambien atacaron, eran muchos y fuertes, mis hijos intentaron ayudar — camina hasta Natalia y una a una empuja la parte trasera de las jeringas introduciendo el liquido de estas en su interior

— Todos luchamos bien, la familia lo intento, pero Slevin sabia que ibamos a perder, me dijo un plan y use toda mi fuerza para llevar a la familia muy lejos... no se a donde los mande, pero La, Lo y Sledge fueron atrapados por un extraño tipo con cabello igual a ti, igual de largo, igual de color, solo que su piel morena — camina nuevamente hacia atras y toma otras 8 jeringas, esta vez colocando cuatro entre cada uno de sus dedos, camina de regreso hacia Natalia sonriendole — el usaba magia y no pude llevarlos a quien sabe donde, quede muy cansado por eso, asi que no pude evitar que Slevin saliera, yo no queria que lo hiciera por que el es muy aburrido —

Bromea pero en ese momento le clava las jeringas en los costados a Natalia empujando el liquido dentro de su cuerpo y se aleja dejando las jeringas clavadas — luego de eso no recuerdo muchos detalles por que estaba aburrido y me dio sueño, pero Slevin el solo se fue a atacarlos... cuando desperte estaba debajo de un puente, Jester estaba conmigo, Sledge se retorcia como pescado fuera de agua y los niños... ellos no se que les paso ¡JAJAJAJAJAJAJA! — comienza a carcajaserse tan fuerte que la cabaña comienza a temblar, pero de su unico ojo se muestra una mirada llena de furia como nunca antes se le habia visto — les borre la memoria de ese da a Lo y La, a Sledge lo estoy curando, ya estoy en la ultima etapa de lograrlo, me eh usado a mi mismo de conejillo de pascua o indias, no se cual era el bueno —

Bromea mientras toma las ultimas cuatro jeringas con una sola de sus manos, apretandolas como si fueran un cuchillo listo para clavarselo a alguien — entre prueba y error, ademas de cientos de organos que eh tenido que cambiarme... Sledge estara casi curado, pero tu mi pequeña Nat-chan... entiende esto, era NUESTRA no importa si el mismo Dios te busca, nosotros le escupiremos en la cara y le arrancaremos la piel antes de dejar que se lleven a alguien de nuestra familia, recuperaremos a Slevin y yo me comere personalmente a quien daño a nuestra familia, asi tenga que subir de peso JAJAJAJAJA — la risa estruendosa se hizo presente y Joker corriendo le clava en el hombro muy cerca del cuello las cuatro jeringas a Natalia inyectandole el liquido

— Te queda un minuto asi que sere rapido, te inyecte muchas vitaminas, mezclas especiales que hice yo mismo, recuperaras tu estado animico, tu fuerza y esas ultimas fueron sedantes, tan potentes que en unos segundos no sabras nada de ti hasta las proximas 12 horas... dulces sueños mi Natalia... MIA... que nunca se te olvide — se acerca a besar sus labios y luego de eso Natalia queda inconciente, Joker le quita una a una las jeringas clavadas de su piel y la libera de esa incomoda cama para llevarsela en brazos hasta su recamara, la recuesta y Joker toma una silla colocandose frente a Natalia, observandola dormir, cuando las primeras 8 horas pasan y Natalia sigue dormida; Joker aprovecha para dormir sabiendo que no despertara la joven por lo menos en 4 horas mas