She's back... [Privado]

Las penetraciones del arlequin aumentaban con forme el reloj marcaba el tiempo, Joker hacia ligeras pausas en su movimientos haciendolos un poco mas lentos, esto para poder disfrutar un poco mas de aquel momento, no tenia prisa alguna despues de todo, aquello habia tomado mucho tiempo asi que no habia por que apresurar todo, la joven como era de esperarse se quejaba del dolor, despues de todo aun siendo un licantropo con la facilidad de regenerarse de heridas casi mortales, no podia soportar del todo ese tipo de "dolor", al fin de cuentas nunca habia sido penetrada con anterioridad

— El dolor muy pronto se convertira en placer — menciona el arlequin levantando la vista mientras la observa, acerca un poco su rostro al de la joven para besarla apasionadamente mientras la sigue sosteniendo de las caderas, introduciendo ahora su lengua dentro de aquella pequeña boca, haciendo que la lengua de este se frotara lascivamente contra la de Natalia, sin cortar aquel apasionado beso, el pelirrojo comienza a aumentar un poco mas el ritmo de las penetraciones, llegando a ser incluso violentas o salvajes por periodos de tiempo

Los minutos pasaban, sin embargo la intensidad con la que Joker estaba tomando a su mujer, no habia cambiado para nada, era cuestion de tan solo un par de minutos hasta que Natalia llegara al orgasmo, al ser primeriza no podia resistir mucho y tal cual palabras profeticas, asi sucedio, el cuerpo de la joven comenzo a convulsionarse mientras sus labios vaginales se contraian con brusquedad, aquello sin duda alguna era un orgasmo el cual trato de ocultar callando un gran gemido, sin embargo su cuerpo no podia ser controlado

Luego de eso Natalia termino cansada, jadeando y le costaba ligeramente respirar, algo normal por ser el primer orgasmo que habia tenido en su vida, aunque ahora la preocupacion de la joven era respecto a si alguien la habia escuchado y claro tambien complacer a su ahora macho — Nadie pudo escucharte no te preocupes... tu solo relajate y dejalo todo en mis manos — Joker toma a Natalia de las caderas para acomodarla en cuatro sobre la cama, el pelirrojo se acerca detras de ella y de golpe la penetra vaginalmente hasta el fondo

En esa posicion el miembro de Joker entraba con brusquedad y muy profundo dentro de la albina, a la cual sujeta firmemente de la cintura para poder dar rienda suelta a su deseo, penetrandola mas y mas fuerte por varios minutos, sin embargo asi como la joven, el arlequin no pudo resistir mas tiempo, por lo que unos minutos mas comenzo a correrse dentro de Natalia hasta que la ultima gota de su semen termino por salir y entrar en el interior de la albina, hecho esto el arlequin se desploma sobre la licantropo abrazandola y colocandose de lado en la cama con ella, rodeandola de la cintura para finalmente darle un beso en el hombro

Natalia escucho las palabras del contrario, que le afirmaban que nadie la había escuchado, claro que ella no se encontraba muy convencida, eso quedo de lado una vez ella sintió como él sacaba su miembro de su interior. Creyó por un instante que había terminado el ritual, ahora sentía relajarse hasta el punto de quedarse dormida, fue cuando sintió que las manos del contrario la tomaban de las caderas tan firmemente que ella no pudo evitar obedecer, aun mientras estaba cansada.

Se encontraba arrodillada en la cama y su rostro descansaba en una de las almohadas, en esa posición podía regalarle al pelirrojo una vista sumamente encantadora. Moretones en sus blanquecinas piernas y su cadera, una vagina húmeda un tanto roja puesto que había golpeado varias veces su interior, a su vez un ano blanco.

-Joker… - murmuro con mucho esfuerzo hasta que sintió algo que golpeaba su entrada, recorría su interior y golpeaba la entrada de su útero con tal fuerza que ella no pudo evitar soltar una especie de gemido tan alto que incluso sus manos levantaron su torso quedando ahora en cuatro. Sentía la fuerza en como agarraba sus caderas y una revoltura en su estomago la excito cuando se dio cuenta que no se había terminado el encuentro -No, por favor, espera… - menciono solo para que aminorara un poco la fuerza o la velocidad, puesto que en esa posición sentía que él la iba a desgarrar internamente. Es algo que sin duda una virgen podría sentir al ser su primera vez.

Ella había terminado hacía poco tiempo, por lo tanto su interior se encontraba sensible y húmedo, algo que dejaba libre el camino al arlequín para penetrarla con más fuerza, no había pasado ni dos minutos cuando la albina sentía nuevamente como ese placer volvía a dispararse, como su cuerpo se volvía a tensar hasta que un segundo orgasmo la envolvía -¡Ahh!- gimió con fuerza, sintiendo como se sacudía ligeramente su cuerpo, ahora estaba más cansada que antes.

-Para…- suplico, empero él no se detuvo, la penetro aun cuando ella estaba tan sensible que terminaba a cada rato, y ese tintineo de su sombrero solo hacía el encuentro más erótico, hasta que él tuvo el propio, ella sentía algo caliente caer en su interior antes de cerrar los ojos y caer desmayada, no supo que paso después de eso, él la había acurrucado a su lado, abrazándola mientras su sombrero caía debajo de la cama.

Era ya de mañana, la albina se había despertado, se encontraba desnuda en la cama con el pelirrojo a su lado, dormido, aun abrazándola, su mirada rojiza se encontraba intentando recuperar la nitidez, con cuidado de no despertarlo quito sus brazos para levantarse. No sentía algún malestar, simplemente se dirigió al baño para asearse, entonces sintió como algo se deslizaba de su interior, la doncella coloco sus dedos en su sexo para poder ver algo que la había sonrojado, era blanco y viscoso saliendo de su interior.

Ella recordaba lo que había pasado, sus mejillas se encontraban rojas de solo recordarlo y algo uy cálido la embriago. Ahora no sabía realmente que hacer, se había hecho el ritual y ella se encontraba completamente pasmada ¿Qué hacía? No tenía mucha idea, a decir verdad, ya se había limpiado y secado, observaba su cuerpo sin marcas algunas, si acaso lo que se había cosido en el brazo, que hasta ahora el pelirrojo no le había dicho nada al respecto. Entendió entonces que era imposible poder tener una marca eterna de él. Para una hembra era demasiado importante y eso tenía que resolverlo.

Se colocó unas medias gruesas color vino, una falda tabloneada negra, una camisa de botones blanca, unos botines negros, para salir de la habitación, claro primero había lanzado una almohada a la puerta para asegurarse que no la quemara. Logro girar la perilla sin problema para dirigirse a la cocina y hacer de comer, para después ir a la sala, tomar un abrigo y salir de ahí, lo que había ocurrido la noche anterior era demasiado importante como para simplemente dejarlo pasar, aunque ella intentaba que pareciera así.

Ahora era de Joker y de Slevin, eso la hacía feliz, aunque claro después aparecía el pensamiento de su familia, lo que normalmente solía entristecerla al punto de las lágrimas ¿Por qué había salido? ¿No podía soportar la idea de pertenecer a otra criatura que no fuera un lobo? ¿Intentaba desaparecer? Ella había olvidado completamente la orden de no salir, solo recordaba aquella noche.

Sus pies la dirigieron al pueblo más cercano, era más sencillo y más rápido al no cuidar a nadie, estaba muriéndose de frío, eso que se colocó no era suficiente, pero su estado le impedía regresar. Entre las cosas que ofrecía ese lugar mercantil encontró una especie de dije que eran para parejas, tipo de corazón, para ella eso no significaba nada “No puedo tener marcas con Joker o Slevin… ¿Si pudiera encontrar algo así para nosotros dos? ¿Podría pasar como un emblema de nos pertenecemos?” se preguntó de manera inocente, mientras su aliento congelado empañaba el vidrio. También quería darle un presente de su parte, él le había regalado un pijama y ella solo había dado regalo a los pequeños. Para su desgracia no encontró algo que no fueran corazones o de amistad. Paso la mañana buscando sin mucho éxito.

Se sentó en la parada del tren, se abrazó las piernas en el asiento mirando cómo iba y venía dicho vehículo, pronto tendría que regresar a hacer la comida. Claro que a ciencia cierta, si alguno de los hijo del pelirrojo la vieran pensarían que intentaba escapar nuevamente, claro que ella quería subir a un vehículo y buscar de ciudad en ciudad para ver si podía encontrar el artilugio. Aunque entendía que eso era solo un capricho, por muy importante que esa situación sea para su manada, en la familia de Joker era distinto, ella lo entendía, pero al mismo tiempo quería tenerlas.

Pasaron las horas luego de que aquel acto terminara, Joker se encontraba profundamente dormido, casi le faltaba solo roncar o dejar un hilo de saliva empapando la almohada, era tal el sueño del pelirrojo que no se desperto cuando Natalia se levanto de la cama, mucho menos cuando abrio la puerta, tuvo que pasar una hora mas para que el arlequin despertera, estirandose sobre la cama para luego soltar un largo bostezo mirando a su alrededor, enseguida notando que Natalia no se encontraba a su lado, pero basto un segundo para saber perfectamente donde se encontraba, por lo que no tenia de que preocuparse.

Luego de levantarse de la cama lo primero que hizo fue ir hasta el baño colocandose bajo la regadera y abrio el grifo dejando que el agua fria cayera sobre su cuerpo para asi poder despertar del todo, acto seguido luego de secarse se coloco su ropa y camino hacia la puerta tocando la cerradura, notando enseguida un extraño aroma — quien estara haciendo una parrillada a estas horas... huele bien — en ese momento baja la mirada observando que su mano estaba literalmente en llamas, por lo que comienza a reir y con toda la calma del mundo vuelve al baño colocando la mano bajo el agua del grifo apagando aquellas llamas

Ya con el fuego apagado camina una vez mas hacia la puerta — smile out — rapidamente la puerta vuelve a la normalidad incluyendo el picaporte asi que puede salir, sube las escaleras para ingresar a la sala de la cabaña, en el transcurso se cruza con Sly quien solo le observa serio pero no dice nada, Joker por su parte le sonrie y sale de la cabaña quien sabe a donde. En ese momento pasa cerca de una hora mas, en la cabaña Sly ya se encontraba dormido y los demas con la excepcion de Jester, no tardarian tambien en despertar

Jester se encontraba en el pequeño pueblo comprando algunas cosas, tenia menos de una hora que habia despertado ya que era turno de Sly de dormir, asi que como se aburria el singular pelirrojo, decidio ir donde el pueblo, empezo a comprar algunas baratijas, enfocandose principalmente en juguetes que se encontraban en mal estado, por lo cual los niños preferian hacerlos a un lado y no comprarlos, estas acciones le causaban mucho disgusto al joven — ohhhh estos niños de hoy no aprecian la belleza de un clasico — dice viendo como rechazaban a una muñeca de porcelana antigua de cabellos risados y semblante triste, todo por tener el rostro estrellado, el pelirrojo la compra y guarda dentro de su bolsa

Jester termina sus compras asi que era tiempo de volver a casa, pero a diferencia de su padre, el no poseia poderes de teletransportacion, asi que debia conformarse con la transportacion habitual, al menos claro hasta que pudiera reparar el autobus escolar de la familia. Jester camina hasta la parada del tren y entonces se encuentra a Natalia, el pelirrojo se sienta al lado de la joven imitando la pose que esta tenia, dejando la bolsa con juguetes a un lado — espero no estes intentando escapar, nunca habia visto a Padre tan feliz a pesar de Slevin estar secuestrado, al inicio pense que era por que Slevin no estaba y sin la amargura de el, se lucia mas su felicidad... pero no, es por ti —

Menciona Jester mientras para matar el tiempo saca del bolso aquella muñeca de porcela colocandola entre sus piernas con cuidado, despues toma un pincel el cual baña en un pequeño frasco con un liquido transparente y viscoso, dicho pincel comienza a pasarlo por el rostro estrellado de la muñeca, no para repararlo, si no para fortalecerlo y que no fuera a romperse — me aburro de esperar... que tal si secuestramos el siguiente tren, hace unos años que no manejo uno pero esas cosas nunca se olvidan, es como andar sobre una cebra motorizada que tiene alas de murcielago... o algo así dice el dicho — comienza a reir mientras abraza a la muñeca para luego alzarla observandola bien

Una doncella se encontraba mirando a la gente ir y venir, no era un gran tumulto como en las grandes ciudades, empero era algo; ellos a su vez la observaban, tal vez les llamaba la atención el color de su piel, cabello y ojos. Algunos con singular alegría le pedían una especie de foto, algo que la joven simplemente negaba, unos lo tomaban bien, otros no tanto.

Los aromas de los humanos eran más concentrados, era tan sencillo diferenciar un olor de otro. Había uno particularmente sutil, a plástico, que ella paso por desapercibido. Tenía cosas que pensar, cómo el frío y sus emociones, que ahora eran nuevas. Al menos le daba el sol y eso le ayudaba un poco con su temperatura.

Un extraño se sentó a su lado, ella percibió ese olor tan ligero, lo que hizo que volteara, su rostro era tan frío como siempre ni una pizca de sorpresa mostro al ver a Jester, había escuchado las palabras del pelirrojo, lo que hizo que ella volteara hacía el frente.

-¿Quién puede escapar de él?- respondió sin un ademan o emoción en sus palabras. “Joker siempre está feliz, yo no hago gran cambio” pensó la albina, tal vez no podía imaginar que ella podría afectar a alguien de esa forma “Joker siempre está sonriendo. La mayoría del tiempo me aterra, pero esta noche fue muy diferente ¿Fue por el alcohol? ¿Por qué acepte estar a su lado? ¿Será por mi soledad? ¿Sólo me conforme porque sería el único macho que me querría?”  sus ojos se dirigieron a lo que él hacía el contrario con la muñeca, no pudo evitarlo, el líquido que usaba para reforzar la muñeca era demasiado fuerte. Él estaba sonriente mientras tenía a su juguete lastimado, a pesar de estar así de herido a ella se le hizo un bello efecto, como parte de una maquillaje para la obra de un tema mucho más profundo de lo que parecía “Tal vez siento esto por él… porque intenta arreglarme” volvió a pensar, no imaginaba que su vida terminaría así, sin embargo, aunque no lo admitía algo en su pecho se sentía diferente, era tan ligero que podía respirar con libertad.

“Yo tenía una ilusión, ahora pareciera que una vereda se ha abierto ¿Cuál es el secreto que me motiva? ¿Qué ritmo sigo? Siento insatisfacción y al mismo tiempo me siento tan tranquila, quiero estar aquí junto con el ser que más miedo me da, qué con mi familia que son mi sueño eterno ¿Eso es razonable?” reflexionaba mientras el cenit del sol la iluminaba.

-Sería interesante, venir aquí a patinar ¿No crees? - pregunto la joven casi con un tono lleno de nostalgia. Los ojos rojos de la doncella se dedicaron a mirar hacia el frente, había una pista de hielo con muy poco gentío “Se siente como si pudiera vivir…” pensó, para levantarse una vez escucho al contrario hablar del tren. No le parecía una acción muy sutil. Se supone que están escondidos, al menos de los que quieren hacerles daño a los cachorros.

Ella se tomó la libertad de tomar la mano del contrario, estrechándola para cruzar las vías, con cuidado de no lastimar a la muñeca; como cuando una madre se asegura que su cachorro cruce la calle evitando que esté en peligro; además ellos podrían caminar a la cabaña sin problema alguno y la dirección era por ahí.

- No hagas cosas peligrosas, eres el hermano mayor, tu deber es cuidar a los cachorros– Lo riño mientras paraban frente a la pista de hielo, seguido lo mira fijamente a los ojos tan fijamente que podría atravesarlo. Colocó su mano helada sobre el rostro de Jester, era más alto que ella, se veía chistoso, fue cuando le acaricio tan gentilmente la mejilla pasando su pulgar sobre su quijada y el índice lo presiono como si así hiciera que la viera a los ojos. Aunque por supuesto ambos eran muy extraños en el pueblo, cualquiera podría pensar que era una escena romántica -Ellos llorarían si te perdieran, Jester- Todo estaba hecho para eso, el brillo del hielo que parecía dar destellos, el cielo azulado con algunas nubes y un sol iluminándolos como un reflector.

Claro que nadie se daría cuenta de la verdad, la chica apretó con más fuerza la quijada del contrario, mientras sus ojos se iluminaron de manera tenue - ¿Quién esta con los cachorros? ¿No se supone que tú los estabas cuidando? - Natalia presiono como un poco más de fuerza, mientras lo miraba fijamente, hasta que sintió un flash, alguien tomo una fotografía.

Jester fue interrumpido de sus pensamientos aunque bueno eso era mas un decir, ya que en ese momento no estaba pensando en nada, unicamente contemplaba aquella muñeca, pero el comentario de Natalia lo hizo girar el rostro hacia la joven — es buena idea venir a patinar, podriamos estar toda la familia, ademas necesito relajarme un poco, esto de entrenar todos los dias es mucha presion para un joven noble y delicado como yo — pronuncia sonriendo un poco, no se podia asegurar por si tono si estaba bromeando, siendo sarcastico o de verdad el creia sus propias palabras

Sin embargo no hay tiempo para descifrarlo, ya que Natalia lo toma de la mano llevandolo al otro lado de las vias, a pesar de lo inesperado de esta accion, Jester no pone objecion alguna, llegan cerca de la pista de patinaje y entonces Natalia comienza lo que parecia ser un regaño — tecnicamente soy uno de los mayores, pero no el mayor, ahora que lo pienso nunca eh visto al mayor, ni siquiera se si exista... aunque debe existir, pero puede que todo esto sea un sueño — abre los ojos sorprendidos por el gran descubrimiento que pudo haber hecho, donde todo lo que ah vivido posiblemente fue producto de su mente

Aunque... cuando Natalia lo toma del menton presionandolo siente un dolor en su quijada — ok, ok esto no es un sueño, los sueños no deberian doler — se queja haciendo muecas de dolor, aunque en realidad aquel dolor no era para tanto, pero tenia ganas de hacer un poco de drama, algo que a Natalia no parece afectarle en lo mas minimo ya que sigue reprendiendo al pelirrojo mientras le presiona un poco mas fuerte — aghhh no tienes de que preocuparte, ellos jamas me perderan, no soy tan debil como el periodico local dice, o las noticias, o Sly, o Kuriban... o todos los que conozco... mejor olvidemos todo lo que acabo de decir — menciona mientras una nube gris imaginaria aparece sobre su cabeza

Esa nube imaginaria no tarda en desaparecer cuando Natalia le formula aquella pregunta, entonces el pelirrojo se toma unos segundos pensando en que respuesta podria darle — ellos estaran bien, le dije a Kuriban y Piroro que me cubrieran mientras venia por las compras, asi se acostumbran a su rol de niñeras por que cuando partamos en busca de Slevin, ellos se quedaran con los pequeños — menciona tratando de que aquella respuesta deje suficientemente tranquila a la albina — aprovechando... ¿si no pensabas huir que hacias en este lugar? — en ese momento un flash interrumpe aquella escena

Jester se safa del agarre de Natalia y corre hacia la persona que le tomo la foto arrebatandole la camara para ver la foto que le tomaron — que es esto, me atraparon en esta pequeña caja, tambien a Natalia la atraparon, yo nos liberare — grita angustiado levantando la camara amenazando con romperla, aunque antes de azotarla contra el piso se detiene en seco — bromeo, no la voy a romper, ademas ya no sirve — le entrega la camara a la persona y esta no enciende, luego de eso camina hasta Natalia jalandola un poco casi sobre la pista de hielo, en ese momento aquella camara hace una pequeña explosion — parece que fue una foto explosiva jajaaja — en ese momento de los restos de la camara un pequeño hilo se hace presente y vuelve al dedo indice de Jester

-Ese no es… -Natalia volteo a ver a un simple humano que le parecía sumamente romántico el encuentro entre ellos dos, el día del amor y la amistad era un ritual común entre los bípedos que no tenían ninguna gracia o poder. Para la albina fue algo de mal gusto, quería arrebatarle la cámara, mientras el señor sonreía y ofrecía sus servicios de fotógrafo.

A continuación, Jester empezó a hacer sus habituales dramas. Una gota de sudor había caído al lado de la cabeza de la loba, quién observo que había mucho publico observándolos. Se coloco una mano sobre la frente mientras liberaba un suspiro. Escucho al hombre quejarse, empero antes de que el pelirrojo rompiera el artefacto se la entrego. Después de ello la llevo a la pista de patinaje, ella no puso reparo en ello, simplemente camino hasta que escucho un ruido. Para después mirar al hijo de Joker, quién le dijo que era una foto explosiva “De tal palo, tal la astilla” reflexiono Nat “Si tuviéramos una cámara, podríamos tener imágenes de todos ¿No sería un buen detalle?” ladeo la mirada un tanto desilusionada, se podría notar un ligero brillo de eso en su tez helada “Pero eso no es un regalo para mi esposo” reconocer esto la había puesto nerviosa y decidió pensar en otra cosa.

La joven miro con vehemencia el reflejante hielo, se podían ver por el reflejo y ella pensó que era lo más cercano a flotar que podía estar. Un vendedor le ofreció unas botas con navaja para poder patinar, las cuales ella tomo sin pensarlo. A su vez el mismo señor le mostro modelos al pelirrojo puesto que necesitaba una talla que casi no manejaban, tenía que probarse varios números para adivinar cuales quería.

El fotógrafo fue directamente con el pelirrojo para recriminarle lo de la cámara, era ilógico que pensara tal cosa, pero la verdad es que Jester tenía el artefacto antes de que explotara. Entre ello había varias chicas que se acercaron al pelirrojo para tomarse una foto, creando un tumulto alrededor del pelirrojo, ignorando a la albina.

Ella anhelaba estar arriba del hielo, jugar dando vueltas, sentir la libertad del movimiento que como bailarina disfrutaba tanto, empero, no pudo. No podía realizarlo, le deprimía que incluso que Jester tenía más aceptación que ella. No es que lo quisiera de los humanos, pero siempre se imaginó esa situación con su persona, ver que otro lo tenía, le deprimía. Entre otras cosas los corazones por todos lados rompían la ilusión de estar paseando en el cielo.

Sin decir nada, sin reaccionar camino por su propio dejando al pelirrojo con sus aventuras. Caminando hacia su hogar se encontró una vieja tienda de recuerdos, había llamado su atención algunas cosas que se veían como de la época del siglo XVI. Ladeo la cabeza para entrar, estaba la gran mayoría cubierto por polvo, al menos los que estaban afuera, por dentro tenían joyas de piedras preciosas, bellos vestidos de toda ocasión cubiertos por una capa de plástica que los protegía de la suciedad. Varios candelabros que brillaban como si fueran de la realeza ¿No era muy ostentoso para un simple pueblo? Sin duda alguna la joven tenía sospechas.

- ¿Le gusta algo de la tienda? - la albina volteo rápidamente, sin embargo, no encontró a nadie. Como si fuera un fantasma o tal vez era una señora o un señor tan viejo que se camuflajeaba perfectamente con el entorno.

-Tiene cosas muy interesantes- respondió, buscando a quién hablaba.

Repentinamente un grupo de bellas jovenes rodearon al pelirrojo, estas parecian estar muy interesadas en el, quiza demasiado interesadas, alguien lo suficientemente listo podria notar lo extraño de esa situacion, pero Jester no era precisamente el mas listo de su familia, al menos no para tratar ese tipo de situaciones, puesto que nunca estuvo acostumbrado a recibir atencion, por lo que cuando la recibia, su cerebro desconectaba por completo la parte logica y razonable — me llamo Jester y es un placer jajaja — rie llevandose la mano a su nuca sintiendose abrumado por aquella situacion, aunque no de una forma negativa, ciertamente su rostro denotaba que no estaba para nada molesto.

Jester ni siquiera se habia dado cuenta de que Natalia se habia alejado y esta entro a una extraña tienda — me tomo muchos años reunir todo lo que tengo en esta tienda, pero los tesoros mas preciados no se ven a simple vista — pronuncia el hombre saliendo de entre los objetos acercandose a Natalia, aquel hombre toma con caballerosidad la mano de la albina para darle un respetuoso beso en el dorso de la mano — bienvenida a mi tienda, permitame presentarme, soy El Conde de Birmania y si no poseo lo que desea, entonces lo conseguire — dice sonriendo muy confiado de sus palabras mientras se acomoda el singular moño antiguo que tenia

Aquel hombre vestia ropas de la edad media, pero ropas elegantes, de la nobleza, tenia una larga cabellera de color purpura, sus ojos eran de un tono similar a sus cabellos, solo que ligeramente mas blancos y tenia una mirada que parecia indicar tramar algo y ese algo no seria bueno, pero claro eso solo era la mirada, muchas veces las apariencias pueden engañar. El hombre coloca su puño debajo del menton observando cuidadosamente a la joven, tratando de no mostrarse rudo o descortes — tiene un hermoso tono de piel señorita y su cabeño es magnifique, me recuerda a los primeros copos de nieve que caen en invierno — dice con un toque elegante y un marcado acento frances.

El Conde camina hasta un costado de su tienda y al poco tiempo vuelve con una tiara de plata con un gran ruby rojo en el centro, el cual le coloca con cuidado a la joven, observandola por unos segundos — el color plata no hace que luzca su cabello, sin embargo el color rojo me gusta como constrasta — le quita la tiara para despues sonreirle y volver a los pocos segundos, esta vez con una roja diadema de tela con bordados en los lados — formidable — menciona para luego tomar de la mano a la joven y llevarla ante un gran espejo al centro de la tienda, para que esta pudiera verlo — espero le guste madame, es mi regalo para usted y no acepto que lo rechace, tengo por tradicion regalar algo a los nuevos clientes — menciona con educacion, sin embargo su mirada parecia indicar que todo aquello era mentira.

Aquel extraño tendero comienza a caminar por toda la tienda, perdiendose una vez mas entre todos los artefactos que poseia — ahora digame que busca... tengo armas capaces de atravezar la dura piel de un dragon, joyas que usaron las reinas mas conocidas de la historia, amuletos que abren puertas entre dimensiones — mientras aquel hombre hablaba, en las afueras de la tienda a algunos metros de distancia, Jester seguia embobado por toda la atencion que estaba recibiendo — si claro sacare un disco alguna vez, solo debo aprender a tocar, cantar o saber como se saca uno jajaja — bromea mientras las chicas tambien rien con el.

Mientras eso pasaba la gente a su alrededor lo veia extraño, como a un loco que esta hablando solo, mientras tanto El Conde sigue tratando de ayudar a Natalia en busqueda de aquello tan especial — tengo una esfera capaz de capturar el alma de cualquier ser, tenia dos pero la primera la vendí hace mas de dos años a un hombre muy parecido a usted — la voz parece salir de todos lados de la tienda, por lo que usando la audicion se dificulta saber en que lugar exactamente se encuentra el sujeto, poco a poco la tienda parece aumentar su tamaño, aquellos pequeños pasillos comienzan a volverse interminables y las paredes cambian de lugar a cada momento, como si un gran laberinto se estuviera formando — la ayudare a elegir mademoiselle, este laberinto tiene cinco salidas y en cada una le espera un tesoro, si dicho tesoro es el objeto que desea, entonces sera suyo, pero si no... entonces formara parte de mi colección — menciona mientras sigue escuchandose unicamente su voz pero no se ve su cuerpo

El conde:

Jester:

-Lo siento señor- Los ojos rojos de la albina lo miraban de manera intensa, aún cuando este tomo su mano con tanta elegancia. Había besado su mano como un caballero lo hace, lo que normalmente es una promesa de cuidarla y atesorarla. Hoy en día eso se ha ido reduciendo a nada. Ella lo sabía y ante esto, desconfiaba.

-Un gusto Conde de Birmania- hablo con su tono tan frío, sin embargo, asintió con la cabeza en un afán sutil de saludar. El contrario coloco suavemente su dedo índice ligeramente doblado, levantando su rostro para que los colores de sus ojos se miraran, ella sintió como si se mezclaran en un torrente muy extraño. No era que sintiera algo por él, sino que se tomaba la confianza de tocarla, la mirada de la albina era muy lobuna, cualquiera intentaría tomar su distancia una vez ella lo mirara con disgusto.

-Me temo que no estoy muy familiarizada a un toque…- Nat entonces recordó un vaivén, seguido por sus gemidos, recodando el aroma de Joker, su cuerpo sobre ella, entrando en su interior una y otra vez, siendo tan rudo que sus lagrimas se derramaron. Recordó su voz en su oído junto con el tintineo de su sombrero, que cada vez que él decía algo el sonido de sus cuerdas vocales la sobreexcitaban. Sus mejillas se colorearon ligeramente, ladeando el rostro, a simple vista y sin saber lo que había de fondo, podría percibirse que ella estaba respondiendo a los cumplidos que el extraño le dedicaba -…físico- termino la oración mirando entonces hacia donde se dirigía tal hombre.

Regreso con una tiara que la coloco en su cabello sin permiso alguno, ella sentía que era demasiado invasivo en su persona “Si Joker se entera…” de inmediato de recrimino “Simplemente no diría nada, esto no es la gran cosa, estoy exagerando” razono mirando hacia otro lado, escuchando las palabras del contrario. Nuevamente el de cabello purpura se había retirado para ahora colocarle una diadema roja, que para su gusto era exquisito, empero, eso no era lo que necesitaba, quería algo para su macho “Supongo que si fuera otro tipo de criatura esto sería más sencillo… pero me regenero” se lamento mirando al contrario quién adivino lo que ella iba a realizar. Evitando que ella regresara el objeto.

-No suelo aceptar algo que no me he ganado Conde de Birmania y esto no es lo que yo necesito- su rostro se dirigió sus palabras al extraño, empero este simplemente se perdió entre la multitud de cosas, describiendo miles de cosas que ella le sonaban interesantes pero no útiles, no aún.

-¿Esferas para atrapar el alma? – la doncella miro alrededor con su típico aplomo ¿Era posible que se atrapara un “alma”? ella no lo entendía del todo, por supuesto que ella vivía en un mundo más físico, donde la lógica la reinaba. Aunque con Joker pudo entender que había cosas que ella no podía entender siquiera que pasaran.

De pronto la tienda empezó a “evolucionar” poco a poco todo empezó a crecer, haciéndose más esquinas, tramos más largos, mostrando objetos diversos a su camino. La loba se quedó tranquila, aun cuando escuchaba la voz del hombre por todos lados, era como si esperara que pasara algo así “Este hombre parece ser Joker pero sin estar loco” reflexiono, tan tranquila empezó a caminar. Estar con el pelirrojo le estaba quitando la función del “asombro”.

-¿Parte de su colección, Conde?- pregunto fríamente mirando su propia mano, mientras la contraria se retiraba la diadema – Suena interesante, sin embargo, señor. Mi pésame más profundo, no estoy dispuesta- sus ojos rojos brillaron fantasmalmente, sacando las garras de su miembro que ella observaba con tanto interés – No puede darme lo que necesito, perdone mi sinceridad. No me trate como cautiva, si es necesario, puedo destruir todo lo que usted ve o lo que no- advirtió “La única persona de la cual me quiero sentir atrapada es de Slevin y de Joker. Quiero ser su prisionera toda la vida” reflexiono. En un segundo bajo la mano mirando hacia techo “Lo único que hago es pensar en esos dos” reconoció.

-Lamento mi rudeza, Señor, simplemente es una advertencia - menciono, dejando respetuosamente la diadema en un estante, para después caminar, no quería perder el tiempo en eso, quería regresar y hace de comer para los cachorros. Aunque si eran bien cuidados no había razón para que alguien notara su ausencia -Espero no perder mi tiempo- levanto la voz cerrando los ojos, caminando por pasillos y pasillos, doblando esquinas.

Se sentía sola “¿Debería sentirme mejor por ser de Joker?” paro en seco unos segundos “Soy tan fácil de olvidar” se dijo a si misma, esas ideas de esperanza y de tristeza estaban en una guerra épica que ella no podía explicarse. Se sentía feliz e infeliz ¿Cómo era eso posible? “Joker no me olvidaría…” siguió su caminata “Joker esta loco. Él no puede quererte” apretó ligeramente sus labios mientras aceleraba poco a poco el paso “Slevin no me va a olvidar… ni los niños, nunca lo han hecho antes” comenzó a trotar mientras miraba miles de cosas por todos lados, joyas, juguetes, objetos interesantes “Y nunca fuiste necesaria” la albina bajo el ritmo hasta quedar quieta, estar sola sólo la consumía en su depresión crónica.

-Yo los quiero- musito, mirando al piso “El hecho de que seas de Joker ¿Te hace parte de la familia?” se preguntó. Soltó un suspiro como si así parara las voces de su cabeza “Esta manada es nueva. No debo por qué estar asustada” suspiro para seguir caminando -Los laberintos son divertidos como atracciones cuando hay muchos jugadores- levanto la voz, como si así acallara sus emociones y miedos.

Mientras Natalia se encontraba recorriendo aquel extraño laberinto, Jester seguia rodeado de aquellas chicas — saben tengo una cabaña no muy lejos de aqui, con jacuzzi en el techo, que tal si se ponen sus bikinis mas sexys y vienen conmigo a tomar un chocolate caliente jajaja — menciona el pelirrojo mientras las chicas asienten emocionadas, en ese momento una de ellas menciona "eres bastante fuerte" esa frase hace que Jester abra los ojos como plato — ¿fuerte? esto no puede ser real — en ese momento cierra los ojos unos segundos y al abrirlos las chicas habian desaparecido — rayos... sabia que era demasiado bueno para ser verdad, ahora todos pensaran que estoy loco jajajajaja — comienza a reir mientras saca a la muñeca de su bolsa — ¿como dices pequeña Polly, que tu tambien las vistes y Nat tambien? eso no suena bien —

Jester voltea a todos lados buscando a Natalia, cuando entonces observa no muy lejos una tienda muy familiar para el, enseguida Jester corre a toda velocidad hacia la tienda, pero antes de entrar se detiene en seco mirando a la muñeca — tienes razon pequeña Polly, si entro me pasara lo mismo que a Nat — se sienta en el piso frente a la tienda y de su bolsa comienza a sacar varios soldados de juguetes los cuales alinea frente a la tienda y se pone de pie observandolos — muy bien soldados, esta es una mision peligrosa, no les voy a mentir, algunos no volveran, se que tienen familia esperandolos, por lo que si alguno no quiere participar es libre de irse — como era de esperarse ningun muñeco se mueve — son unos verdaderos heroes... nunca los olvidare —

Hace el saludo militar mientras una lagrima corre dramaticamente por su mejilla, acto seguido los hilos se clavan en los juguetes y estos se adentran a la tienda, perdiendose en aquella ilusion, Jester desde afuera intenta guiarlos hasta donde se encontrara Natalia, aquellos hombrecitos verdes entraron en el laberinto dispersandose por todas las direcciones posibles, rapidamente El Conde se dio cuenta de la intromision — para su beneplacito, nuevas personas han entrado al juego mademoiselle — pronuncia el hombre y varias figuras de si mismo aparecen por todo el laberinto, comenzando a cortar uno por uno los hilos, lo cual se da cuenta enseguida Jester

— Soldado O'Railly a caido, Hopz, Hamlet, Aniceto... todos estan cayendo... esto es una masacre — dice levantando la voz comenzando a mover sus dedos muy rapido, tratando de guiar a ciegas sus soldados para que esquivaran todo lo que pudieran, la angustia se podia sentir en la voz de Jester, mientras comenzaba tambien a sudar, sin embargo uno tras otro los soldados seguian cayendo — su cabeza parece ser un total caos madame, podria yo ayudarla a borrar todos sus recuerdos, le prometo que el precio sera justo — menciona el hombre cuya vez se dispersaba por todo el laberinto mientras sus duplicados seguian cortando mas y mas hilos

Sin embargo uno de los soldados logra entrar al pasillo donde Natalia se encontraba, el soldado corre rapido hacia la chica pero antes de alcanzarla, El Conde aparece cortandole el hilo con una daga de plata — NOOOOOO soldado Pedro, tu no, tienes una pequeña que aun no te conoce... suficiente... — Jester se quita el sombrero dejandolo caer al piso mientras observa a la pequeña Polly — mis hombres han caido en combate, seria una deshonra de general si no hago nada por ellos... pequeña Polly... dile a mi esposa y a mis hijos que los amo — dice con la mirada decidida y seria, aunque en ese momento voltea a ver hacia la muñeca — ¿como dices, que no tengo esposa e hijos... bueno consigueme una esposa y unos hijos para que les digas eso... Jester entrara en accion —

Gritando como loco Jester se lanza dentro de la tienda y al mismo tiempo del laberinto, mirando fascinado a todos lados — hacia mucho que no entraba en este sitio — luego de eso y sin dudarlo, toma uno de los pasillos corriendo rapidamente, aquel pasillo era el mismo que habia elegido Natalia, corriendo a toda velocidad hasta que la logra encontrar — MADREEEEEEEEEEE  — grita con todas sus fuerzas casi hasta el punto de romperse la garganta, si es que eso es posible, para llamar la atencion de Natalia y que esta deje de caminar — nunca pense que al primer intento la encontrarias... no debes ser tan tonto como pareces — menciona El Conde aun sin mostrarse — te equivocas Birmania, si lo soy, pero con su ultimo aliento el soldado Pedro me indico el camino — en ese momento un sonoro aplauso se escucha  por todo el laberinto mientras Jester alcanza a Natalia tomandola de la mano.

El Conde aparece detras de ambos y la ilusion se rompe por completo — no pienso luchar contra los dos, un mercader inofensivo como yo no podria hacer nada ante un general y una licantropo — se encoje de hombros mientras camina hasta una pequeña barra al fondo de la tienda, donde se sirve una copa de vino — me gustaria ofrecerles de mi bebida, pero Jester segun recuerdo no bebes y mademoiselle, a usted no le gustan los regalos, asi que por favor no tomen esto como una descortesía y a cambio de que me perdonen la vida les regreso esto — camina hasta ambos y le entrega a Jester el puñado de soldados, los cuales el pelirrojo protege con fuerza colocandolos contra su pecho — estan bien... se han ganado un permiso, asi que vayan a ver a sus familias — dicho esto los guarda dentro del bolso

— Jester, ya que estas aqui, dile a Sly que su pedido ya lo consegui, pero el precio aumento un 20%, me costo mucho conseguir esa mascara, te la entregaria a ti pero me gustaria poder despedirme personalmente de el — menciona El Conde dando un largo sorbo a su copa de vino para luego acercarse a Natalia — me disculpo por lo de hace rato, no pude controlar mis impulsos, cai presa de la inmadurez del momento y me deje llevar por un lapsus tonto — se disculpa ante la joven, pero esos ojos... esa mirada parecia tener un gran letrero que decia "no confies" — a modo de disculpa, le dejare tomarse todo el tiempo que necesite para buscar aqui lo que necesita, esta vez sin trucos, sin ilusiones, todo tan real que duele — pronuncia elegantemente mientras se termina la copa de vino

-Borrar mis memorias- lo pensó, no es que quisiera realizar la acción, simplemente entendía que podría ser una solución, sin embargo, pensar que olvidaría todo lo que había hecho hasta ahora. Olvidar a los cachorros, a Slevin o a Joker, eso le partía el corazón de alguna forma. Imagino aquellos momentos juntos hasta que por fin fue de ellos. No lo podía aceptar, Nat no podía huir de sus problemas de esa manera. Iba a decir algo, sus labios se abrieron de par en par, sintiendo la presión del momento, hasta que escucho una voz de alguien a quien conocía.

-¿Madre?- pronuncio la peliblanco que no pudo evitar voltear, no sabía realmente que era lo que le había impresionado más, su grito, el que Jester estuviera ahí o que le allá llamado así. Aunque claro, su rostro seguía tan frío como siempre - ¿Pedro? - la doncella se encontraba completamente confundida de lo que estaba ocurriendo, está de más decir que ella no entendía lo que ocurría a su alrededor, no entendía las consecuencias de lo que iba a pasar, tampoco la gravedad de la situación. Al final simplemente creyó que era un juego entre ellos dos, algo que le parecía de un mal gusto, puesto que ella era un ser aparte, en pocas palabras no quería entrar en esa disputa.

-¿Conoce a Sly?- cruzo los brazos con su típico aplomo, un poco molesta, aunque claro no se notaba -Estoy esperando una explicación ¿Quién es usted, un simple mercader de objetos exóticos?- volvió la vista al pelirrojo, mientras lo atravesaba con la mirada -¿Es tu amigo? ¿Jugaban a las muñecas conmigo? - su voz era tan pesada y directa que de inmediato se notó lo muy mal que sonaba eso, ella no lo tomo para nada bien ¿Quién lo haría de todas maneras?

-Mi Lord, espero que entienda que dudo mucho que tenga algo que necesite. Lo mío no tiene solución. Ahora, cambiando de tema, no me gusta que me tomen como juguete- ladeo ligeramente la cabeza mientras el ambiente se hacía cada vez más pesado, tal vez era el aura de ella que esta negra y se esparcía por cada rincón de la tienda -Lo lamento, no hay motivos para que yo confié en usted- la peliblanca lentamente se acercó al de cabello purpura, bajando las manos a los lados de su cuerpo que se contorneaba al caminar. Su apariencia física tan blanca y ojos rojos la hacían lucir como un ángel muy sensual caminando a la dirección de aquel de ojos engañosos.

Sus ojos se fijaron en aquellos claros, estando al otro lado de la barra lo tomo del moño de su cuello para hacer que se miraran fijamente, tan cerca el uno del otro, haciendo que el otro notara lo muy fuerte que era, ella estaba molesta y se podía notar ese brillo espectral.

-Pero ya que quiere ser un buen anfitrión. Hay temas que quiero tratar, hábleme con lujos de detalles sobre esas esferas que atrapan el alma y lo más importante ¿Qué demonios tiene usted que ver con mis cachorros? - levanto la voz en el último instante refiriéndose a Jester y a Sly. En su mente eran hijos de los amores de su vida, si les faltaban Lo, La y Sledge se pondrían tristes. No sería justo verlos llorar.

El Conde sintio como fue arrastrado por la joven o mejor dicho jalado hacia ella del moño, en primera instancia sonrio complacido pero segundos despues cambio su semblante al de alguien que estuviera genuinamente asustado, preocupado por su salud como si de verdad creyera que la joven fuera a asesinarlo — por favor madame, solo estaba jugando, si eso es, no necesita mancharse las manos con un simple mercader sin importancia como yo — El Conde mostraba las palmas de sus manos como indicando que no tenia nada que ocultar aunque alguien tan perspicaz como Natalia dificilmente cambiaria de opinion respecto a la confianza o falta de esta para con el hombre de acento frances.

— El es... bueno no es mi amigo, pero tampoco es un enemigo... es... no se que sea, El Conde creo eso es — dice Jester sin saber ni el mismo lo que intento decir, pero a decir verdad nunca habian considerado a ese sujeto como un amigo pero tampoco era un enemigo, simplemente alguien que con la motivacion correcta se convertia en un aliado o en un rival, pero justo en ese momento el pelirrojo no estaba seguro de que papel estaba jugando, sin embargo el hecho de haberle regresado a los soldados hacia que se ganara el beneficio de la duda.

— Soy un intermediario — dice El Conde mientras se logra escabullir de Natalia y camina por la tienda, a los pocos segundos vuelve con una esfera de cristal pequeña, del tamaño de su palma con la cual comienza a hacer movimientos como de malabares, pasandola entre los dedos — esta pequeña esfera puede atrapar el alma de cualquier ser, incluso de un ángel — en ese momento Jester se acerca a Natalia colocandose a su lado — con eso atraparon a Slevin, El Conde la vendio a un demonio que la uso para atrapar su alma — menciona el pelirrojo mientras rapidamente El Condo se coloca detras de una armadura antigua escondiendose de Natalia

— Le juro mademoiselle que no tenia idea del uso que ese demonio le daria... es cierto que sabia atraparia un alma, pero si hubiese sabido que seria la del señor Slevin, no le habria vendido dicha esfera — en ese momento un extraño entra en la tienda, un sujeto muy alto cubierto de pies a cabeza por una tunica negra — en realidad... menti, nada personal mademoiselle, solo son negocios — El Conde aplasta la esfera rompiendola y sopla los pedazos hacia Natalia haciendo que estos se incrusten en su piel, luego por si mismo los cristales salen de su cuerpo reformando una vez mas la esfera, pero ahora con el alma de la chica dentro, haciendo que su cuerpo se deplome, Jester rapidamente corre hacia ella pero es perforado en la espalda con decenas de filosos bisturis derribandolo, aun asi se arrastra en el piso tratando de acercarse a Natalia

El hombre de la tunica se acerca pasando literalmente sobre Jester clavandole mas los bisturis en la espalda, haciendo que este grite de dolor, El Conde le entrega la esfera al sujeto — digale al señor Graywords que mi cuenta ah sido saldada — menciona el frances mientras el encapuchado toma el cuerpo inherte de Natalia junto a la esfera y se marcha de ese lugar, dejando a Jester en la tienda, quien rapidamente fue atendido por El Conde — descuida general, no dejare que mueras, tu familia son muy buenos clientes ademas — sin mucho tacto el hombre de acento frances quita las dagas una por una para luego comenzar a curarle las heridas al pelirrojo